Tras acordar una acción coordinada para evitar las quiebras de los bancos en la eurozona, los grandes estados de la UE desvelaron ayer sus planes particulares de rescate, que en total suman casi un billón y medio de euros para recapitalizarlos, adquiriendo sus acciones, o garantizar su financiación con avales, con el fin de restablecer […]
Tras acordar una acción coordinada para evitar las quiebras de los bancos en la eurozona, los grandes estados de la UE desvelaron ayer sus planes particulares de rescate, que en total suman casi un billón y medio de euros para recapitalizarlos, adquiriendo sus acciones, o garantizar su financiación con avales, con el fin de restablecer la confianza en el sistema. En EEUU, Washington comprará directamente hipotecas a los bancos.
Inmediatamente después de la cumbre del domingo de los estados de la zona euro, los dirigentes europeos pusieron sus cifras sobre la mesa. Berlín anunció 480.000 millones de euros, París 360.000 millones, Madrid y Viena 100.000 millones cada uno, Italia, 40.000 millones y Lisboa 20.000 millones. Estas cifras se añaden al plan británico que ha servido de modelo y que la semana pasada adelantó la intervención con 380.00 millones de euros. «Es necesario liberar el mercado entre bancos. El dinero no circula ya», defendió el jefe del Estado francés Nicolas Sarkozy, presidente en ejercicio de la UE. La entrada de los estados en el capital de los bancos en dificultades y la garantía aportada por los gobiernos a los préstamos interbancarios serán los dos ejes de estas intervenciones públicas. Todos los líderes europeos quisieron evitar reacciones de rechazo al subrayar que su intención no es socorrer a los bancos sino asegurar el funcionamiento del sistema y minimiza- ron el coste para los contribuyentes.
En Alemania, el plan supone el mayor programa de rescate financiero desde la II Guerra Mundial. Del total, 400.000 millones podrán servir para asegurar el mercado interbancario, y 80.000 millones a las posibles recapitalizaciones. Esta inyección incluye la posibilidad de nacionalización parcial, pues contempla la compra de paquetes accionariales por parte del Estado.
En el Estado francés, Nicolas Sarkozy puso sobre la mesa 320.000 millones para garantizar los préstamos entre bancos y 40.000 millones para recapitalizaciones de esntidades en dificultad. El presidente francés comprometió al Estado en el rescate de las entidades financieras que puedan caer en bancarrota. París entrará en el capital de estos bancos, cambiará a su dirección y conservará las acciones hasta que pase la crisis y pueda venderlas.
El Estado español concederá este año avales a la banca por un importe máximo de 100.000 millones de euros y lo seguirá haciendo durante 2009 aunque sin cantidad establecida de momento, al tiempo que podrá adquirir títulos de entidades financieras para recapitalizarlas si lo juzga necesario.
El Gobierno británico se convertirá en el mayor accionista del Royal Bank of Scotland (RBS) y del grupo resultante de la fusión entre el Lloyds TSB y el Halifax Bank of Scotland (HBOS) tras comprometer hasta 37.000 millones de libras (46.472 millones de euros) en un plan de rescate sin precedentes. El Gobierno británico podría controlar alrededor del 60% del RBS y algo más del 43% del nuevo grupo. Londres ya nacionalizó el Northern Rock y el Bradford & Bingley, pero ha rehusado controlar su actividad diaria.
«No se trata de hacer regalos a los banqueros, se trata de procurar que los consumidores, los inversores puedan seguir funcionando de una manera racional», declaró el presidente de Eurogrupo, Juan-Claude Juncker. Los dirigentes europeos aseguraron que los bancos que se acojan al rescate, deberán abonar a precio de mercado estos avales públicos. Así, quisieron evitar el rechazo de las opiniones públicas ante las sumas astronómicas en favor de las entidades responsables de la crisis.
Los dirigentes de la UE juzgan crucial este dispositivo para romper con el miedo a las quiebras que hace que no se presten ya dinero entre los bancos y que se concedan menos créditos a los hogares y a las empresas.
La Comisión Europea, celosa en otras ocasiones de los efectos sobre la competencia, dará vía libre a estas ayudas públicas si los gobiernos que las habiliten «garantizan que no son discriminatorias» y se comprometen a revisarlas cuando los mercados vuelvan a la normalidad. Las operaciones de rescate y las garantías para facilitar la concesión de créditos recibirán luz verde de Bruselas «muy rápidamente» si los estados demuestran que «están bien dirigidas y son proporcionadas» para lograr estabilizar los mercados.
Alegría de bolsas y empresas
Si la bajada de los tipos de interés coordinada por seis bancos centrales no tuvo mucho éxito en las bolsas, estas medidas de rescate sí que han sido, de momento, del agrado de los mercados europeos, que las celebraron con subidas históricas de alrededor del 11%. Londres ganó un 8,26%, París subió un 11,18%, Fráncfort mejoró un 11,4% y Madrid lo hizo un 10,65%. Al otro lado del Atlántico, el índice Dow Jones de Industriales, que agrupa a algunas de las mayores corporaciones estadounidenses, cerró con un alza del 11,37% o cerca de mil puntos.
EEUU dio nuevos pasos en la puesta en marcha de su plan de rescate de 700.000 millones de dólares aprobado hace dos semanas, y Neel Kashkari, director interino del programa, anunció que el Estado comprará hipotecas directamente a los bancos. Esa operación se añade a la adquisición ya anunciada de valores bursátiles que usan hipotecas como colateral y a la compra de acciones de bancos.
Kashkari dijo que «en los próximos días» acordarán qué empresa gestionará los recursos del programa.