La 39 edición anual del Foro Económico Mundial de Davos terminó hoy sin abandonar la frustración y la incertidumbre con que comenzó, y carente de un plan capaz de contener y revertir la actual crisis. El evento concluyó sin ideas acerca de cómo salir de la debacle financiera que atenaza el mundo, y se caracterizó […]
La 39 edición anual del Foro Económico Mundial de Davos terminó hoy sin abandonar la frustración y la incertidumbre con que comenzó, y carente de un plan capaz de contener y revertir la actual crisis.
El evento concluyó sin ideas acerca de cómo salir de la debacle financiera que atenaza el mundo, y se caracterizó por el predominio del escepticismo entre la mayoría de sus dos mil 500 participantes.
Estos estuvieron integrados por 40 jefes de Estado, y ministros de Finanzas, gobernadores de bancos centrales, dirigentes empresariales y hombres de negocios.
Si de algo les sirvió esta cumbre capitalista, fue de desahogo y catarsis, conscientes de su responsabilidad en las turbulencias actuales, por no actuar a tiempo, ni atacar las causas del fenómeno, que son males del sistema.
Pese a los intensos y con frecuencia acalorados debates dirigidos a encontrar las raíces de la debacle financiera, la cita llegó a su final sin saberse cuán hondo ha calado la crisis, y mucho menos con una visión de cuando acabará.
Esta valoración se resume en las consideraciones de Kishore Mahbubani, decano de la Escuela de Políticas Públicas Li Kuan Yew en Singapur, quien aseveró a la prensa que todo el mundo perdió en Davos.
Nadie parece tener una idea clara de cuán grande es esta debacle y de lo que necesitamos hacer para salir, agregó.
Expertos coincidieron en que esta edición fue la más pesimista de su historia, y sus participantes se marchan con el temor de que esta borrasca, que provocó millones de despidos, de lugar a reacciones sociales violentas.
También regresan a sus hogares con la preocupación del rebrote de corrientes nacionalistas y proteccionistas, como sucedió en la Gran Depresión de 1929.
Para no pocos observadores, el Foro demostró el agotamiento del sistema capitalista en cuanto a solucionar sus propias contradicciones.
Como en años anteriores, el evento, realizado en medio de estrictas medidas de seguridad, recibió el repudio de varios miles de personas.
Estas se concentraron en el centro de Ginebra, y sus protestas y desfiles fueron bloqueados por la policía.
También concluyó este domingo en Brasil el Foro Social Mundial, que se realiza paralelo al de Davos y surgido como una respuesta alternativa al neoliberalismo propugnado por aquél.