Martes 26 de agosto de 2014. Son las 10.15 en Venezuela, media hora más en Atlanta, EE.UU. y CNN en español presenta su micro «informativo» sobre Venezuela. El tema, en esta ocasión, es el nuevo sistema biométrico que impulsa el gobierno bolivariano para derrotar al contrabando. La primera imagen es una bandera venezolana, ondeando sobre […]
Martes 26 de agosto de 2014. Son las 10.15 en Venezuela, media hora más en Atlanta, EE.UU. y CNN en español presenta su micro «informativo» sobre Venezuela. El tema, en esta ocasión, es el nuevo sistema biométrico que impulsa el gobierno bolivariano para derrotar al contrabando.
La primera imagen es una bandera venezolana, ondeando sobre un fondo oscuro. La segunda es el rostro de un hombre con su cara pintada con los colores de la insignia nacional: amarillo, azul y rojo; y las letras SOS tapando su boca. Acaso casualmente, sus rasgos son parecidos a los del líder derechista Henrique Capriles. El título es «Tensión en Venezuela». Luego aparece una imagen de fuerzas policiales y a continuación, Nicolás Maduro.
El presentador aparece en escena y comenta la noticia: «El gobierno venezolano descarta que el sistema biométrico será utilizado para el racionamiento de productos. Dice -enfatiza esta palabra- que servirá para impedir el contrabando». En ese punto comienzan las imágenes de «lo que pasa en Venezuela», quedando la voz del conductor en off: «Sin embargo -vuelve a enfatizar- la población protesta contra esta medida».
La escena muestra un pequeño grupo de policías disparando gases lacrimógenos. La información en pantalla es acompañada por el título «Protestas en la frontera». El conductor asegura que el pueblo está siendo reprimido. Durante varios segundos el espectador se pregunta dónde están las protestas. Al cabo aparece, por fin, «la población venezolana»: por un instante se muestra a una decena de jóvenes encapuchados arrojando piedras y devolviendo los gases lacrimógenos. Al pie se indica que los hechos suceden en San Cristóbal, Táchira. Fin de las imágenes en el terreno.
Mientras la cámara vuelve a estudios, CNN en español insiste: «Protestas en Venezuela». El presentador cierra el micro señalando otra vez que «según el gobierno – vuelve a enfatizar con pausa y tono cómplice con sus oyentes- la medida es para combatir el contrabando».
En no más de tres minutos el mundo entero se ha formado ya acabadamente una opinión. El gobierno «dice» que el problema es el contrabando. La población sospecha que busca racionar los alimentos y sale a las calles en protesta. El gobierno reprime. Tensión. SOS Venezuela.
¿Protestas en la frontera?
El sistema biométrico busca identificar compras inusuales y hacerles un seguimiento, con el objetivo de evitar que los productos básicos sean acaparados por las mafias ligadas al contrabando. Este comercio ilegal genera desabastecimiento para las familias venezolanas, pero también afecta a la producción nacional de Colombia, que se ve obligada a competir con productos ofrecidos a un precio mucho menor.
CNN no sólo «olvida» incluir en su reporte una explicación profunda sobre este fenómeno, que sustrae de la economía venezolana aproximadamente un 40% de los productos subsidiados por el Estado. También omite incluir en sus reportes imágenes y voces de otras expresiones populares, mucho más numerosas, que por estos días se desarrollan en las ciudades de frontera.
El viernes 22 de agosto, miles de habitantes de Apure, Táchira y otros estados se movilizaron en la ciudad de Guasdualito, en el Alto Apure, a pocos kilómetros del paso con Colombia, en apoyo a las medidas del gobierno. En sus pancartas podía leerse consignas como «Contrabando cero» o «Poder popular derrotando al contrabando». El domingo 24, en San Cristóbal, capital de Táchira, otro de los estados afectados, se realizó una marcha de características similares.
Ni siquiera aparece la voz de los supermercadistas, que apoyan las medidas de control y cuentan que en los comercios donde se prueba el sistema biométrico, rápidamente se ha normalizado el abastecimiento. «Antes nos lo sacaban de las manos, ahora duran hasta cuatro o cinco días en góndola y la familia viene a comprar normalmente», relata un comerciante de Zulia entrevistado por Venezolana de Televisión.
Tampoco menciona CNN el trabajo conjunto entre las fuerzas armadas de Colombia y de Venezuela para combatir el comercio ilegal, que perjudica a ambos países. Las medidas incluyen el cierre de la frontera en horario nocturno y la inutilización de caminos ilegales por donde se trafican los productos, además de un esfuerzo importante de fiscalización, por el cual se habían incautado, en las primeras dos semanas de aplicación, 413.854 litros de gasolina, 205.519 litros de lubricantes y más de 640 toneladas de alimentos.
«Los que protestan por las medidas son quienes están implicados en el contrabando», dice a las cámaras el Teniente Coronel del Ejército colombiano, Rodolfo Carrero, a cargo del operativo en Cúcuta, una de las ciudades más importantes en la frontera oriental de Colombia.
Pero estas voces no se escuchan -ni se escucharán- en CNN. Para esta cadena de noticias, como para otras que tienen una función similar, la población venezolana que cuenta es la que se manifiesta afín a sus intereses, aún cuando para eso necesiten forzar la realidad hasta diluirla.
SOS, CNN. Al servicio de la desinformación.
@FVicentePrieto
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