¿Por qué el 1% de los estadounidenses más ricos se lleva el 20% de los ingresos nacionales, pero el 1% más rico de los daneses solo un 6%? ¿Por qué los británicos más acomodados han visto cómo se duplicaba su aportación a la renta nacional desde 1980, mientras que, en el mismo período, la participación […]
¿Por qué el 1% de los estadounidenses más ricos se lleva el 20% de los ingresos nacionales, pero el 1% más rico de los daneses solo un 6%? ¿Por qué los británicos más acomodados han visto cómo se duplicaba su aportación a la renta nacional desde 1980, mientras que, en el mismo período, la participación de los holandeses más ricos no ha cambiado?
El cambio tecnológico y la globalización son dos factores fundamentales que se tienen en cuenta cuando se habla de la distribución de ingresos, pero esto no puede explicar por sí solo el continuo cambio en la desigualdad de los ingresos más altos en distintos países. Al fin y al cabo, algunos de los países más globalizados y avanzados tecnológicamente, como Dinamarca y los Países Bajos, son los más igualitarios.
Para explicar por qué algunos países capitalistas y avanzados son más desiguales que otros, debemos mirar más allá del mercado y explorar el papel que tienen la política y el poder a la hora de configurar de los resultados distributivos.
¿Deseamos tener una sociedad más igualitaria? Tras revisar un análisis crítico descubrí que la fórmula es sorprendentemente simple: cobrar impuestos a los ricos, votar por los partidos de izquierdas, poner en marcha sistemas electorales de representación proporcional y fortalecer a los sindicatos.
1. Niveles de impuestos
Un factor clave es la política gubernamental, especialmente la fiscal. Los países que han realizado las mayores reducciones de sus tasas máximas del impuesto sobre la renta han sido los que han conseguido mayores aumentos en la proporción de ingresos máximos. Por ejemplo , en Francia, la tasa más alta en 2010 fue solo un 10 % más baja que en 1950. Mientras, en las zonas más desiguales de Estados Unidos fue un 50% más baja. A nivel empresarial , el salario de los ejecutivos tiende a ser mucho más alto cuando el tramo más alto del impuesto sobre la renta es menor.
La política fiscal desempeña un papel fundamental para explicar la desigualdad en lo que respecta a este tipo de ingresos. Sin embargo, las políticas no surgen de la nada. Estos cambios en las políticas que influyen en los resultados distributivos en los niveles más altos son el resultado de las relaciones de poder social, que han demostrado que determinan la evolución de la desigualdad de ingresos.
2. Política
El ámbito político formal es una de las zonas donde se desarrollan estas relaciones de poder. Una investigación reciente de Evelyne Huber, Jingjing Huo y John Stephens estudió la participación de los ingresos del 1% de las personas más ricas en las democracias postindustriales entre 1960 y 2012. Descubrieron que los gobiernos de centro y de derecha en los países ricos llevan aparejados aumentos en la participación en los ingresos superiores. Mientras tanto, las políticas de los gobiernos de izquierda generalmente reducen la desigualdad en el extremo superior.
El diseño institucional del sistema político también importa. Los sistemas electorales de representación proporcional tienden a favorecer a los partidos de izquierdas, mientras que los sistemas regidos por la mayoría favorecen a los de derechas. También hay características institucionales, como tener presidentes y legislaturas bicamerales, que fomentan el estancamiento y potencian un especial interés por bloquear las reformas políticas progresivas.
No está claro hasta qué punto se puede generalizar la historia institucional pero, como muestran Jacob Hacker y Paul Pierson , es crucial para explicar el espectacular aumento de personas extremadamente ricas en Estados Unidos.
3. Sindicatos
Además de los partidos de izquierdas, los sindicatos también actúan como controladores de poder sobre la parte superior de los ingresos, puesto que pueden alinearse con los partidos de izquierdas y presionar para conseguir políticas igualitarias. Dentro de las empresas, los sindicatos tienen la capacidad de negociar para obtener un aumento de los salarios y una reducción de los ingresos destinados a la compensación ejecutiva y a los dividendos de los accionistas.
Un estudio académico descubrió que la sindicalización disminuyó los salarios de los principales ejecutivos estadounidenses en un 12%. También otro estudio reveló que en las industrias estadounidenses con mayores niveles de afiliación sindical, la brecha entre el salario de los directivos y el resto de la plantilla era más estrecha.
En los numerosos estudios estadísticos internacionales que analicé y comparé , la tasa de sindicación es una de las pocas variables que se asocian sistemáticamente con las cuotas más bajas de ingresos superiores.
Impulsado en muchos sentidos por los esfuerzos de pioneros como Thomas Piketty y sus colaboradores , el estudio sobre los ingresos más altos ha tenido un progreso notable en la última década. Pero aún hay cabida para una mayor investigación.
El estudio sobre este tipo de ingresos tiende a centrarse en lo que sucede en Estados Unidos. Por ello, es necesario realizar un análisis más exhaustivo sobre las experiencias en otros países. Necesitamos más investigaciones sobre quiénes son ese 1% en diferentes países y cómo son sus preferencias políticas en comparación a otros segmentos de la población. También necesitamos analizar con más detalle las dimensiones étnicas y de género en la jerarquía de ingresos de distintos países.
Partiendo del hecho evidente de que vivir en sociedades muy desiguales destruye nuestras mentes, nuestros cuerpos, nuestras relaciones, nuestras comunidades y nuestro planeta, es una cuestión que todos deberíamos tomarnos en serio. Cuanto mejor comprendamos las causas de esta concentración de ingresos en diferentes países, más eficaces seremos para evaluar qué se puede hacer para ralentizarla o incluso darle la vuelta.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation
Sandy Brian Hager es profesor titular de Economía Política Internacional. Universidad de Londres.