Una peligrosa situación prevalece hoy en el estado de Pará, que tiene un triste récord de muertes en los conflictos por la tierra en Brasil, ante la orden de un juez de desalojar a los ocupantes de 40 haciendas. La tensión se incrementó con el anuncio de la Policía Militar de ese estado de que […]
Una peligrosa situación prevalece hoy en el estado de Pará, que tiene un triste récord de muertes en los conflictos por la tierra en Brasil, ante la orden de un juez de desalojar a los ocupantes de 40 haciendas.
La tensión se incrementó con el anuncio de la Policía Militar de ese estado de que hará cumplir el fallo, aunque no aclaró cuándo procedería, y la advertencia del Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra (MST) de que el gobierno estadual ‘puede ir preparando los cajones (ataúdes), porque habrá enfrentamiento’.
En Pará se produjo el 17 de abril de 1996 la matanza de El Dorado de Carajás, de fuerte repercusión internacional, cuando 19 agricultores fueron asesinados por policías militares, y desde entonces los asesinatos de líderes agrarios y trabajadores sin tierra no han cesado.
La orden de desocupar las haciendas fue rechazada también por la Federación de Trabajadores en la Agricultura y la Comisión Pastoral de la Tierra, y el MST dijo desde un principio que resistirá cualquier intento de desalojarlos.
Según datos del MST, en Pará hay unas 12.000 familias ocupando tierras, de las cuales cerca de cuatro mil están en las propiedades cuyo desalojo ordenó el juez, y agregó que 27 de estas se ubican en el llamado ‘barril de pólvora’ de la reforma agraria.