La semana pasada terminó la 6ta ronda de negociaciones para la «modernización» del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). A pesar de los múltiples augurios que en semanas anteriores recorrieron los medios de comunicación [1], Estados Unidos sigue adelante con la renegociación del Tratado y más allá de las amenazas de Trump, […]
La semana pasada terminó la 6ta ronda de negociaciones para la «modernización» del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). A pesar de los múltiples augurios que en semanas anteriores recorrieron los medios de comunicación [1], Estados Unidos sigue adelante con la renegociación del Tratado y más allá de las amenazas de Trump, no parece mostrar indicios de una salida real del acuerdo.
Igualmente, unos días antes de que iniciara la 6ta ronda, EE.UU. anunció la aplicación de un arancel a la importación de lavadoras y paneles solares [2]. Este hecho va en contra de las normas del TLCAN, y México parece dispuesto a avanzar por el terreno legal para que se cumplan las condiciones del tratado [3].
Sin embargo, esta ronda cerró con una expectativa positiva acerca de la continuidad del tratado con sus tres integrantes y con un 7ma ronda programada para febrero del corriente año [4].
A estas alturas la pregunta que queda en el aire es: ¿la continuidad del TLCAN para México es o no una buena noticia?
TLCAN, ¿ancla o motor?
El TLCAN (o NAFTA por sus siglas en inglés) lleva activo veinticuatro años. El tratado comercial con EE. UU. y Canadá modificó fuertemente la economía mexicana. Al inicio del tratado, México sufrió la pérdida de muchos puestos de trabajo debido a la desarticulación de su industria nacional y la caída de la producción agropecuaria [5].
Hoy esta economía tiene una fuerte dependencia de EE. UU.: el 80 % de sus exportaciones van dirigidas a ese país. La cantidad de importaciones que recibe del mismo son igualmente importantes. La apertura total del comercio de México, tanto con el TLCAN como con los doce restantes tratados de libre comercio que mantiene vigentes, logran una economía dependiente del sector externo. Al tener la balanza comercial una fuerte volatilidad (dependiente del precio de los commodities), el equilibrio de la balanza de pagos se recuesta en la constante entrada de capitales vía inversión extranjera directa (IED) o inversión de cartera que provoca la pertenencia al TLCAN.
¿Por qué? Veinticuatro años después, México tiene su lugar ganado dentro del Tratado como proveedor de recursos naturales y mano de obra barata para las empresas multinacionales. Los bajos salarios y el comercio libre son un atractivo fenomenal para recibir a todas las empresas e inversiones que traen consigo, que quieren vender a EE. UU. y Canadá. De esta forma, México mantiene un modelo de exportación de productos de maquila que se sostiene macroeconómicamente dependiente de la entrada de grandes cantidades de capitales extranjeros y a falta de estos, deuda externa.
En este sentido, es pertinente analizar quién se benefició con el tratado. Las empresas seguro. El PIB mexicano creció un 67 %[6] entre 1994 y 2016 y hubo una fuerte incorporación de tecnología de punta en los procesos productivos. Sin embargo, el crecimiento del PIB es muy similar al de Argentina, sin TLCAN y con una fuerte crisis económica de por medio, y mucho menor que el de Bolivia (146,1 % para las mismas fechas). Abunda la producción de maquila, dependiente del mercados de exportación y los trabajadores están dentro de los peores pagos del mundo [7].
Los niveles de ocupación son comparables con el resto de los países de Latinoamérica, sin embargo, más del 50 % de la población mexicana vive con menos de USD 154 al mes y el Estado no es un gran proveedor de servicios públicos subsidiados que compense los bajos salarios. El 56,93 % de la economía es informal. El 43,6 % (más de 53 millones de personas) son pobres[8] y el nivel de desigualdad de los más altos de la región. Según un informe de Miguel del Castillo para CEPAL, el 1 % tiene la tercera parte de la riqueza total del país.
Mientras una mitad de la población se beneficia con la posibilidad de tener precios bajos en productos importados de alta calidad gracias al Tratado de Libre Comercio, la otra mitad ni se acerca a poder comprarlos. Después de veinticuatro años…¿cuál es la idea para que los beneficios del TLCAN se «derramen» al otro 50 % de la población? ¿existe? ¿es posible que exista?
Otra economía es posible
Según los analistas, la salida del TLCAN de EE. UU. provocaría una caída del 1,9 %[9] del PIB de México, una devaluación del 25 %[10] y un aumento de la inflación en 4,5 puntos. Sin embargo, los propios términos del tratado y la dependencia existente entre los tres países impiden que de un momento para el otro cambie la actividad comercial.
Aún con aranceles (se adoptarían los de la OMC) las empresas en México exportarían a EE. UU. dado que el margen que les dejan los bajos salarios les permite seguir ganando.
Por otro lado, México cuenta con un gran potencial para abrir nuevos destinos para sus exportaciones gracias a los tratados con los que ya cuenta y los que puede establecer. Según la CEPAL el comercio con los países de América Latina aumentaría un 6,3 %.
Las importaciones, dependiendo de dónde sean reemplazadas (si es que deben hacerlo), se encarecerán por los aranceles y la devaluación del peso mexicano. Esto facilitará contar con una balanza comercial positiva, pero los salarios habrán perdido nuevamente su poder de compra por el doble efecto mencionado.
Los efectos negativos de la salida del TLCAN son ciertos y lógicos ante una economía diseñada para el funcionamiento del tratado. Sin embargo, como mencionábamos anteriormente, este modelo está lejos de beneficiar a toda la población de México y su continuidad no asegura que esto vaya a cambiar. El PIB puede crecer sin que el país se desarrolle y una minoría puede enriquecerse, mientras todo el resto haga lo contrario.
La tercera opción
Entonces, una posibilidad es seguir igual, otra posibilidad es cambiar el destino de las exportaciones e importaciones, pero seguir con el mismo modelo de apertura, y la tercera opción es cambiar el modelo económico.
México es la segunda economía más grande de Latinoamérica y la 11va más grande del mundo. Cuenta con una población de 127,5 millones de personas, lo que implica un gran mercado interno. La economía mexicana debe enfocarse en sustituir importaciones y desarrollar una industria local para consumo interno. Generar empleo de calidad y así fortalecer la demanda interna y su economía. Debe pasar de tener una economía enfocada en la supervivencia del Estado y otra (la informal) para la supervivencia de su población.
Bolivia es un muy buen ejemplo de una economía que ha dedicado sus esfuerzos los últimos años para incluir a las mayorías no sólo social sino económicamente. Esto no ocurrió solamente expandiendo el gasto social, sino expandiendo toda la economía. Apostando a una mirada estratégica sobre la soberanía de los recursos naturales y las empresas públicas. El aumento del empleo, tanto como del salario, expande la demanda de bienes y servicios, provocando un aumento en la inversión y el crecimiento.
El impacto de la salida del TCLAN puede ser negativa al principio, pero permitiría la posibilidad de acceder con planificación y tiempo a una economía alternativa que otorgue mayor independencia económica y bienestar social.
Notas:
[1] http://www.excelsior.com.mx/global/2018/01/10/1212798, http://www.elfinanciero.com.mx/economia/canada-preve-que-trump-anuncie-pronto-retiro-del-tlcan-fuentes.html, https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Ven-proxima-la-salida-de-EU-del-TLCAN-20180110-0165.html
[2] https://lta.reuters.com/article/topNews/idLTAKBN1FC07L-OUSLT, https://expansion.mx/economia/2018/01/23/eu-asesta-un-primer-golpe-a-mexico-en-ronda-6-del-tlcan
[3] https://expansion.mx/economia/2018/01/22/mexico-apelara-decision-de-eu-de-aranceles-a-paneles-solares-y-lavadoras
[4] http://www.lacronica.com/EdicionEnLinea/Notas/Noticias/01022018/1305311-Llega-a-buen-termino-sexta-ronda-de-TLC.html
[5] http://www.celag.org/no-tan-distinto-trump-el-tlcan-y-la-presencia-militar-de-eeuu/
[6] Los Datos de crecimiento fueron extraídos de la base de CEPALSTAT
[7] Justamente este último punto es el que perjudica la competencia de E.U. con México y por el cuál se plantea la «modernización» del tratado. Los bajos salarios de México como mencionábamos anteriormente inclinan la balanza de las empresas estadounidenses, entre otras, a producir en México y no en su país. En el inicio del tratado se suponía que México iría mejorando sus condiciones laborales para igualarse con E. U. pero esto no ocurrió. Tanto las centrales obreras mexicanas como las de E. U. reclaman por la inexistencia de derechos laborales en México.
[8] https://www.forbes.com.mx/un-vistazo-a-la-pobreza-en-mexico-en-6-mapas/
[9] http://www.milenio.com/negocios/fin-tlcan-tlc-pib-mexico-exportaciones-economia-renegociacion-cepal-milenio-noticias_0_1057694320.html
[10] http://tiempo.com.mx/noticia/101610-tlcan_si_mexico_sale_del_tlcan_a_cuanto_llegaria_el_dolar_dolar_peso/1
Lucía Converti, @ConverL, investigadora CELAG.
Fuente: http://www.celag.org/mexico-la-continuidad-del-tlcan-sigue-igual-bien/