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Tiempos de turbulencias y lucha política y social

Fuentes: Prensa Marea Socialista

El Equipo Operativo Nacional de Marea Socialista difundió su Editorial #19 sobre los hechos ocurridos con las sentencias 155 y 156 del TSJ y la respuesta de la Fiscal, Luisa Ortega Díaz. En ese documento se afirma entre otros conceptos que el «El recule casi instantáneo del intento del TSJ de cortar de un tajo […]

El Equipo Operativo Nacional de Marea Socialista difundió su Editorial #19 sobre los hechos ocurridos con las sentencias 155 y 156 del TSJ y la respuesta de la Fiscal, Luisa Ortega Díaz. En ese documento se afirma entre otros conceptos que el «El recule casi instantáneo del intento del TSJ de cortar de un tajo el hilo constitucional, abrió una nueva coyuntura en el país.» Dice también que este retroceso es parcial ya que deja en pie los numerales o acápites de esas sentencias que facultan a continuar con los contratos en áreas tan sensibles como hidrocarburos y minería y que no cuestiona el Estado de Excepción que vive el país desde hace un año. Señalando la inconstitucionales de los mismos. Asimismo cuestiona a la MUD a su apoyo a la injerencista Carta Democrática y afirma que el sistema político que pretende imponer el gobierno, necesita a esa fuerza de oposición de derecha como rueda de auxilio de su política.

A continuación el documento completo.

Editorial #19

Lo que viene: Tiempos de turbulencias y lucha política y social

Equipo Operativo Nacional

El recule casi instantáneo del intento del TSJ de cortar de un tajo el hilo constitucional, abrió una nueva coyuntura en el país. Este intento antidemocrático no fue el único ni el primero. Y, lamentablemente, tampoco será el último[1]. En este caso el presidente Maduro y la mayoría de la cúpula del PSUV chocaron de frente con su propia debilidad. Ésta se basa en el repudio popular masivo hacia su gobierno, construido por tres años de contrarreformas políticas y contrarrevolución económica. Y tuvieron que recular, por ahora, con el intento de eliminar otros derechos y garantías de la Constitución. Pero es bueno tener en claro que este retroceso es parcial, ya que se mantienen en pie, en las resoluciones cuestionadas (155 y 156 del TSJ[2]), los numerales que facultan al Ejecutivo a tomar decisiones inconstitucionales y entreguistas sobre los recursos de hidrocarburos y mineros y otras medidas económicas tan entreguistas al Capital Financiero internacional como las anteriores. Y que todavía está vigente la estructura que limita duramente los derechos políticos de la constitución expresada en el Estado de Excepción permanente que vive nuestro país, entre otras limitaciones.

La correcta actitud, en este caso, de la Fiscal General, Luisa Ortega Díaz, al declarar que las Sentencias del TSJ rompían el hilo constitucional, mostraron al mundo, la grave deriva totalitaria que, como política de Estado ha emprendido el gobierno del presidente Maduro. Hecho esto con el sórdido acompañamiento de un Tribunal Supremo de Justicia dócil, complaciente y cómplice. Pero más todavía, dejaron a la vista una fractura política en el chavismo oficial hasta hoy oculta. Sale así a la superficie el malestar social hacia el gobierno de una parte sustantiva y mayoritaria de la base del PSUV y del proceso que hasta ahora era contenido por el miedo y las amenazas. Un dato marginal pero importante de lo que decimos es la participación de Redes, partido del GPP recientemente ilegalizado con la maniobra de la renovación de los partidos políticos, en el rechazo a las sentencias y en apoyo a la decisión de la Fiscal que convocó Marea Socialista en conjunto con la Plataforma en Defensa de la Constitución. Esa visibilización de la fractura en el chavismo cupular y el reforzamiento del que se da en la base, es en realidad la principal novedad política de la coyuntura que empieza.

La ofensiva totalitaria del gobierno, frenada parcialmente por el momento, es la consecuencia directa de la necesidad de una transformación contrarrevolucionaria, bonapartista, del sistema político de la Constitución Bolivariana para aplicar el plan económico de entrega que tiene como símbolo el Arco Minero del Orinoco, pero que se extiende a toda la actividad económica descrita en los lamentables 15 motores y en las Zonas Económicas Especiales. Así los actores económicos estrella de este momento son, junto con las transnacionales mineras, petroleras y financieras, los miembros locales del gran capital como los Vollmer y los Cisneros entre muchos otros. Esta entrega y sus consecuencias antipopulares y antinacionales, en hambre, miseria y entrega de soberanía, sólo se puede sostener sobre la base de un sistema político totalitario y represivo que para legitimarse necesita a la cúpula corrupta de la MUD como rueda de auxilio del plan de entrega.

El otro hecho novedoso que dejó este intento de autogolpe, o más precisamente como diría Carlos Marx en el 18 Brumario de Luis Bonaparte, un nuevo «golpe en miniatura», por ahora frenado, es que poniendo al gobierno a la defensiva, se abre un periodo, de duración incierta, donde lo dominante será la inestabilidad y crisis política, los intentos de contraofensiva autoritaria y represiva del gobierno, y lo más importante, la posibilidad de desarrollar la lucha política por recuperar los derechos, libertades y garantías vulnerados. Además, de la manifestación social en las calles por detener el ataque al salario, la alimentación, la salud y todas las conquistas socio económicas que nuestro pueblo obtuvo en la época anterior.

Entramos en un nuevo interregno, donde la debilidad de la cúpula madurista la llevará por su propio agotamiento a contestar con una represión indiscriminada pero a la defensiva y donde progresivamente se ha comenzado a perder el miedo a la soberbia criminal de esa cúpula.

Las dudas sobre la probable respuesta de nuestro pueblo deben dejarse a un lado. Debemos confiar en un pueblo maltratado, agobiado y angustiado por tres años continuos de hambre creciente, miseria y ataques a su nivel de vida y de derechos, pero al que debemos estimular, develándole la debilidad, traición y manipulación del gobierno. Darle chance a que este demuestre que no fue derrotado por los usurpadores y traidores de lo positivo del legado de Chávez.

Al tiempo que se escribe este texto se están desarrollando acciones de calle de la MUD que son violentamente reprimidas. Sostenemos que se deben respetar los legítimos derechos a la protesta a la movilización y a las exigencias de todos los sectores sociales y políticos. Y esto sin condiciones. Sin embargo estamos en la obligación de alertar a los sectores populares que apoyan a esa dirección política:

Afirmamos que la cúpula de la MUD, por su parte, actuará como hasta ahora. Facilitando por acción u omisión las acciones del gobierno. Está en su naturaleza, en su esencia neoliberal y entreguista, la insistencia en el apoyo a la injerencista Carta Democrática, que refleja su desprecio encubierto por una salida verdaderamente democrática a la crisis actual. La dirigencia de la MUD, aunque afirma luchar contra el gobierno, es un aparato adaptado al régimen autoritario, rentista y clientelar que viene construyendo el ejecutivo. Su ausencia de programa y propuestas políticas para detener la crisis económica y para la reconstrucción de un proyecto nacional, así como la participación directa en la jornada de relegitimación de partidos (en la que solo ganan las grandes maquinarias, ampliamente financiadas) y la aceptación a las condiciones antidemocráticas establecidas por el CNE, demuestran su adaptación y vocación de disputa en el reparto estatal de la renta petrolera.

En esta nueva coyuntura estos viejos politiqueros, buscarán ganar la calle pero lo harán con un doble objetivo: a) recuperar el caudal de apoyo electoral que perdieron durante 2016 por su pusilánime respuesta a los atropellos del gobierno y su capitulación en las mesas de dialogo; b) sostener un esquema electorero del que solo ellos, además del PSUV sean parte, dejando por fuera a aquellas organizaciones que como Marea Socialista y muchos otros estamos por una verdadera recuperación democrática. Este esquema que no toma en cuenta a una parte importante de la población que no se siente representada por ninguna de las cúpulas.

Por eso tanto sus marchas, movilizaciones, declaraciones y discurso pseudo democráticos son funcionales a la instauración de un nuevo régimen político más autoritario que el de la IV república y similar al que quiere imponer el gobierno.

Las tareas que preveíamos para el 2017 en el Editorial #18 se han acelerado con el intento anticonstucional del TSJ y su recule parcial. Ratificando en primer lugar la lucha contra los intentos totalitarios y nuestro reclamo por la plena vigencia de los derechos democráticos.

Reclamamos, también, el retiro total de las sentencias 155 y 156. La eliminación de los decretos de Estado de Emergencia que no son otra cosa que Estados de excepción antidemocráticos. La plena libertad y derecho a la legalidad y constitución de todos los partidos políticos ratificando de facto la vigencia de los partidos que participaron de las elecciones de 2015 y facilitando la inscripción de los nuevos.

Exigimos la restitución completa de la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela. No solo en los derechos políticos sino también en los derechos económicos y sociales vulnerados.

Para enfrentar de manera autónoma a las viejas cúpulas del PSUV y la MUD y con una política a favor del pueblo que vive de su trabajo convocamos a todos los sectores con los que venimos trabajando a dar pasos urgentes en la puesta en pie de la nueva referencia política que necesitamos, democrática, plural, anticapitalista, ecologista, feminista…

Frenado por ahora el impulso totalitario, vienen tiempos turbulentos, pero lo verdaderamente importante es que estos también son tiempos de lucha política y social, potenciales para la victoria del pueblo en lucha.

 



[1]Editorial #18 Marea Socialista https://www.aporrea.org/actualidad/n306246.html

[2] TSJ http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/marzo/197364-156-29317-2017-17-0325.HTML

Fuente: https://www.aporrea.org/actualidad/n306635.html