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¿Un congreso del PSUV para enterrar a la revolución o para resucitarla?

Fuentes: aporrea.org

En artículo anterior titulado: «El I Congreso Ordinario del PSUV podría ser el último de la Revolución« , quisimos significar que este congreso partidario será crucial e incidirá, por acción u omisión, en la definición histórica de nuestro proceso revolucionario. Decíamos que es así por ser llamado en una de las situaciones más difíciles de […]

En artículo anterior titulado: «El I Congreso Ordinario del PSUV podría ser el último de la Revolución« , quisimos significar que este congreso partidario será crucial e incidirá, por acción u omisión, en la definición histórica de nuestro proceso revolucionario.

Decíamos que es así por ser llamado en una de las situaciones más difíciles de la revolución bolivariana, tanto por la pérdida de su liderazgo fundamental, como por la ofensiva contrarrevolucionaria combinada en que estamos inmersos.

Pero, además, porque la orientación política del gobierno, nos pone de nuevo frente a dilemas y disyuntivas clásicas de las revoluciones anticapitalistas: reforma o revolución, colaboración o independencia de clases, variantes capitalistas o construcción del socialismo, democracia burguesa o democracia socialista, burocracia autoritaria o poder obrero y popular… Entre el chantaje y el espejismo de la «paz» en la derrota y la conquista victoriosa de la paz revolucionaria.

Por lo tanto, si este congreso no toma decisiones correctas, el PSUV quizás podría seguir existiendo algún tiempo, pero no sería más el partido de la revolución. Y muy probablemente, extraviaríamos de manera definitiva el rumbo del proceso, para naufragar en la llamada «coexistencia de modelos», en el «arroz con mango» de capitalismo con «socialismo», donde el capitalismo pondría la sustancia y el socialismo sólo la apariencia; porque como dijo Chávez en el Golpe de Timón, recurriendo a la fábula indígena del chigüire y el cochino: «Tú te llamas socialismo, chico, pero sigues siendo en el fondo cochino».

En este contexto nos preguntamos: ¿Cuáles deberían ser nuestros objetivos y cuáles los resultados de este Congreso del PSUV?

Entre los objetivos principales que debería plantearse la militancia revolucionaria, está el de reorientar la conducción del gobierno y el rumbo de la revolución. No sólo en cuanto a cómo enfrentar las ofensivas de la derecha y de los capitalistas, sino también respecto a cómo enfrentar las trampas que hay en los acuerdos de «paz».

Si queremos atender el llamado del presidente Maduro, cuando pide que le critiquen pero que no le dejen sólo, hay que empujar para que el gobierno no se aparte del pueblo y mantenga un rumbo socialista. El presidente debe actuar en consecuencia con su pedido y abrir los espacios a la crítica y a la participación popular, empezando por el partido. Es en este marco que los militantes y los sujetos sociales de la revolución estaremos dispuestos a defender a muerte al gobierno del compañero Nicolás, en los términos planteados por Chávez en su despedida: «dirigiendo, junto al pueblo siempre y subordinado a los intereses del pueblo, los destinos de esta Patria».

Es imperativo rectificar el curso de conciliación y de acomodación ideológica y política, pero sobre todo concreta, al que están llevándonos los acuerdos de las llamadas mesas de paz con el empresariado y los políticos de la MUD. La cuestión es retomar el Programa de Patria, sus líneas estratégicas y la senda del Golpe de Timón, versus los 12 Puntos del industrial Lorenzo Mendoza y las recetas del programa de la MUD, que se vienen colando mediante los acuerdos empresarios-gobierno; programa por el cual no votamos los bolivarianos y que ya tiene negativos efectos para la clase trabajadora y los sectores populares.

Necesitamos tensar la cuerda desde la izquierda, halar al gobierno para que resista las presiones de la burguesía, que nos está llevando a que se apliquen elementos parciales de su programa neoliberal y al mismo tiempo le hace pagar al gobierno bolivariano todo el costo político. No son pocas las medidas coincidentes con el programa de la MUD, que vienen siendo impuestas por el capital en las mesas, mediante la combinación del «garrote» (violencia y terrorismo) y la «zanahoria» (negociaciones forzadas por la «guerra económica»). El tercer factor es el consentimiento de la dirigencia.

Tenemos también la tarea de contribuir a recuperar la orientación de impulsar el desarrollo endógeno y productivo, basado principalmente en la propiedad social (comunal, con control obrero, tierras colectivas…) y en relaciones sociales de producción que superen las prácticas de la explotación capitalista, en vez de promover como política central el establecimiento de alianzas con sectores de la burguesía mediante empresas mixtas (capitalismo de Estado + capital privado), no socialistas.

Otra cuestión insoslayable respecto a la situación nacional y a la construcción partidaria, es el problema ético y moral, el problema del burocratismo y la corrupción. Algo inscrito en nuestros principios generales y organizativos. Los artículos 12 y 13 de los Estatutos están dedicados al compromiso de lucha contra ambos males; pero es parte de la convicción y sentir general de la militancia y del pueblo, que han avanzado tanto dentro del partido y de las instancias de gobierno, que hoy son amenazas fatales y principales, equiparables a la contrarrevolución y a la amenaza imperialista. Porque son funcionales al capitalismo; profundamente corrosivos y desmoralizadores hacia adentro. De ahí que identificar y sancionar a los integrantes (individuos y empresas) de la lista de los estafadores y ladrones de dólares del SITME y de CADIVI, así como a los que han hecho fortunas desde sus cargos, es vital para la salvación del proceso revolucionario y del partido.

Tomando en cuenta todo esto, debemos preguntarnos y discutir qué propuestas hacer y tratar de aprobar en cuanto a la metodología y agenda de discusión del congreso; preguntarnos si la metodología del congreso y las normas para la designación de delegados, están en correspondencia con los principios y con los estatutos del partido. Porque es imprescindible el ejercicio de la verdadera democracia participativa y protagónica, para un debate que permita discutir el rumbo de la revolución bolivariana. Tenemos ese derecho como militantes.

Un partido que abarca a buena parte del pueblo bolivariano, debe hacer una discusión abierta e incluyente; no puede ser a puerta cerrada. Y es responsabilidad de todos y todas asumir estos temas para el congreso con todo el entusiasmo que merece la lucha por insuflar nueva vida y dinámica transformadora a nuestra revolución.

Para este debate, la corriente Marea Socialista del PSUV, pone a la disposición de la militancia y del movimiento popular, todas sus elaboraciones y propuestas, publicadas en el periódico del mismo nombre y en Aporrea.org http://www.aporrea.org/autores/marea.socialista

Como ex delegado a los congresos anteriores del PSUV, ofrezco los artículos publicados en los mismos medios, sobre los temas políticos y la cuestión del partido: http://www.aporrea.org/autores/gonzalo.gomez

Gonzalo Gómez fue delegado al Congreso Fundacional y al I Congreso Extraordinario del PSUV, ex miembro del Equipo Político Regional del PSUV-Caracas.

Este artículo fue elaborado el 2 de mayo de 2014 para el periódico Marea Socialista Nº 41, que puede descargarse aquí: www.aporrea.org/trabajadores/n247034.html

Fuente: http://www.aporrea.org/ideologia/a187850.html