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Desestabilización mediática

The Financial Times y una operación de prensa contra Chávez

Fuentes: IAR

La relación entre Chávez y los sectores golpistas, tras el referéndum ganado por el mandatario en septiembre del año pasado, estuvo marcada por una especie de «tregua precaria» que se fue deteriorando, llegando hasta el enfrentamiento, a partir de que Chávez amenazara, este año, aumentarles los impuestos a la trasnacionales y petroleras que operan en Venezuela. Una punta del iceberg marcada por esta contienda es la operación de prensa lanzada por el Financial Times con el anuncio de la estatización de la banca de Venezuela.

Las operaciones de desestabilización mediática contra el gobierno de Hugo Chávez son tantas, y simultáneas, que es imposible concentrarse en una, sin relacionarla con las otras, que a su vez van mutando y cambiando de forma, no de contenido.

Una línea de «desestabilización» permanente (para quien quiera realizar un seguimiento) se encuentra claramente desarrollada a través de los artículos y posiciones editoriales de la agencia Associated Press y el diario Nuevo Herald de Miami, sólo para citar un ejemplo.

Hasta ahora los argumentos desestabilizadores se centralizaron principalmente en el aérea política, social y económica, pero un reciente artículo publicado en el diario británico The Financial Times agrega las operaciones de desestabilización financiera.

Hay que tener en cuenta que el Financial Times junto con el estadounidense The Wall Street Journal son los medios más influyentes del imperialismo financiero internacional, y sus artículos y editoriales -además de generar toma de decisiones en el mundo financiero- expresan como nadie los intereses y la opinión del poder económico a escala global.

En un artículo titulado: «Chávez evalúa tomar el control de los bancos» (Chávez poised to take control of banks), publicado el 1 de septiembre y firmado por su corresponsal Andy Webb-Vidal, en Caracas, el Financial Times sostenía que Venezuela «se está preparando para tomar el control político de los bancos privados como parte de una iniciativa para extender el control de gobierno «revolucionario» sobre la economía del quinto mayor exportador de petróleo del mundo».

Según el diario, Trino Alcides Diaz, superintendente del sistema bancario de Venezuela, «dijo en privado a los directores de varios bancos del país que el presidente Hugo Chávez desea colocar dos representantes del gobierno en los consejos administrativos de las instituciones».

Esto afectaría a los bancos españoles Santander y BBVA que poseen, respectivamente, el Banco de Venezuela y el Banco Provincial, dos de las mayores instituciones financieras de Venezuela. Otros que se espera sean afectados son el Banco Mercantil y el Banesco, según el Financial. Una tentativa de ampliar la influencia del gobierno sobre los bancos instalando representantes oficiales, en vez de tomando el control accionario, forma parte de la iniciativa de Chávez para introducir lo que él describe como «socialismo del siglo XXI», afirma el corresponsal del diario británico. Según el Times, una movida para ampliar el control político sobre los bancos sería un nuevo paso en lo que los analistas ven como la paulatina «socialización» de la economía venezolana bajo Chávez, un «aliado cercano de Fidel Castro», presidente de Cuba. Expertos señalaron que dichos representantes del gobierno en los directorios de los bancos actuarían como los «comisarios políticos» que asegurarían que los flujos de crédito sean determinados más bien por factores políticos que por financieros. Activando aún más la alarma en el «mundo financiero», el corresponsal del Time en Caracas señaló que Francisco Faraco, especialista en actividades bancarias y consultor en Caracas, dijo: «el gobierno tiene un proyecto revolucionario y, por necesidad, eso tiene que pasar por el control del flujo del crédito.» Arrojando más leña al fuego y avivando no sólo los temores del establisment económico, sino también latinoamericano (por las implicancias y gravitación que tiene la economía de Venezuela en la región) el periodista del Times afirmó que «el gobierno de Chávez también está poniendo en ejecución un programa para redistribuir la tierra de las grandes propiedades entre agricultores pobres».

Profundizando la «alarma», el Financial apunta que «los bancos venezolanos están entre los más rentables de América Latina, pero también están severamente expuestos a la deuda del gobierno. La deuda pública puede representar hasta 60 por ciento de los activos de un banco».

El diario británico recordó que «hace dos meses, los legisladores aprobaron una polémica ley del Banco Central que permite que el gobierno retire y gaste parte de los 30 mil millones de dólares en reservas internacionales del país.
El 3 de septiembre (dos días después de la publicación del artículo) el gobierno venezolano desmintió rotundamente lo afirmado por el diario británico expresando, por boca del ministro de Finanzas del país, Nelson Merentes que: «No hay ninguna acción para una estatización de la banca privada, lo que queremos es que (ese sector) tenga márgenes de ganancias razonables, pero que la gente tenga facilidad al crédito y atacar problemas estructurales de la población»
Aunque el 3 de septiembre, el gobierno venezolano de Hugo Chávez haya negado que tenga intención de nacionalizar la banca privada, la operación lanzada por The Financial Times continuó.
Los «rebotes» de la operación

El 12 de septiembre, y en un artículo titulado: «Chávez lanza ola de expropiaciones», firmado por el conocido periodista «antichavista», Castro Ocando, el Nuevo Herald de Miami decía:

«El gobierno de Hugo Chávez lanzó esta semana su más reciente ataque contra firmas transnacionales norteamericanas y europeas, y grupos agroindustriales privados en Venezuela, expropiando centenares de hectáreas de haciendas y confiscando miles de cabezas de ganado, una ofensiva que según analistas supone una radicalización de la llamada revolución bolivariana. En un anuncio que encendió las alarmas en sectores económicos nacionales e internacionales, el presidente del Instituto Nacional de Tierras (IINTI), Richard Vivas, dijo ayer que están estudiando la expropiación de 317 fincas con un total de 3 millones de hectáreas, porque se trata de tierras «ociosas».

El Nuevo Herald destaca que las expropiaciones tienen lugar luego de que una denuncia publicada por el diario británico Financial Times describiera cómo el gobierno venezolano »se está preparando para tomar el control político de los bancos privados como parte de un impulso al control del gobierno revolucionaro» sobre la economía». 

Casto Ocando puntualiza que, según el rotativo inglés, «el gobierno chavista está pensando en colocar dos representantes del gobierno en las juntas que gobiernan varios bancos en Venezuela, incluyendo dos entidades propiedad de los grupos españoles Banco Santander y el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA)».

En una editorial de la semana pasada, el diario español El País, haciéndose eco de la operación de «alerta financiera» lanzada por el Financial Times publicaba un editorial cuyo título ya expresa sus intenciones: «El banco de Chávez».

En él se hacía referencia a la decisión del Banco Central de Venezuela de transferir unos 20.000 millones de dólares, hasta ahora depositados en bancos de Estados Unidos, al Banco Internacional de Pagos de Basilea.

Agregando combustible golpista y profundizando la «alarma» puntualizó el diario español: «Chávez intenta protegerse ante la eventualidad de que su creciente antagonismo con Washington -que las dos partes cultivan con determinaación- pueda desembocar en una confiscación o congelación de sus cuentas en Estados Unidos. Por ello, prefiere tenerlas en Suiza, en el Banco Internacional de Pagos de Basilea».

Y continúa: «Si el régimen chavista teme que EE.UU. pueda congelarle sus cuentas, no se recata en proseguir el plan de confiscación de tierras en Venezuela para redistribuirlas. Ya en anteriores ocasiones, en los Estados de Cojedes o de Barinas (este último gobernado por su padre) ha procedido a tomar algunos latifundios, y ahora se propone hacerlo con los 50 mayores del país, que, asegura, son improductivos».

Y siguiendo la línea matriz desestabilizadora del Departamento de Estado y de los «gusanos» liderados por Otto Reich y Noriega, remata El País: «Así sigue avanzando la llamada revolución bolivariana de Chávez, basada también en sus especiales relaciones con la Cuba castrista, mientras lanza soflamas para agitar la región».

El fin de semana pasado la organización financiera Bloomberg publicaba un artículo titulado: «Chávez planta cara al latifundio», con una volanta: «Expropia fincas a venezolanos y a extranjeros y canjea reservas en dólares».
«El presidente Hugo Chávez, quien había acusado a EE UU el 16 de septiembre de estar preparando una invasión a Venezuela, dijo la semana pasada que el banco central vendió los activos estadounidenses en su poder como reacción a «las amenazas que hemos recibido», señaló Bloomberg.

También agitando el «golpismo» puntualizó: «La mayor asociación agraria venezolana ha anunciado que sus miembros van a combatir las expropiaciones del Gobierno en los tribunales nacionales si no pueden llegar a un acuerdo con Hugo Chávez».

Luego, y lanzando una «luz roja» a Washington, dice Bloomberg: «Morgan Harting, analista de Fitch Ratings, duda sin embargo de que Chávez no haya participado en la adopción de estas medidas. «Esto es un ejemplo de cómo el banco central es mucho menos autónomo ahora que hace cinco años», dijo Harting en una entrevista telefónica desde Nueva York. «Es una táctica adoptada por el Gobierno para despreciar a Estados Unidos».

El domingo, en un artículo titulado: «Ejecutivo con poder sobre las reservas», el diario venezolano El Universal, uno de los bastiones de la oposición señala que: «En tan sólo una semana las reservas internacionales no sólo salieron de Estados Unidos, sino que ya se analiza la posibilidad de ampliar los negocios con éstas y hacer colocaciones en yuanes o rublos, además de las ya concretadas en el Banco de Basilea, en Suiza».

En la misma línea de «alertar» al sistema financiero local, regional e internacional, lanzada por el Financial Times, El Universal puntualiza que: «Para los analistas económicos, la mudanza de las reservas internacionales a Suiza resulta una mala decisión, porque los rendimientos de los papeles europeos no son mayores a 2% anual, mientras que en Estados Unidos las ganancias se hubieran duplicado, porque las tasas que pagan los Bonos del Tesoro se ubican alrededor de 4% al año».

Y apuntando a la relación comercial de Chávez con los dos principales competidores de EEUU en la región, señala El Universal: «Los economistas resaltan que las economías de China y Rusia han vivido fuertes crisis económicas en los últimos tiempos y, si bien han salido a flote, son más inestables que la economía estadounidense.
De la operación de prensa lanzada originalmente por el Financial Times, también se «hace cargo» la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), quien en un comunicado donde denuncia «Las transgresiones al ejercicio de la libertad de expresión en Venezuela», agrega un párrafo recordatorio de las «expropiaciones» de Chávez:
«Carmona (el vicepresidente regional de la SIP) recuerda que seis meses atrás, en Panamá, había advertido la existencia de circunstancias peligrosas para el ejercicio de la libre expresión en el país, fundamentadas en el desbordado anhelo del presidente Hugo Chávez de fungir como líder latinoamericano a costa del petróleo de la nación». 

Y remata la SIP: «Carmona advierte la concentración de poder en manos del Jefe de Estado y el proceso represivo acentuado en la aprobación de leyes -como la del BCV- que permite al mandatariio disponer» a discreción y mero capricho» de las reservas internacionales».

Voltear a Chávez

En la misma línea, y en el mismo tono de «alertar» contra la tendencia «hegemónica y expropiadora» del gobierno de Chávez, lanzada por el Financial Times, se expresaron decenas de medios, analistas, expertos, y gurúes, del mundo financiero que alzaron su «opinión» para demostrar que el gobierno de Chávez resolvió implementar el «fin de la propiedad privada» en Venezuela.

Este seguimiento, con medios emblemáticos e influyentes, es apenas una «muestra de un botón» de las incontables operaciones de prensa orientadas desestabilizar y a profundizar el enfrentamiento del gobierno de Hugo Chávez con EEUU y el establishment del poder capitalista internacional.

Es obvio que con estas operaciones se busca, no solo «legitimar» la caída de Chávez, sino también conseguir la «luz verde» de los poderes internacionales para derrocarlo, por la vía que sea, incluido el «golpe económico», o cualquier otra forma de variante que sirva para terminar con el gobierno bolivariano.

Específicamente la versión del Financial Times sobre un posible plan de estatización de la banca en Venezuela y de retiro de las reservas en dólares del circuito controlado por la banca hegemónica de EEUU y Europa, está orientada a poner los «pelos de punta» al mundo financiero internacional y a revivir el fantasma de la «expropiación comunista».
Para los especialistas, dentro y fuera de Venezuela, la nueva posición asumida por Chávez contra la oligarquía golpista y el poder trasnacional encabezado por EEUU -de profundizarse- marcaría un statu quo nuevo entre el gobierno bolivariano y los grupos económicos que nunca han parado de conspirar para derrocarlo.

La relación entre Chávez y la oligarquía golpista, tras el referéndum ganado por el mandatario en septiembre pasado, estuvo marcada por una especie de «tregua precaria» que se fue deteriorando a partir de que Chávez amenazara, este año, aumentarles los impuestos a la trasnacionales y petroleras que operan en Venezuela.
Una punta del iceberg marcada por ese enfrentamiento es la operación de prensa lanzada por el Financial Times, que acabamos de describir.

Los economistas Juan Torres López y Alberto Montero Soler, en un articulo publicado este martes en el periódico Rebelión, señalan que «En definitivas cuentas, resulta que la medida que se ha adoptado en Venezuela (sobre las reservas) respeta la ley y la autonomía del banco central, dará seguridad a las reservas internacionales, una parte de las cuales irán conformando un fondo para financiar inversión social, y señala al mundo que es mejor no ayudar a que Estados Unidos siga usando su moneda para financiarse a sí misma y empobrecer a los demás».

Obviamente, que éste no es el pensamiento del Financial Times y de la prensa golpista internacional, que se hizo eco de la operación lanzada por el diario británico.

Y si estas operaciones de desestabilización contra el gobierno bolivariano comienzan a desarrollarse con cierta «regularidad», es señal de que el poder financiero angloestadounidense con sede en Wall Street, los grandes pulpos del «capitalismo sin fronteras», le han bajado (o comienzan a bajarle) el pulgar a Chávez.

Y un desenlace (llámese guerra final) entre el presidente bolivariano y los poderes imperiales, aparece como inevitable y de corto plazo.

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¿De quién es el Banco Central de Venezuela?


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