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Un joven país posible

Fuentes: Rebelión

La oposición ensaya sin éxito su estrategia contra la enmienda constitucional. Con diversos actores despliega la campaña de desinformación mediante la que pretende resultar victoriosa el próximo 15 de febrero. Cansados y desgastados políticos cuarto republicanos debieron ceder a sus hijos la primera fila en la avanzada, con la esperanza de lograr un nuevo engaño […]

La oposición ensaya sin éxito su estrategia contra la enmienda constitucional. Con diversos actores despliega la campaña de desinformación mediante la que pretende resultar victoriosa el próximo 15 de febrero. Cansados y desgastados políticos cuarto republicanos debieron ceder a sus hijos la primera fila en la avanzada, con la esperanza de lograr un nuevo engaño protagonizado por nuevos actores. Sin embargo, escoger a un grupo de jóvenes que se autoproclaman la representación de los estudiantes venezolanos, no ha sido suficiente. Esos jóvenes de edad pero seniles de espíritu por lo conservador de la oferta política que representan, afortunadamente tampoco han convencido ni siquiera a sus pares generacionales. Sin permitirse ver el nuevo país siguen mostrándose como la elite a emular, y cada uno de los que asume el liderazgo del movimiento, se esfuerza por ser individualmente reconocido como el prototipo del éxito. Como para la clase política que los ha escogido el tiempo se detuvo en el año 1998, sus hijos no han aprendido que Venezuela durante la última década, se ha transformado social, económica y políticamente a pasos agigantados. En esta patria, para que unos estudiantes traspasen la frontera de credibilidad de los límites bien reducidos de la clase media «medio rica, medio culta, entre lo que cree ser y lo que es», se necesita asimilarse a la mayoría de los venezolanos que se alfabetizaron, terminaron su primaria, alcanzaron su bachillerato y hoy al igual que esos estudiantes de manos blancas tienen cupo y estudian en las universidades públicas.

En el movimiento estudiantil opositor se muestra con claridad la estrategia de penetración ideológica históricamente ejercida por el capitalismo para garantizar la supervivencia de los mecanismos de dominación. La escogencia y formación de líderes a través de organizaciones internacionales vinculadas a gobiernos e instituciones de la derecha internacional, ha contribuido a promover entre las nuevas generaciones estos noveles defensores de la continuidad capitalista.

Una de las mayores virtudes del Presidente Chávez como líder en permanente conexión con su pueblo, fue propiciar la revelación de las causas de la dominación de unas naciones sobre otras, revirtiendo progresivamente el proceso de despolitización del colectivo nacional. En las tres últimas décadas del siglo XX, con la expansión del neoliberalismo y la intención de posicionar «el pensamiento único» mediante «el fin de la historia», se aspiro la construcción del mundo unipolar con dominio absoluto de los Estados Unidos. Las contradicciones surgidas del propio seno del sistema capitalista mundial, abren el siglo XXI con liderazgos alternativos y respuestas geopolíticas, que modifican sustancialmente el equilibrio de poderes en el mundo de hoy. Venezuela es uno de los ejemplos más notorios de esos cambios, la conducción soberana de su gobierno la sitúa como ejemplo de las reivindicaciones posibles logradas por voluntad política.

Dos elementos imprescindibles para lograrlo fueron la sensibilización y concientización de la mayoría de los venezolanos, y la articulación de una política económica y social al servicio del hombre como sujeto impostergable del proyecto bolivariano.

Un presidente al que se le reconoce por su nombre y no por su investidura, que habla con las palabras de lo cotidiano, para el que una metáfora es suficiente como recurso discursivo en su propósito pedagógico, fue capaz de explicar y hacer de comprensión colectiva temas como la política petrolera y su trascendencia económica para Venezuela, nuestro posicionamiento estratégico en las relaciones internacionales, la importancia de la integración suramericana, la relación entre el capital y el trabajo, diferenciar entre capitalismo y socialismo, reposicionar la discusión del socialismo como sistema de organización social, entre otros, y lo más importante, activó formas de organización popular que ahora difunden esos saberes en conversatorios, asambleas populares, lugares de trabajo, escuelas, universidades, parques y cualquier espacio propicio para el debate creador. Nada de eso es reconocido por los estudiantes libertarios cuya noción de mundo es la transmitida por Globovisión. De allí su intrascendencia frente a la mayoría incorporada amorosamente al proyecto revolucionario.

Y a falta de conciencia bueno es Súmate, no tan jóvenes como los otros, pero lo suficientemente alienados como para acompañar el esfuerzo con su parafernalia electoral, entre contradicciones permanentes de llamar al voto pero calificando al proceso de inconstitucional o invirtiendo el tiempo buscando el significado de las palabras utilizadas en las leyes de la República, en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Dios los cría y la oposición los junta.

Ser joven no es la única condición para presentarse como una nueva propuesta política, esta debe comunicar un proyecto político realizable como proyecto de país.

Los Bolivarianos, los revolucionarios, los Chavistas tenemos un proyecto de país joven en su utopía, siempre joven en su infinita esperanza, joven en su liderazgo, joven en su idea del nuevo mundo posible, por eso diremos SI a la enmienda.