Estimo que desde el VicePresidente de la República para abajo, pasando por ministros, gobernadores, viceministros, diputados, directores, alcaldes, concejales, y demás autoridades del gobierno, funcionarios del aparato burocrático del Estado y elementos de las organizaciones políticas partidistas y sociales, hasta llegar al militante revolucionario más joven de este Proceso, todos, sin excepción, tienen que formar […]
Estimo que desde el VicePresidente de la República para abajo, pasando por ministros, gobernadores, viceministros, diputados, directores, alcaldes, concejales, y demás autoridades del gobierno, funcionarios del aparato burocrático del Estado y elementos de las organizaciones políticas partidistas y sociales, hasta llegar al militante revolucionario más joven de este Proceso, todos, sin excepción, tienen que formar parte de una patrulla. El Presidente ya lo ha hecho. Es el Comandante de los patrulleros. Los patrulleros tienen dos tareas fundamentales: constituir las UBE y procesar a los electores asignados a fin de captar su voto. Cada patrullero tiene que ser portador de la conciencia revolucionaria y, en consecuencia, actuar para profundizar la revolución. Aunque no los veo en esta tarea. Creo que están retardados.
Como militante de este Proceso, el patrullero es un actor revolucionario quien, además de su tarea electoral para la reelección del Presidente, tiene su propia vida política en un determinado espacio. Es por lo tanto un hacedor de tareas en la construcción de la revolución. Desde este punto de vista, atendiendo su nivel de compromiso con su búsqueda revolucionaria, el patrullero o activista político, ambos roles le son pertinentes, tiene que complementar su lucha para derrotar a la reforma y aniquilar a la contra-revolución.
En este sentido, estimo que hay cuatro tareas complementarias de carácter determinante para el cambio estructural de la sociedad, las cuales tienen que ser asumidas de inmediato por quienes se asumen auténticos revolucionarios: (i) Es imperativo la creación de la Plataforma Unitaria. Se requiere que el colectivo le demande a las direcciones de sus entidades políticas, la constitución de una organización unitaria para acordarse de manera conjunta a fin de alcanzar dos meta comunes: la reelección del Presidente y la defensa del Proceso. No obstante, una plataforma de este tipo, requiere que sus mandos sean voceros, electos en asambleas populares de la militancia de base. Que se sienten en la mesa de acuerdos los voceros que expresen la voluntad de la mayoría y no la imposición sorda de la cúpula. La Plataforma Unitaria es una concepción revolucionaria del poder popular, la cual nunca podrá ser la unión de cogollos que decida la vida de la revolución. (ii) Se necesita darle consistencia teórica a la conciencia revolucionaria. Esto demanda la creación del Centro de Formación Ideológica (CFI). Son tres sus objetivos: difusión de los conceptos revolucionarios, investigación teórica y formación política. El CFI abre el camino de la democracia directa y la consolidación del Bien Común, meta ulterior de la revolución. Aunque se ha avanzado en esta dirección, hace falta mayor nivel de convencimiento para que se establezca la red de CFI en todo el país y así tejer la red ideológica del Proceso. Dice el Presidente que sin ideología no hay revolución. (iii) Como consecuencia de la conciencia y el fortalecimiento ideológico, se llega a generar la fortaleza espiritual y la unión de las comunidades organizadas para revocar el mandato a las autoridades públicas que han demostrado su condición de contrarrevolucionario. Esto exige preparar las condiciones exigidas por la Constitución y el CNE, a fin de cumplir con el derecho del revocatorio. Quien sienta la injusticia del desvío revolucionario tiene que estimular a su grupo a verificar en la práctica y comprobar en el terreno, la inconsecuencia del funcionario con los cambios que lleva implícito el Proceso Revolucionario. (iv) También tiene que asumir el revolucionario de sangre y corazón, la defensa y fiel cumplimiento a lo que será el Consejo Comunal. Principal estructura revolucionaria que lleva implícito la democracia directa. No solo por el ejercicio de los derechos del pueblo, desarrollados directamente por la comunidad organizada y decidida en la asamblea de voceros, sino por su esencia revolucionaria que marca el cambio en las relaciones sociales y de poder, postulados rectores de la revolución.
Los patrulleros que se lanzan a la búsqueda de los votos para la reelección son los que van a darle viabilidad a la profundización del Proceso. Los verdaderos revolucionarios son los que se incorporan a la patrullas, hacen el trabajo de campo, se mezclan con el pueblo sin importar su cargo o rango y asumen las tareas complementarias descritas arriba. Quien no lo haga de esta manera no es un revolucionario.