Salvador de la Plaza fue uno de los mayores representantes del pensamiento político y social del siglo XX en América Latina. Exiliado durante décadas de Venezuela, su país natal, tuvo la oportunidad de acercarse a los debates ideológicos que tuvieron lugar en Europa después de la Primera Guerra Mundial y fue testigo, asimismo, de acontecimientos […]
Salvador de la Plaza fue uno de los mayores representantes del pensamiento político y social del siglo XX en América Latina. Exiliado durante décadas de Venezuela, su país natal, tuvo la oportunidad de acercarse a los debates ideológicos que tuvieron lugar en Europa después de la Primera Guerra Mundial y fue testigo, asimismo, de acontecimientos cruciales que marcaron la historia en México, Cuba y otros países latinoamericanos. En París, en efecto, se adscribió al marxismo en los años veinte, mientras terminaba su carrera de Derecho; poco después, fortaleció sus ideas nacionalistas y antiimperialistas en México, una ciudad entonces febrilmente politizada donde vivió entre 1926 y 1943. En México, de hecho, tuvo una intensa vida intelectual y política; allí fundó diversos periódicos y revistas para denunciar la injerencia de los Estados Unidos en el Continente y en 1926 creó, junto a otros exiliados, el Partido Revolucionario Venezolano (PRV) de orientación marxista, uno de cuyos objetivos era combatir la dictadura de Juan Vicente Gómez en Venezuela (1908-1935). Compartió también ideas y actividades con Julio Antonio Mella (1903-1929), miembro de la Liga Antiimperialista de las Américas y fundador en 1925 del Partido Comunista Cubano. Formó parte, igualmente, del Comité Manos Fuera de Nicaragua (MAFUENIC), una agrupación internacional que apoyaba la lucha del general Sandino para expulsar a los marines americanos de Nicaragua. Presenció, asimismo, los procesos de reforma agraria y nacionalización petrolera que tuvieron lugar en México durante el gobierno de Lázaro Cárdenas (1934-1940), experiencias ambas que fueron decisivas en el desarrollo de su pensamiento. No obstante, Venezuela fue siempre el núcleo de sus preocupaciones y de sus ideales, lo que quedó indiscutiblemente reflejado en el contenido de su obra (1).
Denunció la criminal injerencia de las compañías petroleras -instaladas en el país durante el gobierno de Gómez- y sus consecuencias en la vida política y social, sin renunciar jamás a la libertad e independencia de sus ideas, aun a costa de enfrentar en varias ocasiones conflictos y rupturas políticas con antiguos compañeros. La génesis de su pensamiento, sin embargo, comenzó cuando era todavía un joven idealista y activo dirigente estudiantil en Caracas, durante el período 1912-1919, antes de su encarcelamiento y posterior expulsión del país. Tras su regreso definitivo a Venezuela, después del derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958, como profesor de Historia en la Universidad Central, periodista y conferencista, dedicó grandes esfuerzos para lograr que el nacionalismo petrolero que defendía se transformara no sólo en instrumento fundamental para la construcción de un país libre de la dominación de intereses extranjeros, sino también en la vía para liberar a la sociedad de la cada vez más creciente y opresora dependencia de los ingresos de la exportación petrolera. Murió de un ataque al corazón a los 74 años de edad en su despacho universitario, el 29 de junio de 1970.
DE LA MEDICINA A LA POLÍTICA (2)
Salvador de la Plaza nació en la Parroquia Altagracia de Caracas el 1 de enero de 1896. Su padre fue el médico caraqueño del mismo nombre y su madre, nacida en Río Chico del Estado Miranda, María López Méndez. El origen de su familia se remonta a la segunda mitad del siglo XVII, cuando llegó a Caracas Martín de la Plaza, un emigrante proveniente de Andalucía en España, quien se casó más tarde con Ana Victoria Liendo. De esta relación nació un hijo único en 1690, José Antonio de la Plaza; sus nietos, Carlos y Diego de la Plaza, formaron luego dos ramas de la familia que permanecieron en Caracas. Un nieto y un bisnieto del primero, José Salustiano (3) y Alejandro, lucharon en la Guerra de Independencia a favor de los patriotas, y un hijo del segundo participó en la Batalla de Carabobo en 1821 (4). En 1903 murió su padre y la economía familiar pasó a depender de los escasos ingresos de la madre, provenientes de la pequeña producción de cacao en dos haciendas que poseía en Río Chico.
Sus primeros estudios los realizó en el Colegio Católico Alemán, el Colegio Federal de Varones y en el Liceo de Caracas, donde terminó el bachillerato en 1912. Ese mismo año se matriculó para estudiar medicina, un proyecto frustrado porque la dictadura, ante la creciente protesta y organización de los estudiantes, ordenó en octubre el cierre de la Universidad. Desde comienzos de siglo, de hecho, el movimiento estudiantil en Caracas había acumulado una importante trayectoria organizativa. En 1909, en efecto, se había creado la Asociación General de Estudiantes de Venezuela, cuyo germen fue el «Liceo de Ciencias Políticas», una organización fundada por estudiantes de Derecho que editaba desde 1906 la Revista Universitaria. En este marco, pues, inició el joven Salvador su vida política; en 1914, inclusive, tuvo que permanecer escondido durante varios meses en Río Chico, cuando la dictadura prohibió la Revista Universitaria y clausuró la Asociación, de la cual formaba parte como miembro del Consejo Central.
En la Asociación General de Estudiantes, Salvador de la Plaza recibió, por otra parte, la notable influencia del pensamiento del escritor modernista y político uruguayo José Enrique Rodó (1871-1917), reconocido por su profundo americanismo y su radical crítica a la actuación de los Estados Unidos en el Continente. Sus ideas sobre el «espíritu de asociación», inspiraron la organización de los jóvenes en América Latina a comienzos del siglo XX, y los estudiantes venezolanos no fueron la excepción. La Asociación le había nombrado, de hecho, su presidente honorario e, incluso, poco antes de ser clausurada en 1914, financió una edición de su ensayo sobre la vida de Simón Bolívar. Rodó alentó, sin duda, las primeras aspiraciones políticas e intelectuales del joven Salvador; una muestra es el manuscrito que se conserva en su Archivo titulado «Importancia de las asociaciones en los estudiantes y, en consecuencia, en la vida pública de una nación», fechado en junio de 1917 que constituye, probablemente, la primera conferencia que ofreció en público, en la sede del recién reestructurado «Liceo de Ciencias Políticas». El enorme interés que alcanzó entre los estudiantes, quedó demostrado durante el movimiento político-cultural que tuvo lugar en Córdoba (Argentina) en 1918, conocido como la Reforma Universitaria. En esa ocasión, Rodó, que había muerto en Palermo un año antes, fue declarado «Maestro de la juventud latinoamericana».
EL DIARIO (1917-1918)
La Universidad de Caracas permaneció cerrada hasta el año 1922, aunque desde 1915 fue posible presentar los exámenes de algunas carreras en el Ministerio de Instrucción Pública. En 1917, Salvador de la Plaza decidió matricularse para optar a las pruebas de Derecho, mientras trabajaba en una oficina para financiar sus estudios y mantenía, al mismo tiempo, una intensa actividad política. El 30 de junio comenzó a escribir un Diario -del que se conservan en su Archivo tres cuadernos- (6), donde detalla sus continuos esfuerzos para reorganizar el movimiento estudiantil antigomecista, principalmente mediante la reestructuración del «Liceo de Ciencias Políticas» y de la Asociación General de Estudiantes. Ese mismo año, en efecto, el «Liceo» inició de nuevo sus actividades, incluyendo la publicación de la Revista Universitaria, y Salvador de la Plaza fue elegido su Presidente. «Esa organización -escribió-, hija de un trabajo diario y constante es, se puede decir, mi primera obra en pro de la patria». (7) Promovió, además, la creación de un Consejo General de Estudiantes, como paso previo para constituir la Asociación, agrupando los Centros de Medicina, Ciencias Políticas, Ciencias Exactas y algunos de Bachillerato. Entre sus compañeros, cita en el Diario a Gustavo Machado (8), Atilano Carnevalli, Leopoldo Ortega Lima y José Antonio Maldonado, entre otros. «Del Liceo -escribió-, se pasó a los nuevos Centros y ya teniendo, como lo he logrado, un Consejo General de Estudiantes de Venezuela, el paso final es fácil y lo obtendré, obra del tiempo».(9) La Asociación General de Estudiantes de Venezuela se reestructuró finalmente el 18 de octubre de 1918, a la que se unieron jóvenes que habían participado en la fundación de la Cruz Roja Venezolana, recién creada a raíz de la epidemia de gripe española que azotó a Caracas. El joven Salvador que escribió el Diario era, pues, en aquel momento, el principal dirigente estudiantil de Caracas; es decir, del país.
PRESO Y EXPATRIADO
En enero de 1919 se produjo en Caracas una conspiración cívico-militar liderada por el capitán Luis Rafael Pimentel, con el objetivo de derrocar la dictadura. Los estudiantes se incorporaron al movimiento y Salvador de la Plaza tuvo una activa participación. Tras el fracaso del alzamiento, fue detenido y recluido en La Rotunda, la tenebrosa prisión del régimen, donde pasó dos largos años de su vida. De allí salió en 1921, rumbo al exilio en París donde terminó sus estudios de Derecho en 1923. Vivió en el número 88 del Boulevard de Port Royal y trabajó como profesor de idiomas en el Liceo Lakanal y en la Gardiner Academy. Un compañero suyo escribió sobre él la siguiente reseña, publicada en 1923 en un diario de La Habana: (10) «Hijo de familia distinguidísima y del más patriótico abolengo, revolucionario, perseguido, preso, expatriado, estudiante y ahora abogado, profesor de idiomas y escritor, no es más que una muestra de la inacabable colección de jóvenes venezolanos que como Pedro Zuluoga, Gustavo Machado, Pedro Brito y otros, anhela ver a su patria libre de la tiranía (…). Básteme hoy decir que este Abad, actual Prior de la mansión, es un amable mozo de 27 años, humilde a fuerza de ser soberbio, modestísimo, estudioso, inteligente y con gran corazón. Todas las bondades, todas las hidalguías en este Quijote cuerdo y consciente, hallan un eco». Ese mismo año regresó a América y se refugió en la Habana hasta 1926, cuando se trasladó a México, huyendo de la tiranía y la represión del gobierno de Gerardo Machado.
Notas:
(1) Mailer Mattié (Compiladora). Salvador de la Plaza. Petróleo y soberanía nacional. Universidad de los Andes. Mérida, Venezuela, 1996-1997.
(2) Los datos utilizados provienen de documentos originales que forman parte de archivo personal, donado por sus herederos en junio de 1983 a la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Los Andes en Mérida, Venezuela.
(3) En noviembre de 1927, Salvador de la Plaza viajó desde México, donde se encontraba exiliado, a la URSS para asistir a la celebración del X Aniversario de la revolución bolchevique. Utilizó el Pasaporte Nº 004K, expedido en la Representación Plenipotenciaria de la URSS en México el 11 de octubre, a nombre de Salustiano Salustianovich Paredes, supuesto periodista panameño. Salustiano era también el nombre de un hermano de su padre.
(4) Batalla que tuvo lugar en el campo de Carabobo, cerca de la ciudad de Valencia, el 24 de junio de 1821, entre el ejército español y el republicano al mando de Simón Bolívar. La victoria fue decisiva para la liberación de Venezuela de la corona española.
(5) José Enrique Rodó. Bolívar. Asociación General de Estudiantes de Venezuela. Caracas, 1914
(6) Mailer Mattié (Compiladora). Salvador de la Plaza. Diario (1917-1918). Ediciones del Rectorado. Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela, 1993.
(7) Ibíd., p. 23
(8) Gustavo Machado (1898-1983). Abogado venezolano, exiliado por la dictadura de Gómez vivió en los Estados Unidos, Francia, Cuba y México. Colaboró con Julio Antonio Mella en la Liga Antiimperialista de las Américas y en el Partido Comunista Cubano. Participó junto a Salvador de la Plaza en la fundación del Partido Revolucionario Venezolano (PRV) en 1926 y del Partido Comunista de Venezuela (PCV) en 1931.
(9) Ibíd.
(10) «¿Qué es Port Royal y quién es Salvador de la Plaza?.» En: Diario de la marina. La Habana, diciembre de 1923.
* Mailer Mattié es economista y escritora venezolana. Autora de diversos trabajos de análisis y difusión sobre la vida y la obra de Salvador de la Plaza.