Las autoridades de inteligencia venezolanas, informaron que las primeras declaraciones del terrorista, Francisco Chávez Abarca, capturado en el país el pasado jueves, indican que su intención en la nación era crear focos de desestabilización contra el proceso electoral parlamentario del próximo 26 de septiembre. El retenido figura en la lista roja de la Policía Internacional (Interpol), lo que indica que se trata de un «individuo de alta peligrosidad».
El ministro de Interior y Justicia venezolano, Tarek El Aissami, informó este sábado que el terrorista salvadoreño, Francisco Chávez Abarca, capturado el pasado jueves en el país, pretendía «iniciar una fase de atentados», para desestabilizar las elecciones parlamentarias de esa nación, pautadas para el 26 de septiembre del presente año.
En rueda de prensa, el titular detalló que hasta el momento, la presencia de Chávez Abarca en Venezuela, según sus primeras declaraciones «obedece a iniciar una fase de atentados para provocar hechos de violencia en contra del venidero proceso electoral del 26 de septiembre».
«Para esta acción criminal, (Chávez Abarca) ya habría contactado a grupos fascistas de la contra revolución (de Venezuela) quienes pretendían colaborar», para la ejecución de los planes terroristas.
Informó que el detenido está «aportando información valiosa, de interés, que nos va a permitir seguir despejando algunas incógnitas» del caso.
El Aissami indicó que aún con la carga irrefutable que compromete al individuo con graves delitos, «se le han garantizado sus derechos», como lo establece la Constitución del país.
El Aissami reafirmó que el ciudadano, de nacionalidad salvadoreña entró al país con un pasaporte falso, bajo el nombre de Carlos González.
«Una vez comprobada su verdadera identidad se procedió a consultar información sobre Francisco Chávez Abarca a la Policía Internacional (Interpol)», dijo. Tras ello se «conoció que este ciudadano es solicitado con difusión roja por Interpol Cuba por el delito de terrorismo», indicó.
En este sentido, el Ministro explicó que la difusión roja significa que se trata de una persona «de altísima peligrosidad, que debe ser detenida de manera inmediata».
Chávez Abarca estuvo detenido en El Salvador durante dos años por ser líder de una banda que se dedicaba a robar vehículos en ese país, pero la justicia esquivó dar sentencia a los otros crímenes internacionales de los que se le acusaba.
Abarca y 21 miembros de su banda fueron arrestados bajo cargos de robo de automóviles y estafa. Las autoridades aseguraron entonces que se trataba de «una de las principales estructuras del crimen organizado dedicadas al robo y hurto de vehículos a nivel nacional y centroamericano».
El 28 de octubre del año 2007, un juez liberó a Chávez Abarca pese a sus actividades delictivas. Sin embargo, nunca tuvo que responder por su papel como principal cómplice de Luis Posada Carriles en una campaña contra Cuba que no se mencionó ante los tribunales salvadoreños a pesar de repetidas denuncias.
En los años 90, fue acusado de dedicarse al narcotráfico, así como a la venta de armas y de dinero falsificado en Guatemala.
Utilizó los alias Manuel González, Roberto Solórzano y William González, y efectuó tres viajes breves a Cuba, en abril y mayo de 1997 para hacer varios atentados.
En 1997 activó una bomba de 600 gramos de C-4 que causó daños materiales en los baños de la discoteca Aché del Hotel Meliá Cohíba, Cuba, el 12 de abril de ese año.
El 30 del mismo mes, se desactivó un artefacto explosivo (401 gramos de C-4) que el salvadoreño había colocado en una maceta ornamental del piso 15 de la misma instalación hotelera.
Además, el 24 de mayo, mientras Chávez Abarca estaba en México, estalló una bomba en la entrada de las oficinas de la corporación Cubanacán de la capital.
También en 1997, bajo orientaciones de Posada Carriles, Francisco Chávez Abarca contrató al mercenario René Cruz León y lo encargó de realizar misiones terroristas en Cuba.
Posteriormente Cruz León realizó dos viajes a Cuba en los que situó bombas en hoteles habaneros, una de estas mató al joven turista italiano Fabio di Celmo, el 4 de septiembre de 1997.
El terrorista confeso Posada Carriles, acusado de ser el autor intelectual de un atentado contra un avión cubano que causó la muerte de 73 personas en 1976, goza de libertad en Miami, Estados Unidos (EE.UU.), pese a que Venezuela le ha insistido al gobierno de ese país su extradición.