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Un aporte a la perspectiva política del P-SOL

Fuentes:

Este texto que presentamos fue elaborado por la Cordinación Estadual del MES  (Movimento de Esquerda Socialista) de Porto Alegre-Rio Grande do Sul. Es una contribución que pretende aportar a la discusión incorporando algunos elementos surgidos en el transcurso del debate político, y respaldando el documento presentado por los compañeros Martiniano y Robaina, miembros de la […]

Este texto que presentamos fue elaborado por la Cordinación Estadual del MES  (Movimento de Esquerda Socialista) de Porto Alegre-Rio Grande do Sul. Es una contribución que pretende aportar a la discusión incorporando algunos elementos surgidos en el transcurso del debate político, y respaldando el documento presentado por los compañeros Martiniano y Robaina, miembros de la dirección nacional del P-Sol. 
 
Como no podía ser de otra manera, han comenzado dentro del P-Sol un  debate sobre las tareas políticas para el próximo período que alcanza también la cuestión de la organización del nuevo partido. Ellos son bienvenidos ya que la síntesis entre la experiencia concreta que vamos haciendo en la lucha de clases y la discusión, es la forma en la que nuestro partido puede avanzar en este periodo,  tanto en profundizar su relación con el movimiento de masas como en su propia construcción. Así fue como el debate abierto en la Dirección Nacional no se contrapuso a una resolución que ha permitido comenzar a armar las importantes tareas que tenemos, y a una exitosa intervención en la marcha del 25 de noviembre.

La primera discusión política de importancia que tuvimos en POA (Porto Alegre) fue el debate sobre que hacer en la segunda vuelta electoral. Es bueno entonces, volver sobre lo que hicimos y las posiciones que en ese momento se sostuvieron de manera que podamos hacer la necesaria interconexión entre el debate y la realidad práctica y así avanzar colectivamente en la armazón política del P-Sol.

Algunas conclusiones sobre el segundo turno en Porto Alegre

Para el segundo turno se presentaron dos posiciones. Un sector de compañeros que defendieron como alternativa electoral el voto nulo bajo el argumento de que Fogaça y Raúl Pont eran la misma cosa y que era imposible votar por Raúl dado que eso significaba votar por Lula.  Y hubo otro sector que defendimos de que tanto el voto nulo como el voto por Raúl eran lícitos o comprendidos frente al derechista Fogaça. Sustentamos esta posición considerando que Raúl no era lo mismo que Fogaça como quedó expresado en una resolución adoptada por el plenario.

En la elección, el PT recibió un gran castigo político por la mayoría de la población. Gran parte de este castigo se hizo lamentablemente utilizando el voto por Fogaza, mientras que el voto nulo y blanco fueron en los índices mas o menos normales. Esta derrota del PT abrió un debate político en su interior que tuvo trascendencia en la prensa entre figuras de Articulación y Raul Pont. Este debate de las cúpulas petistas gaúchas es paralelo a un sano debate instalado dentro de millares petistas a quienes el derrumbe electoral los empuja a sacar sus propias conclusiones y a avanzar en reflexiones políticas a través de esta experiencia.

No es para menos, teniendo en cuenta la importancia que para el PT gaucho tiene la primer intendencia conquistada y gobernada por 16 años en su gran mayoría por la izquierda del PT y la DS (Democracia Socialista) y que se convirtió hasta en un emblema mundial por el Presupuesto Participativo. 

No vamos ahora a hacer el embellecimiento de Raul Pont, que con idas y vueltas acabó concluyendo en un consenso de convivencias en el encuentro estadual del PT, pero tenemos que reconocer que ese debate indicó diferencias importantes, en las que Pont culpó de la derrota al gobierno Lula. En una de sus ultimas intervenciones colocó como primera razón de la derrota la expulsión de Luciana, seguido de las reformas de la previdencia y el salario mínimo.

Lo bueno de esa declaración es que en ella Raul Pont nos está dando la razón; está reconociendo algo que tiene mucha importancia para nuestra relación con la base descontenta del PT. (Seguramente es un mensaje que él también recibió haciendo campaña y que nosotros también recogimos de la calle). Que la expulsión de los radicales – y en el caso concreto de Río Grande do Sul de Luciana – se convirtió en un hecho cualitativo para la ruptura de un sector de militantes con el PT, al mismo tiempo que para otro sector, tal vez más numeroso de la militancia, fue su primer experiencia de descontento que luego se vio continuada por el curso neoliberal del gobierno y el consecuente resultado electoral obtenido. Así una gran masa de estos sectores descontentos terminó votando por el PT, se manifestaron descontentos no haciendo campaña y van a mostrar en un futuro simpatías por nosotros en la medida de que sepamos dialogar con ellos.

Es necesario aclarar también que el voto por Raul fue un voto más a la izquierda, contra el retroceso que significa colocar de nuevo en la Prefeitura (alcaldía)  toda la política de Fogaça, que tuvo en torno de sí a toda la derecha, la RBS y la gran burguesía portoalegrense. Votando en forma critica por Raul, sectores de masas se manifestaron diciendo que a pesar de la traición del PT no querían permitir que Porto Alegre cayera en las manos de la derecha.

Por eso, es la hora de preguntarse que resultados políticos hubiéramos sacado si el P-Sol de Porto Alegre votaba nulo. Entendemos que muchos compañeros defendieron ese voto como una forma de afirmación del partido, lo que siempre es una necesidad cuando se comienza una construcción nueva. Una saludable intención de afirmar el PSol que conlleva a la negación de cualquier otra alternativa. Sin embargo, sucedió que esta lícita afirmación de lo nuestro, se hizo deformando la realidad. Si bien era correcto decir que no había alternativa y por eso estamos construyendo el P-Sol, no todos los otros eran y son iguales. No podemos meter a «todo el mundo en el mismo saco», ya que si hacíamos eso, se perdía toda posibilidad de diálogo con esa gran masa de militantes que están rompiendo con el PT y esperan algo de nosotros.

No hay política de diálogo con las masas – para una fuerza que es minoritaria y aspira a construirse con influencia de masas – si no es tomando la realidad tal cual es, las contradicciones de las fuerzas rivales y la conciencia de las masas que están en una relación con esas mismas contradicciones.

Si llamábamos a votar nulo en POA bajo la idea de que los dos son candidatos iguales, nuestra posición iba a ser puesta tanto por izquierda como por la derecha del PT como un pretexto de su derrota, limando sus contradicciones y diferencias. Hay evidentemente una crisis dentro del PT por las elecciones y en el fondo por la política que  sigue el gobierno de Lula. Nosotros sabemos que es una crisis que no tiene salida dentro del PT. Pero izquierda y derecha no son la misma cosa. Sabemos también que muchos de los dirigentes se van a terminar adaptando a pesar de sostener diferencias para continuar su carrera política incapaces de dar una disputa. Pero hay que distinguir entre la conducta de un sector de los dirigentes y su adaptación al aparato estatal y la base que ellos representan, que expresa un movimiento positivo de su conciencia con sus vacilaciones y contradicciones legítimas en el camino de la ruptura con el PT. Este camino los puede llevar al P-Sol, si nosotros tendemos un puente hacia la conciencia de esos amplios sectores. O puede llevar a la dispersión, el escepticismo o a terminar en la derecha

Esas disputas y contradicciones -sin salida dentro del PT- repercuten sobre la militancia y sectores de masas. Y es fundamental actuar sobre los dirigentes y la base, con una política no sectaria, que dialogue para demostrar pacientemente que no se tiene salida dentro del PT y que nosotros estamos abiertos a construir un partido con ellos.

Con el voto nulo hubiéramos destruido todo dialogo, no podríamos construir ese puente entre sus ideas progresivas – que tiene sus dudas y vacilaciones genuinas – y nuestro partido. Los hubiéramos entregado todo al PT y a la derecha.
 
Tenemos que disputar sectores de masas. La sola afirmación de nuestro programa puede conducirnos a la auto- proclamación
 
Estamos en una fase política de la construcción del P-Sol en donde coexisten elementos contradictorios que tenemos que administrar de la mejor manera posible. De un lado, nosotros necesitamos afirmar nuestro proyecto. En ese sentido, es fundamental hacer una delimitación política programática como definir pautas organizativas e instancias para el partido. Dimos pasos en esta dirección cuando votamos en el Encuentro Nacional el Programa y los Estatutos.

Pero debemos hacer esto sabiendo que para construir un nuevo partido de clase, anticapitalista y socialista, estamos en un período en donde necesitamos disputar a  un sector de la vanguardia y a un sector del movimiento de masas. No estamos en un periodo en donde el partido se construirá solo a partir de la simple captación y acumulación de militantes de «uno en uno» por su convencimiento en el programa  del partido.

Porque a partir de la crisis del PT, y la experiencia de sectores de los trabajadores con el mismo, se abrió un vacío político. Y nuestro partido tiene como tarea ser una pieza fundamental en la recomposición del movimiento luego del terremoto político sufrido por la traición del PT, ocupando políticamente ese vacío y actuando como el cemento de una nueva reorganización del movimiento social.

Para ello, nuestro partido tiene que tener una política para las masas lo que quiere decir para todos los procesos que las mismas viven. Una política de intervención en sus luchas y una política para los procesos que ocurren en su conciencia. Debemos saber que este es también un lugar privilegiado para la recomposición y donde el partido puede incidir mucho por el diálogo privilegiado que puede establecer, por la ubicación excepcional que tenemos con la masa petista a partir de nuestra expulsión del PT y ese puente establecido del cual hablamos en el punto anterior.

Por eso es fundamental la intervención en todos los procesos que ocurren en el movimiento de masas, en los trabajadores, los campesinos, la juventud y una política global de agitación con consignas simples que dialogan con ellas mostrando que otra salida, otra política es posible. Sin ello, no se puede incidir ni se puede ocupar el espacio vacío a la izquierda del PT, para posicionarse en el mismo con una política de ruptura anticapitalista y actuar como el cemento de la recomposición social.

Volvemos a insistir que el diálogo con las masas no es solo la participación en sus luchas reivindicativas. Esa es una tarea fundamental, pero nosotros tenemos que ir a esas luchas y movilizaciones mostrando que hay otra salida, otra política y otro alternativa bajo una forma sencilla que sea creíble para las masas.

Una afirmación de nuestro programa solo en sí mismo, aislado de una política para las masas, aislado de un plano de urgencia que parta de las reivindicaciones y aspiraciones de los trabajadores y el pueblo -que no puede resolver el gobierno de Lula-, nos lleva a una auto afirmación y propagandismo del partido y a un sindicalismo en la actividad en los sindicatos. Estamos en una etapa que es esencialmente política,  en la que los trabajadores para llevar adelante sus luchas necesitan hacer su experiencia política con el gobierno de Lula, como sucedió en la huelga de la previdencia o de bancarios. La disputa por la dirección sindical frente a la burocracia del PT es por tanto también política.

La contradicción entre propaganda de un lado y agitación y acción de masas del otro, se resuelve sabiendo que hay que hacer buena propaganda de los puntos centrales de nuestro programa para ganar a sectores de vanguardia que están desilusionados con la experiencia del PT y a los nuevos luchadores que surgen y  haciendo cursos de formación para nuevos y no tan nuevos militantes. Pero que el centro de la política del P-Sol es el diálogo con las masas, y esto lo hacemos haciendo agitación política hacia ellas, haciendo un esfuerzo por llegar a millones de trabajadores y tomando iniciativas políticas, de las cuales la marcha del 25 ha sido un muy buen ejemplo.

El P-Sol tiene muy buenas condiciones para ese diálogo amplio porque contamos con la posibilidad de tener portavoces de su política que tienen una gran capacidad y una gran audiencia para hacerlo. Una intervención publica, una noticia en la prensa de los parlamentarios, en particular de nuestra portavoz Heloisa, permite amplificar y llegar a un numero enorme e incalculable de personas que de esa manera comienzan a seguir la política del P-Sol.

Hay condiciones para plantearnos un bloque político social de oposición al gobierno que sostenga una alternativa antiimperialista y anticapitalista de poder

La auto-proclamación en la que caen algunas corrientes de izquierda en nuestro país y en Latinoamérica es hija también de la teoría de que las otras corrientes que están en el movimiento de masas son todas iguales y esto no es así. Los revolucionarios tenemos que distinguir las diferencias y matices. Como quedó demostrado en el caso de Porto Alegre, no es lo mismo la izquierda petista y articulación, como no es lo mismo el MST y la cúpula petista, así Stedile se esfuerce en apoyar a Lula y diferenciar a este del equipo económico.   Tampoco las corrientes de ka izquierda petista son todas iguales.

La realidad está indicando que Lula- Palocci son un equipo, por mas que se intente separarlos están muy unidos en la aplicación del programa neoliberal, y que van a seguir unidos. Además de las relaciones estructurales entre la burguesía brasilera e imperialista, Lula ya es una personalidad política ganada por el gran capital. La política neoliberal, junto con provocar profundas transformaciones en el estado al servicio de los intereses de las grandes corporaciones, creó  una capa burocrática, un sector social, de dirigentes de partidos, de sindicatos y de aparatos asociados por diferentes mecanismos que hacen parte de los beneficiarios del neoliberalismo por los servicios que les prestan. Esto es en esencia la nueva -y vieja- corrupción del capitalismo que permite a la burguesía mantenerse en el poder en esta fase neoliberal. Lula ya es parte de esa nueva formación social burocrática, y no va a cambiar.

Por estas razones profundas Lula y Palocci son la misma cosa, y como Lula y su gobierno no van a cambiar, esto irá a provocar cada vez mas contradicciones y choques. No puede ser que esta política no siga provocando crisis en el PT y en el MST. La salida del presidente del BNDES es una expresión de ello. La votación contra el blindaje de Mierelles es otra.

Porque como correctamente plantea el documento de Martiniano y Robaina, la crisis, la polarización social y las contradicciones van a aumentar como consecuencia de la política neoliberal del gobierno en el marco de la crisis de la economía mundial. Si bien en relación al resto de Latinoamérica, en Brasil esa polarización esta atenuada porque no se dieron las insurrecciones o grandes movimientos de masas que en los últimos años sacudieron los regímenes políticos en Argentina, Ecuador, Bolivia, Venezuela y Perú la crisis se va a agravar. Lo que no solo actúa para provocar movilizaciones sino también positivamente sobre la cabeza de amplios sectores de masas.

La política neoliberal en nuestro continente no solo ha agudizado la polarización social sino que han provocado cambios en la estructura económica y en el estado, por  lo cual las tareas democráticas y antiimperialistas -que históricamente son tareas democrático burguesas- se colocan cada vez mas en una dinámica anticapitalista. La reforma agraria ya no es solo contra los latifundios, sino contra las corporaciones y los grandes capitalistas del campo. La defensa de los recursos naturales, expoliados por la extracción abusiva de las grandes corporaciones capitalistas del campo, tienen ese misma dinámica. La necesaria reforma del régimen político frente a la corrupción, las estafas electorales, la mercantilización de los partidos políticos, como el mantenimiento del sistema represivo, la impunidad en el campo y en las Fuerzas Armadas son tareas que chocan contra el establishment político brasilero. Y lo más importante, es que es imposible resolver el problema del salario, la tierra y el empleo, sin una ruptura con el imperialismo y el FMI que la burguesía brasilera es incapaz y no puede hacer.

La adhesión del PT al neoliberalismo, su incapacidad de liderar la ejecución de reformas progresivas que golpeen los intereses capitalistas e imperialistas provocó la ruptura de amplios sectores que no tienen una comprensión revolucionaria de la realidad,  y que todavía tienen ilusiones reformistas. Se queremos construir un partido de masas tenemos que dialogar com estos sectores. Sin capitular para su nivel de conciencia, explicando pacientemente que las reformas que el PT siempre defendió son imposibles sin un enfrentamiento de masas con el régimen capitalista y el imperialismo.

La respuesta política a esta situación es la formulación de un plan o programa de urgencia de ruptura con el imperialismo y que contenga una alternativa creíble de poder. Un plan alternativo que de una salida a la crisis de los trabajadores y el país, que contenga las reivindicaciones más sentidas de los trabajadores y que plantee en forma simple las medidas económicas y políticas necesarias de ruptura para poder resolverlas.

Al mismo tiempo, el P-Sol tiene que luchar para la formación de un bloque político social de oposición al gobierno, para luchar por ese plan de urgencia. La forma de luchar por la hegemonía de nuestras posiciones en un sector de masas no puede hacerse sin una política hacia organizaciones de masas. En este período es fundamental alentar y promover la autoorganización de los trabajadores bajo todas las formas, combatiendo los aparatos y direcciones ligadas al gobierno y a la conciliación con el mismo, en particular la dirección de la CUT. Y junto con ello es necesario hacer un llamado a otras corrientes políticas y sindicales a construir ese bloque político social para luchar por esa alternativa.

La movilización del día 25 es un ejemplo concreto de una iniciativa política que significaron pasos prácticos para construir ese bloque ya que permitió confluir sindicatos, organizaciones estudiantiles y campesinas con el P-Sol. El P-Sol y su dirección fue capaz de ser «el cemento» de esa importante movilización.  De esa manera ganó también más peso para hacer con fuerza un llamado al MST y otras organizaciones políticas y sociales. La ronda de giras que harán nuestros parlamentarios, es un momento privilegiado para experimentar esta política hacia sectores y organizaciones políticas y sociales.

El bloque político y social es una forma de formular la necesaria alianza entre las clases explotadas para construir una alternativa de poder. Siguiendo a Lenin, Gramsci y Trosky los marxistas hemos formulado la alianza obrera y campesina, la alianza obrera y popular, como una tarea indispensable, como una forma de conquistar la hegemonía en la lucha por un gobierno obrero y popular, y hemos sostenido que es posible construir esa alianza si la clase obrera se eleva como el caudillo de las otras clases y asume sus reivindicaciones.

Tenemos que ver como actualizamos hoy esas formulaciones generales a la luz de los cambios estructurales provocados por el neoliberalismo que plantea nuevas tareas y que ha provocado cambios en las clases sociales y en las organizaciones y movilizaciones de los explotados. La clase obrera, es la clase que puede llevar en forma consecuente estas reivindicaciones y acaudillar a todas las clases explotadas en la lucha por la revolución social. La cuestión que se coloca es como esto puede ser logrado en el periodo de cambios estructurales y de convulsiones políticas y sociales que vivimos en nuestro continente.

Es un hecho que ha ocurrido un cierto debilitamiento estructural  de la clase obrera como tal, al mismo tiempo  que se han incorporando otros sectores en lucha: el campesinado, la masa desocupada y excluida de las ciudades, el movimiento indígena, sectores empobrecidos de las clases medias y pequeños y medianos productores arrasados por las corporaciones, los ahorristas robados como en México y Argentina. Por eso mismo estamos viendo nuevas organizaciones y formas de lucha como el comité del agua en Cochabamba-Bolivia, los fuertes movimientos campesinos, los piqueteros, los movimientos de ahorristas, los indígenas, las comunidades populares de Venezuela, la redes de radios alternativas etc. etc.  que han jugado un papel fundamental en los procesos que cruzan Latino América.

Estamos en un período en el que es muy difícil que haya una organización de los trabajadores -como en su momento fue la COB de Bolivia, capaz por si misma de aglutinar y acaudillar a todos los sectores que entran en conflicto con el gobierno y el sistema. Hay nuevas formas de autoorganización, situaciones más diversas, y menos centralizadas. Y al mismo tiempo, por la crisis estructural y crónica que vivimos, la alianza entre estos sectores explotados y empobrecidos no es temporal, o mejor dicho, es menos temporal que en anteriores períodos en donde era posible hacer algunas concesiones. Por eso mismo la formulación de un bloque político social con un plan de urgencia antiimperialista y anticapitalista es estratégica y una respuesta a esta tarea que está planteada en esta nueva situación, que ya embrionariamente se expreso el día 25 y que puede desarrollar como una bloque político social de oposición al gobierno.

Por otra parte, la crisis de las instituciones burguesas en el neoliberalismo es también la crisis de los partidos políticos convertidos en mercadería electoral. Por eso, de esa brutal descomposición de lo que fueron en su origen los partidos políticos, no podemos descartar desgajamientos y corrientes intermedias progresivas en algunos de ellos mas ligados a las masas.

Creer que hay una salida intermediaria de reforma del estado burgués o de disputa de ese estado al servicio de la mayoría explotada es un grave error. Pero no entender las disputas y nuevas contradicciones nos impide una política de alianzas y de frentes en esa perspectiva anticapitalista de la que hablãbamos.

La importancia de las elecciones del 2006

Un error que podemos tener en este debate es contraponer la movilización a las elecciones. En la situación que vive nuestro país, ambos procesos tienen que ser utilizados para avanzar en gestar una nueva alternativa política. Solo estarían contrapuestos si estuviéramos en un período en donde se pudiera abrir un proceso insurreccional que colocaría a la orden del día una revolución y la lucha por el poder político. Pero esta es una situación que no está abierta en el próximo periodo. Como eso no está planteado, entonces para las grandes masas la cuestión del poder se coloca lógicamente por la vía electoral.

Las elecciones han estado vinculadas -de una u otra forma- a los procesos políticos y a las grandes movilizaciones de nuestro continente. Por ejemplo, no se puede explicar la insurrección boliviana sin el resultado electoral en el cual por escasos votos el MAS de Evo Morales no llega al poder. No se puede explicar el chavismo sin carachazo y sin elecciones constituyentes y presidenciales. El argentinazo que tuvo como epicentro la movilización de los porteños fue precedida por una votación del 20 % del conjunto de la izquierda en la ciudad de Buenos Aires por la cual obtuvieron bancas toda la izquierda

En Brasil esto es más ligado aún ya que la practica electoral es la forma esencial de disputa política que hacen las masas, y la elección del 2006 ya se ha colocado como una cuestión central por la disputa de masas. Quienes opinan que pensar en el 2006 es electoralismo tiene que preguntarse que pasaría si en esas elecciones no se presenta una alternativa de izquierda al gobierno de Lula. Y es un problema que ya está colocado, no es para el futuro. La burguesía y el gobierno ya están en esa disputa y si nosotros no entramos dejamos nos abstenemos a dar una pelea fundamental decisiva para la formación del bloque político y social de oposición al gobierno.

La  intervención en las luchas sin una política nacional y sin alternativa electoral es sindicalismo. Es hacer el juego a Lula. La mejor cosa que pueda pasar al es que el PSOL fracase en él 2006. Este hecho traería un gran desaliento en la izquierda y fortalecería la idea de que no hay otra alternativa a no ser seguir «disputando» el PT, o la ideología propagada por el MST de que no es importante tener un partido. En el diálogo con el movimiento social nosotros tenemos que proponer un frente electoral de oposición al gobierno como parte de la política de formar un nuevo bloque político social alternativo. Tenemos que combatir la variante de que las masas luchan y terminan votando en aquellos contra los cuales pasan el año luchando.

Nuestro partido tiene una ubicación privilegiada por su candidata Heloisa para hacer este diálogo tanto con el MST como con todos los movimientos sociales

No se puede repetir mecánicamente la formación del P-Sol como fue la del PT porque son momentos diferentes. El gran error del PT no fue dar mucha importancia para las elecciones. Este fue un acierto, que permitió que el líder sindical del ABC se tornase líder político de millones. Su error criminal fue ver las elecciones como un fin en si mismo. Entrando no vale todo electoral, haciendo  alianzas cada vez mas sin principios para ganar votos y rebajando el programa para tornar-se digerible para la clase dominante. El P-Sol precisa dar mucha importancia para el proceso electoral sin repetir esos errores. Presentarse para disputar votos y presentar una salida para el país. Es en el proceso electoral que este debate se abre no solo para la vanguardia sino para millones. El PSTU tiene influencia sindical pero no consigue transformar esta em influencia política en grande medida por no saber aprovechar los procesos electorales.

Algunas cuestiones organizativas del P-Sol

Por último queremos tocar brevemente los pasos organizativos del P-Sol. Existe una preocupación legitima para funcionen sus organismos y para que exista un avance  en la construcción de núcleos de base. Estas preocupaciones que todos tenemos no pueden ser tratadas aisladas de las tareas políticas que tiene planteada el P-Sol. Hay que reconocer que nuestro partido ha hecho avances enormes en sus seis meses de su constitución al lograr la meta de las asignaturas. Es un triunfo político que indica el reconocimiento de un sector de la sociedad y es un triunfo organizativo que muestra la capacidad militante para organizar esa tarea. La movilización del 25 de Noviembre ha sido otra muestra de que estamos bien en ese camino que comenzamos y que hay una coordinación nacional funcionando. Porque no habría posibilidades de avanzar en la organización si la cabeza no está haciéndolo por lo menos en parte.

Por otro lado, estamos en el proceso de afluencia de militantes al partido. Se organizan núcleos, al mismo tiempo que se suman o quieren sumarse nuevos adherentes, incluso algunos sectores de corrientes políticas que hacen parte del PT. Estamos en un periodo en el que habrá un proceso muy amplio de confluencia hacia el P-Sol en la cual se forman núcleos con diferentes formas de organización, y periodicidad. Como también nos encontramos con grupos mas abiertos de  militantes que se reúnen en forma más esporádica o que directamente no se reúnen pero reciben información y hacen actividades. Con la futura campaña de afiliación que deberemos comenzar veremos mas cuantificada esa afluencia de militantes y adherentes no todos organizados.

Si quisiéramos en este período regimentar estrictamente el funcionamiento del P-Sol cometeríamos un error. Es como si quisiéramos poner a un niño que recién comienza a hablar a recitar las rimas de Becker. Sería un error no poner esfuerzos en la construcción de los núcleos, pero sería también un error intentar hacer un régimen acabado de partido cuando este va a tener por todo un periodo el carácter de un proceso abierto, no acabado, de movimiento.

Lograremos un necesario equilibrio aprendiendo con la experiencia. Por ejemplo en nuestro estado hubo una resolución de un núcleo condenando la posición publica de Chico Olivera de voto por Raul Pont.  Sinceramente, con todo el respeto que merecen los redactores de la propuesta, se trata de una visión errada de ese período del que hablábamos que tiene la construcción del P-sol. Aunque también se trata de una concepción equivocada sobre el régimen del partido. Ni el P-Sol es un partido leninista ni el leninismo significa prohibición de la expresión de las posiciones personales públicamente. Condenar esto es una caricatura Del leninismo que el stalinismo construyó y algunas corrientes políticas trotsksitas, como o PSTU, acabaron reproduciendo. El partido ruso en época de Lenin se caracterizo por la existencia de fracciones y de luchas y debates públicos en los periódicos del partido. Si queremos construir un partido con influencia de masas es imposible hacerlo sin corrientes y tendencias. Chico Oliveira como otros intelectuales se han sumado y han hecho un gran servicio siendo fundador do P-Sol, respaldando nuestro proyecto. Si defendiéramos um régimen caricatura del leninismo esto jamás hubiera ocurrido. Felizmente en el P-Sol hemos logrado incorporar intelectuales valiosos a nuestro proyecto y reagrupar tendencias de origen diversos. Esto hace a nuestra fortaleza y el buen camino en el que estamos. Prueba de ello es que nuestras diferencias y discusiones publicas no han impedido la unidad de acción en las cuestiones centrales recientes: la campaña de firmas y la marcha del 25.
 
Porto Alegre, noviembre 2004
Correspondencia de Prensa – Boletín Informativo
Traducción de revista Movimiento, www.revistamovimiento.com.br