Las relaciones entre el trabajo y la salud son poliédricas. Los colectivos que disponen de unas buenas condiciones laborales disfrutan de un mejor nivel de salud. Las malas condiciones de empleo y trabajo se expresan en forma de enfermedades profesionales, lesiones derivadas de los accidentes de trabajo y otros daños no reconocidos como laborales, en […]
Las relaciones entre el trabajo y la salud son poliédricas. Los colectivos que disponen de unas buenas condiciones laborales disfrutan de un mejor nivel de salud. Las malas condiciones de empleo y trabajo se expresan en forma de enfermedades profesionales, lesiones derivadas de los accidentes de trabajo y otros daños no reconocidos como laborales, en especial del área de la salud mental. Las condiciones de empleo y trabajo se asocian a las condiciones de vida y todo ello va a explicar de forma importante las actuales desigualdades sociales en salud.
En este texto vamos a centrarnos en los Accidentes de Trabajo (AT).
Tras describir la evolución de los datos de accidentabilidad laboral en el Estado español, se pretende conocer los factores explicativos de dicha evolución y plantear a debate elementos a incluir en las políticas de intervención frente a la situación descrita.
Los datos
Tras un descenso de los AT que comenzó en el año 2000 y se agudizó en el año 2008, vemos en la figura 1 como a partir del año 2013 aumentan los índices de incidencia (nº de AT con baja en jornada de trabajo/ nº de trabajadoras/es).
Los datos se refieren a AT en Jornada de trabajo, se excluyen los de circulación que se producen al ir o volver del trabajo