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Sobre la película el Chivo de Vargas Llosa

Trujillo y Marilyn Monroe

Fuentes: Rebelión

En el momento en que bajó de su carabela, Don Mario de Valladoliz lo hizo con el pie derecho. A partir de ahí nada le cuadró. Tenía la cara como una vela. Al llegar a donde José Israel soltó una sonrisa de cortesía ; pero el gordo Cuello apenas le esbozó una mueca que él […]

En el momento en que bajó de su carabela, Don Mario de Valladoliz lo hizo con el pie derecho. A partir de ahí nada le cuadró. Tenía la cara como una vela. Al llegar a donde José Israel soltó una sonrisa de cortesía ; pero el gordo Cuello apenas le esbozó una mueca que él no supo si era un saludo o se dirigía al que le hablaba al teléfono. Don Mario, que es como se le conoce después de haber llegado en burro desde Perú hasta Don Fernando Aznar, recibió como premio el Cervantes. Brindaron con Cuba-libre, pero en la mezcla, en vez de ron, usaron una sangría importada de Transilvania.

Ahora, de pie, Israel le señalaba con el lapicero que se sentara. El lapicero siguió dándole forma a una de las tantas obras realizada mientras telefoneaba, y que con el título de Garabatos a Diestra, él titulara para luego exponer, tal y como hicieron los pintores automáticos en Montreal con Emile Borduas de timonel.

Con ojos de tortuga cansada, parecía que era él y no Don Mario quien había cruzado a nado el Atlántico, siguiendo el mismo trayecto que el otro almirante.

Israel cumplió lo que tenía que cumplir y unas cuantas mecidas de mecedoras mas tarde en la librería de Virtudes…

-Gracias por llamarme Caito, muy amable, gracias… Una palabra taina, verdad ?

Prosiguió su rumbo hacia el templo recibido por Fond Bernard de quien no hay que decir nada, después del desplume de Carmencita.

Ya en su cuarto viaje Don Mario escribió la peor novela de su repertorio teniendo en sus alforjas la derrota presidencial de su país. Escribió el dictador que quizas él no pudo ser.

La prisa se impuso, ya estaba completo el equipo de gobernadores y encomenderos, arcabuceros y alcagüetes, bombarderos, vacunadores, alfabetizadores, contratos con el FMI y del Tratado de Libre Comercio y todo un et caetera de intransición. La publicidad es necesaria, le susurraron al oido y ya no sólo el libro se vendía en todas las panaderías del país junto a las ediciones Drake Illimited (ji, ji); apareció también la película como la luz del primer día bíblico.

Todavía Isabelita tenía el peinado de Josefina Bonaparte cuando respondía por Urania, que no Minerva.

Y Trujillo….. ¡cua, cua, cua, cuaaaaaaaa…! No relaje Sr. Conde, ¿De qué color e’ la pintura ? Pásame los gemelos.

Jamie Foxx se paso años aprendiendo piano, no para tocarlo, simplemente para hacer el gesto de Ray Charles. Al cabo de 13 años salió magistralmente el clon Ray Charles a la pantalla. Con la venia de Etzel.

¡¿ Que Milán es Trujillo ?! ¡cua, cua, cuaaaaaa!

Will Smith tuvo que pasar un buen tiempo cosechando músculos para disfrazarse de Alí y ni eso le sirvió ya que lo mas grande del Mohamed no fueron sus peleas ni sus gritos tarzánicos encima de sus víctimas fulminada. Su mayor victoria la libró contra la irracionalidad de la guerra de Viet nam, lo que no es tan evidente en el film.

Chaplin, que aparte de tener la misma edad que Adolfo, estudió y aprendió Alemán antes de ridiculizar de la forma más estupenda y sensacional al Dios Ario.

¡ ¿Trujillo calvo ?! Que me traigan un par de tripas que ya no aguanto la risa.

Bruno Ganz haciendo el papel de Hitler en La Caida, basado en los testimonios de su secretaria, es tan creíble que parece surgido de un viernes santo.

Pero, ¿ por qué en vez de hacer el papel de Trujillo no hizo el de Carlos Dobal, quien ahora recibe clases de pintura del maestro Jacinto Dominguez?

Fond Bernard le preguntó que cuál era el animal que después de muerto era que hacía bulla.

-Paso, le respondió Don Mario de Valladoliz. Y fue cuando, como dos chivitos jarto e’ jobo, siguieron comiéndose todos los periódicos que quedaban en el archivo.

DIO PATRá LA LIBERTAD , TRABAJO Y MUNDANIDAD.

Daniel Santos pasó dentro de una cajita azul, de plástico, sobre una pila de mangos acotejados en un triciclo …♪ desde el cielo he recibido la noticia, que un angel se ha escapado sin querer … ♫♪
Los dos chivos no oyeron nada. En ese instante Gabo apagó su radio en la escuela de cine de San Antonio de los Baños, recogió el angel caido y se rió detrás de su bigote blanco. El patriarca lo detuvo, ¿ Cuándo es que me van a filmar ?
A Don Mario se le veía el sabor de almizcle del rencor…. donde te habrás metido que no te alcance este desastre de mi venganza…..

Don Mario continuó meciéndose y después de dos librasazos, Yina le martilló: ¡Gusano!, ¡Traidor!… y como pudo, se escurrió hasta la Chunga con sabor a melao. Dícelo Teo, que Mario Lebrón es el verdadero Trujillo. Más Trujillo que el de Fortunato, le repitió Puchi Ginebra.

Al despedirse de Pedro y de Villegas en el palacio, Jose Lasosé le dijo adios; con sus fondos de botella era mas bien saludar a un bulto.

No hay vaina mas decepcionante que ver una película biográfica con un actor que no se parezca al biografiado pensó Sagrada sentada en una silla blanca de plástico y detrás de una cerveza.

Atravesando el parque, el bulto fue atacado por 75 palomas blancas que en picada lo ametrallaron viéndose obligado a llamar la guardia real que estaba de turno en el ayuntamiento cherchando con Agnes.
¡Coño de madre ! comentó Alejo desde una página del recurso del método.

De vuelta al templo, el mismo de donde echaron a los mercaderes, Don Mario preguntó ingenuamente que dónde estaban los indios. Fond sacó los ojos desde el fondo y por encima de los espejuelos y con un ademán shakespereano le dijo la única afirmación indiscutible: Ya no hay indios, Don Mario.