Un juez de segunda instancia había acatado el pedido de habeas corpus a Lula y ordenado su liberación inmediata
La senadora y presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffman, explicó los fundamentos del nuevo pedido de habeas corpus: «este pedido de habeas corpus presenta un nuevo hecho, los procesos, los repetidos pedidos para que el presidente Lula pudiera participar de los debates presidenciales, de las discusiones políticas, para que pudiera conceder entrevistas, en fin, ejercer su derecho como candidato. Un derecho garantizado en la Constitución. El juez Favreto comprendió que era relevante y añadió un cuestionamiento acerca de que la prisión en segunda instancia no está fundamentada como determina la decisión del Supremo Tribunal Federal (STF)», afirmó Hoffmann.
El juez Sergio Moro, responsable de la condena de Lula en primera instancia, publicó un documento para defender que las autoridades policiales no deberían respetar la decisión de Favreto, por considerar que el juez de segunda instancia no tiene competencia para determinar la liberación del exmandatario.
Debido a esta contienda, la Policía Federal no cumplió la orden de libertad y aun alegó que no había un comisario presente en aquel momento. Los parlamentarios responsables del pedido de habeas corpus aguardan más de cuatro horas que se cumpliera la orden de libertad. El tiempo promedio de espera para liberación es de una a dos horas, debido a los trámites.
Después de la posición de Sergio Moro, Favreto emitió un despacho para reiterar la liberación de Lula, señalando que cualquier integrante de la Policía Federal puede realizarla, bajo la pena de «responsabilidades por incumplimiento de orden judicial». Jerárquicamente, la decisión de Favreto es superior a la posición del magistrado Sergio Moro en la estructura del poder judicial brasileño.
João Gebran Neto, juez ponente de la operación Lava Jato, emitió un despacho que desautoriza la liberación de Lula, después de manifestación del Ministerio Público Federal en la ciudad de Curitiba que contestara la decisión de Favreto.
Lula está en la cárcel en la sede de la Superintendencia de la Policía Federal en la ciudad de Curitiba desde el día 7 abril, después de que el Supremo Tribunal Federal determinara su detención tras condena en segunda instancia, lo que va en contra de la Constitución brasileña, que determina que solo se puede detener a alguien tras juzgar todos los recursos presentados por la defensa. Sin embargo, la decisión del STF exige que se fundamente la detención.
Resistencia
Desde la prisión de Lula, miles de personas viajaron a la ciudad de Curitiba en solidaridad con el exmandatario. Movimientos populares y entidades sindicales del país protagonizan la resistencia por la libertad de Lula.
Traducción: Luiza Mançano, para Brasil de Fato.