Después de lo que el 2010 le enseñó al mundo en cuanto al potencial de la red, cada vez más personas desde las esferas de poder (político y económico) lo verán como una amenaza, desconectar será el reto del 2011. Identifico al menos cuatro temas que serán debate recurrente durante el presente año: la neutralidad […]
Después de lo que el 2010 le enseñó al mundo en cuanto al potencial de la red, cada vez más personas desde las esferas de poder (político y económico) lo verán como una amenaza, desconectar será el reto del 2011. Identifico al menos cuatro temas que serán debate recurrente durante el presente año: la neutralidad de la red, el control de internet, los tratados o acuerdos de propiedad intelectual y la llamada «agenda digital» en México.
Los últimos seis meses el debate en Estados Unidos sobre la neutralidad de la red, que no es otra cosa sino que los paquetes de datos transmitidos sean tratados igual sin importar su contenido, ha sido particularmente intenso y la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC por sus siglas en inglés) parece que se inclinará a favor de las empresas, esto ocasionará litigios en la corte y en el congreso estadounidense. El caso de la neutralidad de la red, es un debate que me parece muy particular, pues desde que inició es un debate perdido; explico, desde que se puso el destino de la red en manos de quienes hacen las leyes o las corporaciones, la red pierde su poder como agente de cambio pues, como lo hemos podido ver en México y en otros países, existe un sistema institucional cooptado por las grandes empresas, lo vimos de manera clara con la llamada «Ley Sinde» en España.
En México, el tema de la neutralidad de la red si bien ha generado interés en cierto sector, es un tema que depende del resultado de la discusión en EUA.
El control de internet tiene tintes más interesantes, pues el debate es mucho más rico, lo que veremos son posiciones desde distintos ángulos. En países como China el control del Estado sobre el internet ha sido eficaz aunque en el largo plazo esto representará una desventaja para dicho país. En México tenemos la oportunidad de ver al internet como una infraestructura básica y generar políticas que balanceen el interés público y la calidad de vida con las inversiones en la red, esto podrá representar una ventaja para nuestro país. Se convierte pues, en un asunto de propiedad, no importará quién sea el dueño de la red sino quién la controla ¿corporaciones, gobierno, usuarios?
Quisiera pensar que el control de los contenidos es un escenario lejano, sin embargo el uso creciente de internet no va a la par con la expansión y desarrollo de la infraestructura por lo que la demanda superará a la oferta provocando días difíciles para el internet abierto y sujeto al principio de los extremos. Otra oportunidad de innovación se dará en esta pelea entre los walled gardens y la web abierta, pues con la adopción del HTML5 veremos mucha innovaciones en la web.
Sin embargo el gran peligro para internet no viene de los proveedores, sino de los absolutistas de los derechos de propiedad intelectual que en su mudanza a las tecnologías del siglo XXI se han autodenominado, de manera errónea, industria del contenido. Como lo indica el Dr. Doc Searls de la escuela de leyes de la Universidad de Harvard, lo que ha hecho la defensa a ultranza del copyright ha sido beneficiar a unas cuantas empresas que tienen el dinero para cabildear sus propuestas en perjuicio del interés público.
Este año está en juego la autonomía de los gobiernos ¿actuarán conforme los dictados de una industria o tomarán las decisiones que sean mejor para los ciudadanos? Por lo pronto en nuestro país está pendiente el caso del ACTA (Acuerdo Comercial Anti-Falsificación), acuerdo que ha sido rechazado ya por los ciudadanos. En este mismo sentido, México podría adherirse a la Sociedad Trans-Pacífica , acuerdo impulsado por Estados Unidos, Vietnam, Australia, Malasia, Chile y Perú cuyo contenido aloja un capítulo entero de regulaciones digitales con base en la propiedad intelectual más severo que el contenido en el ACTA.
Este año electoral y con miras al 2012 será un periodo difícil para concretar la Agenda Digital Nacional, pues las discusiones estarán contaminadas con el tema electoral lo que no permitirá la participación de todos los interesados. A pesar de ello considero que es un buen momento para unir esfuerzos y ampliar el panorama, México llegó tarde y mal a la era digital si a esto le sumamos que las asociaciones que defienden el internet se comportan como instituciones pre digitales, de poco servirán tantos foros y recursos gastados.
No todo son malas noticias, este 2011 estoy seguro de que veremos el nacimiento de lo que puede ser la nueva red, una verdaderamente descentralizada y distribuida, para ello los desarrolladores y científicos deben observar la centralización actual y cómo llegamos hasta aquí. Solo mediante el entendimiento de los principios de la red, sus ventajas y aceptando las batallas que ya se han perdido podríamos empezar a ver al futuro y crear nuevas formas de conectarnos.