El diario estadounidense El Nuevo Herald publicó de forma detallada la operación que acabaría con la vida del mandatario venezolano que vinculaba al político opositor, Manuel Rosales. La información cuenta con declaraciones de ex-soldados colombianos que participaron en las conversaciones con Rosales.
La Fiscalía General de Colombia tiene el testimonio de un ex militar colombiano condenado por paramilitarismo según el cual el ex gobernador del estado venezolano de Zulia (noroeste), Manuel Rosales, participó en un complot con escuadrones de la muerte para asesinar al presidente, Hugo Chávez, según lo publicó este jueves el diario estadounidense El Nuevo Herald.
El periódico publicó de forma detallada las reuniones que Manuel Rosales sostuvo con diferentes soldados colombianos en diciembre de 1999 cuando ofreció la cantidad de 25 millones de dólares para poner en marcha la operación contra el mandatario venezolano que, para ese entonces, tendría sólo un año como presidente.
Uno de los ex soldados que se reunió con Rosales en aquel entonces fue Geovanny Velásquez Zambrano, condenado a 40 años de prisión por haber cometido masacres con paramilitares en la región colombiana de Catatumbo, fronteriza con Venezuela, quien declaró a un reportero de El Nuevo Herald en un despacho judicial de Bogotá.
Luego de sus declaraciones, el ex soldado colombiano fue víctima de atentados contra su vida estando en prisión, pues desconocidos intentaron ahorcarlo con una media de nylon; más tarde recibió una golpiza y luego se salvó de morir asfixiado con una funda de polietileno que desconocidos le pusieron en la cabeza.
En su publicación, el diario detalla que Rosales, quien ha sido señalado previamente de estar detrás de un plan para matar al presidente Chávez, no acudió a las citas pautadas por este rotativo en Lima, Perú, donde actualmente se encuentra asilado, para aclarar las denuncias en su contra.
Relata el periódico estadounidense que en enero de 2006 el dirigente político Gian Carlo Di Martino acusó a Manuel Rosales de haberse reunido supuestamente en Colombia con «militares golpistas que planeaban derrocar a Chávez»; sin embargo, en esa ocasión, Rosales afirmó que «no existen pruebas y no las podrá presentar jamás porque no existe ninguna evidencia».Y enfatizó que tenía varios años que no iba a Colombia.
Los primeros detalles del presunto plan de asesinato de Chávez fueron publicados por El Nuevo Herald desde abril del 2003 cuando Rafael García, el destituido jefe de informática del Departamento Administrativo de Seguridad de Colombia (DAS), declaró en entrevista exclusiva que funcionarios de alto nivel del gobierno de Colombia, entre quienes se encontraba el director del DAS, Jorge Noguera, realizaron reuniones para asesinar a líderes de Venezuela y desestabilizar políticamente a ese país.
«Existió un plan de desestabilización contra el gobierno venezolano y hay mucha gente comprometida en el asunto», afirmó entonces García y ratificó este testimonio en un documento obtenido por El Nuevo Herald hace un mes y que está en poder de los gobiernos de Venezuela y Estados Unidos.
Según García, el plan también contemplaba el asesinato de altos funcionarios del gobierno de Chávez Jesse Chacón, Isaías Rodríguez y de José Vicente Rangel.
Por su parte Geovanny Velásquez sostuvo en la entrevista con El Nuevo Herald que estuvo dos veces con Rosales: «Un jueves en Cúcuta y un viernes en Ureña», dijo y señaló que en la primera reunión «estuvieron Rosales, (el narcotraficante y comandante paramilitar Jorge Iván Laverde, alias) El Iguano y unos empresarios que al verlos yo los recuerdo. Son manes (hombres) de plata de Venezuela que estuvieron ahí».
Velásquez indicó que tan pronto como Rosales habría ofrecido los 25 millones de dólares, «el Iguano se paró y dijo: ‘Yo acepto la oferta, yo tengo los muchachos para matar a ese señor, pero que sea en Ureña o sea en San Antonio’ », pues en Caracas, agregó, sería más difícil.
El Nuevo Herald añadió en su artículo que Laverde actualmente está preso e incomunicado en Colombia. En sus confesiones ya ha mencionado los nombres de altos oficiales del Ejército colombiano que cooperaron con los frentes paramilitares en la comisión de delitos de lesa humanidad y narcotráfico en la frontera de Colombia con Venezuela.
En la segunda reunión que, según Velásquez, se celebró en Ureña, ciudad venezolana del estado Táchira (suroeste), en el conjunto cerrado Las Casitas, se citó al señor Manuel Rosales, opositor de Chávez.
Según explicó Velásquez, «el fin era darle (matar) a Chávez cuando Chávez viniera a Ureña, en el estado Táchira, o fuera a San Antonio, para darle con arma corta y arma larga, puro entrenamiento con equipo de asalto'».
El Nuevo Herald logró acceso a otro ex militar colombiano que también ha declarado ante la fiscalía sobre el plan contra Chávez, el mayor del Ejército colombiano Mauricio Llorente Chávez, condenado por haber permitido que paramilitares cometieran en 1999 tres masacres en Catatumbo, quien reveló que el comandante de las fuerzas ilegales preparadas para matar a Chávez fue un soldado profesional que estuvo bajo su mando, identificado como José Misael Valero Santa, alias Lucas, quien aún hoy permanece en ese país al mando de una tropa de mil paramilitares.
Según este diario estadounidense, Velásquez afirmó que en la reunión del jueves 23 de diciembre de 1999, celebrada en Cúcuta, estuvo «con Jorge Iván Laverde, El Iguano; Jairo El Sicario, El Veneco, uno más que es de Venezuela, El Aguado, otro de Venezuela y yo y empresarios venezolanos que Chávez les quitaba los bienes y entonces ellos, ofendidos, pagaban para matar a Chávez»‘.
Durante las dos reuniones, agregó, «a Rosales lo tuve a unos dos o cuatro metros»‘. Aseguró que Rosales habría anunciado que él daba el dinero para ejecutar la operación que daría muerte al presidente venezolano pero que no era él directamente quien los pagaba sino unos estadounidenses ofendidos con Chávez.
Velásquez sostuvo que, además, participó en el entrenamiento del primer grupo de paramilitares armados con FAL infrarrojos, que entró a Venezuela en el 2000 con la misión de asesinar a Chávez.
«Como yo fui militar»‘, señaló, «les enseñé arrastre bajo, arrastre alto, avanzada uno, avanzada dos, saltos vigilados, tiro al blanco de fogueo»‘.
Finalmente, El Nuevo Herald indica en su artículo, según palabras de Velásquez, que el entrenamiento se hizo en una base paramilitar de frontera instalada en la hacienda Las Timbas y en él también participaron, «el señor El Iguano, Jairo El Sicario, el comando (comandante) Cordillera, que está muerto, y el comando Mauricio, en la base de Las Timbas, más allá de (el sitio) El 60, entre El 60 y la pista (aérea) Río de Oro», en la zona colombiana de frontera.
En reiteradas ocasiones, el presidente venezolano ha denunciado diversos planes de magnicidio que, desde Estados Unidos, se planean en su contra con la colaboración de sus adversarios venezolanos y desde la Asamblea Nacional (Parlamento) de este país se han investigado a personalidades vinculadas a estos hechos.