Recomiendo:
0

Acerca de la película "Salvador"

Todos humanos

Fuentes: Gara

Dice Wagensberg que la verdad es para encarar el futuro y la mentira es para soportar el pasado.Han estrenado «Salvador», la película que hace referencia a la vida y muerte de Puig Antich, militante del MIL asesinado a garrote vil por el Estado en 1974, y las aguas andan revueltas. Sus compañeros denuncian que falsea […]

Dice Wagensberg que la verdad es para encarar el futuro y la mentira es para soportar el pasado.
Han estrenado «Salvador», la película que hace referencia a la vida y muerte de Puig Antich, militante del MIL asesinado a garrote vil por el Estado en 1974, y las aguas andan revueltas. Sus compañeros denuncian que falsea la realidad al presentarnos a Salvador como a un muchacho apasionado, rebelde y mártir por la democracia. Obviando la lectura política de su militancia, de su apuesta por llevar hasta sus últimas consecuencias la crítica unitaria del mundo, es decir, en palabras del MIL, la crítica global contra todas las zonas geográficas donde se instalan las diferentes formas de poder de separación socioeconómica. Salvador no era un demócrata antifranquista, era un comunista que atacó con las armas en la mano al Estado y al Capital, por ello pagó con su vida. Por lo mismo, su compañero Jean Marc Rouillan se encuentra hoy preso desde hace veinte años en Francia y escribe «para no reventar, por temor a la muerte lenta y a la gangrena de la amnesia, en la que se pudre toda una generación». Un irreductible, un irrecuperable. Tiene memoria.
Asistimos a una dulcificación del pasado. Son tiempos de reconciliación, nos dicen. Así Pepe Bono, ¡sí hombre!, aquel autocondecorado ministro dicharachero con un acento tan entrañable, hizo marchar juntos, de buen rollito, a un republicano y a un fascista en el desfile militar. Y es que, según dice, su padre era un falangista más bueno que el pan.
En la película encontramos el lado humano de los verdugos. Asistimos a la conversión de un carcelero de la 5ª galería de la Modelo. Famoso entre los presos por la práctica del apremio, gracias a asistir a los últimos momentos de Puig Antich, cayó del caballo cual Paulo y se hizo antifranquista de repente. Qué bonito.
Lo curioso es que algunos de los que permanecían en prisión el 20-N de 1975, un año más tarde, celebraban la muerte del dictador y dicen que dicho sujeto, en compañía de otros carceleros, se liaron a repartir apremio por cada una de las celdas de los celebrantes. Hoy, demócrata, ocupa cargo en un sindicato autodenominado de clase.
La nieta de Franco baila en la televisión pública. En breve algún obispo oficiará misa por García Lorca. Todo da igual, todo lo mismo. ¡Qué asco! –