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Territorios de Ciudadanía y de la economía-mundo

Fuentes: Barómetro Internacional

El Portal de Ciudadanía del gobierno federal brasilero define Territorios de la Ciudadanía como un programa que apunta a «promover el desarrollo económico y a universalizar programas básicos de ciudadanía por medio de una estrategia de desarrollo territorial sustentable» (http://www.territoriosdacidadania.gov.br/dotlrn/clubs/territriosrurais/xowiki/oprograma). El gobierno federal brasilero lanzó este programa de cooperación interinstitucional en 2008, que llegó por […]


El Portal de Ciudadanía del gobierno federal brasilero define Territorios de la Ciudadanía como un programa que apunta a «promover el desarrollo económico y a universalizar programas básicos de ciudadanía por medio de una estrategia de desarrollo territorial sustentable»

(http://www.territoriosdacidadania.gov.br/dotlrn/clubs/territriosrurais/xowiki/oprograma).

El gobierno federal brasilero lanzó este programa de cooperación interinstitucional en 2008, que llegó por lo tanto en el período en que comenzó la especulación de la crisis financiera mundial.

Territorios de ciudadanía es un programa creado en el ámbito de la Secretaría de Desarrollo Territorial (SDT) del Ministerio de Desarrollo Agrario (MDA) que favorece el desarrollo de actividades agrícolas en 120 áreas estratégicamente divididas llamadas Territorios de la Ciudadanía. Estos territorios se crearon en algunas regiones del país donde los cálculos estadísticos indican que existe una baja densidad poblacional.

El programa propone proyectos de cooperación entre las instancias municipales, estadales y federales en Brasil y envuelve a 15 ministerior y algunas secretarías de gobierno. Este es precisamente uno de los mayores méritos de este programa en la medida en que comprende proyectos entre órganos ejecutivos de áreas diversas.

Cada ministerio tendrá sus propias palabras de justificación para los proyectos respectivos y el de Desarrollo Social dirá que el programa reduce desigualdades, el de Desarrollo Agrario dirá que aumenta la productividad en el campo, y el de Cultura dirá que los proyectos mejoran las condiciones de los ciudadanos rurales para producir y manifestar sus culturas.

Para el gobierno federal, la renta camina de la mano con la calidad de vida.

El documento Territorio de Ciudadanía 2008 informa que «Más de dos millones de familias de agricultores familiares, asentados por la reforma agraria, quilombolas, indígenas, familias de pescadores y comunidades tradicionales, tendrán acceso al programa.» ( http://www.cultura.gov.br/site/wp-content/uploads/2008/02/1574015804-1.pdf ). El programa abarca por lo tanto segmentos amplios de las poblaciones rurales brasileras. En el año en que se creó -en 2008- había 60 Territorios de Ciudadanía en el mapa de Brasil concentrados en las regiones Norte y Nordeste, que aumentaron a 120 dos años después. Cada Territorio abarca un grupo de municipios, por lo cual su extensión geográfica es variada.

Una de las metas del gobierno federal es la de reducir las desigualdades socioeconómicas que distancian los patrones de desarrollo de los brasileros de otras regiones -inclusive las enormes discrepancias dentro del mismo Estado- a través de el apoyo al desarrollo de la población rural quien es en general la que más sufre de escasez de recursos para la superviviencia.

Otro mérito de este programa es el integrar regiones remotas del país y llevar mejor calidad de vida y mayor renta a sus habitantes. Es también un mecanismo para profundizar la participación de los ciudadanos en desiciones que afectan el desarrollo local, regional y nacional. Una de las posibilidades que los Territorios de Ciudadanía ofrecen a los ciudadanos que aspiran a abandonar su condición de «media-ciudadanía» es la del «control público» de las acciones del gobierno y el control de la realización de obras y servicios del Programa a través del Portal de Ciudadanía.

Siguiendo el modelo brasilero, el gobierno de El Salvador creó un programa similar bajo el nombre de «Programa Presidencial Territorios de Progreso» en septiembre de 2011. En aquel país las actividades del programa comenzaron en la región llamada «Bahía de Jiquilisco». El presidente salvadoreño Mauricio Funes ha promovido la institucionalización del programa.

Mientras tanto, es posible realizar algunas críticas al modelo de desarrollo agrario que se aplica en Brasil, cuando no apunta solamente a promover la agricultura familiar de subsistencia y el desarrollo local. En el afán de integrar la economía brasilera a la economía-mundo el gobierno comete a veces algunos deslices, que no siempre son intencionales. Uno de ellos es que el modelo de las ciudades deja de contrastar con el del campo. El desarrollo del sector industrial y de servicios en las ciudades se reproduce en el modelo de aumento de la productividad agrícola para una economía agroexportadora competitiva que se ha aplicado en las áreas campestres brasileras. Además la ciudadanía en sí misma es un concepto urbano que se aplica con reservas al campo.

¿Como acompañar el desarrollo de los 120 Territorios de Ciudadanía en lugares remotos del país y por lo tanto distantes del centro de decisión en Brasilia? Buena parte del empeño está en enviart los recursos financieros a las áreas lejanas para beneficiar a los agricultores de menos recursos; una pequeña parte de los esfuerzos está en verificar en que medida el sector rural se desenvuelve efectivamente solamente con dinero en lugar de con transferencia de conocimientos, experiencias y técnicas. Es necesario equilibrar las acciones del gobierno federal para el éxito de este tipo de programa.

Hay que tener cautela con algunos aspectos del programa que se refieren al aumento de inversiones, productividad, competitividad, desarrollo y a la tentativa de urbanizacion de las áreas rurales. Por un lado el gobierno tendría más facilidad para proveer los servicios servicios públicos básicos en un territorio coherente, por otro se pierde de una vez el control de la urbanización, que se desborda a otros territorios. Todavía es preciso evaluar mejor como estas políticas se relacionan con los problemas globales como la escasez de alimentos, los cambios climáticos y la contaminación atmosférica.

Ciertos segmentos urbanos brasileros parecen estar más vinculados a la decadente Europa y a la consumista América del Norte, mientras los sectores rurales pelean para preservar sus formas de vida y las culturas que las expresan. La industrialización y el aumento de productividad en el campo no es el medio necesario y único para resolver el problema rural. Lo que se intenta hacer es llevar un modelo de desarrollo urbano al campo para evitar que la economía nacional se estanque y el país deje entonces de alardear al mundo que es exitoso.