El Centre d’Estudis per a la Pau JM Delàs pone cifras a esa relación económica en la que destacan BBVA y Banco Santander que suman 3 mil millones entre ambos
El Centre d’Estudis per la Pau JM Delàs Justícia i Pau ha hecho público un informa bajo el título de «La Banca Armada. Inversiones explosivas de los bancos y cajas. Ránquing de la banca armada en España» en la que estudia y pone de manifiesto las relaciones económicas entre instituciones bancarias y armamentísticas. Un trabajo que no sólo cuantifica dichos vínculos sino los medios con que se llevan a la práctica.
Así explica como ambos mercados pueden relacionarse de formas obvias como las habituales participaciones accionariales pero también por algunas más indirectas como son: los créditos o préstamos; la utilización de fondos de inversión en empresas relacionadas con el tema armamentístico; emitiendo bonos y acciones o financiando la exportación de materiales bélicos, un apartado, el de su compra, en la que los bancos hacen de intermediarios a la hora de realizar los pagos de grandes cantidades de dinero.
Precisamente son en estas operaciones, las menos evidentes y aparentemente más indirectas, en las que mayores sumas de dinero se mueven y donde mayor beneficio se puede buscar, no obstante no hay que olvidar tal y como aclara Jordi Calvo, el autor del informe, que prácticamente ningún país obliga a los bancos a dar explicaciones públicas de estas prácticas, con la dificultad subsiguiente de poder cuantificarlas.
Y es que el mercado armamentístico, a pesar de su mala fama y mala reputación, es un negocio considerado totalmente legal que en su mayoría está dedicado a los ejércitos de los estados y hoy por hoy, es una actividad en pleno auge. El centro Delás ha cifrado el gasto de armamento en el Estado español en 4 mil millones, una cantidad que se ha cuadriplicado en los últimos diez años.
Respecto al dinero que las entidades bancarias invierten en la industria militar, llama la atención los casi 3 mil millones de euros que suman entre BBVA y Banco Santander, aunque es el primero el que más representa con 1.824 millones. Comparadas con estas cifras las que los demás bancos manejan son muy inferiores (Bankia 162.937.500, Liberbank 83.967.787 …). Llama la atención el quinto puesto de La Bnaca Cívica, sobre todo por la nomenclatura elegida.
Los últimos capítulos del informe reflexionan sobre la actitud a tomar por el ciudadano ante el conocimiento de los negocios en los que están involucrados la mayoría de los bancos. Frente a esta situación este trabajo promulga una banca ética en la que su cliente tenga la certeza de que su dinero no está sirviendo, o siendo cómplice, de «mercados» que en cualquier punto del planeta están vulnerando los derechos humanos.
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