El próximo 28 de mayo la oligarquía venezolana amanecerá con un tentáculo menos en su voraz cuerpo. El presidente Hugo Chávez decidió el pasado mes de diciembre no renovar la licencia de emisión del grupo venezolano de comunicaciones denominado Radio Caracas Televisión (RCTV) y, por lo tanto, caducar en forma definitiva sus emisiones. Este es […]
El próximo 28 de mayo la oligarquía venezolana amanecerá con un tentáculo menos en su voraz cuerpo. El presidente Hugo Chávez decidió el pasado mes de diciembre no renovar la licencia de emisión del grupo venezolano de comunicaciones denominado Radio Caracas Televisión (RCTV) y, por lo tanto, caducar en forma definitiva sus emisiones.
Este es un golpe certero, justo y contundente al accionar delictual de un medio de comunicación de masas que a lo largo de su historia ha demostrado, con especial tenacidad, defender los intereses del imperialismo, de la oligarquía explotadora y de la burguesía monopolista en contra de los intereses del pueblo venezolano.
El presidente y dueño del grupo comunicacional, Marcel Granier, se ha lanzado en una campaña internacional para acusar al gobierno de Caracas de «arbitrariedad», «motivos políticos» e «ilegalidades». Otros adjetivos de igual o peor calibre ha lanzado la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), organismo que agrupa los monopolios de comunicaciones del continente y que nunca tuvieron la más mínima crítica contra las groseras violaciones a la libertad de prensa de las dictaduras ya que en el fondo lo que defiende este organismo patronal no es la libertad de prensa sino la libertad de empresa.
En ayuda del pulpo comunicacional venezolano también han salido 18 senadores chilenos que en abierta intromisión en los asuntos internos de Venezuela exhortaron a la presidenta Michelle Bachelet, en vísperas de su viaje a Caracas, que a nombre de Chile presentara una protesta en la Organización de Estados Americanos (OEA) por lo que ellos denominan «transgresión a la libertad de pensamiento y de expresión». Recordemos que cuando se produjo el golpe de Estado contra el presidente Chávez en abril del 2002, la Cancillería en un comunicado escrito apoyó a fondo la asonada sin que hasta el momento se haya producido una «disculpa» de la institución diplomática chilena.
Tuercen los hechos para desinformar y ocultan la historia sustancial en relación a los hechos. El gobierno venezolano ejerce un derecho soberano, legítimo y ajustado a las leyes y la Constitución de la República al revocar la concesión a RCTV.
Curiosamente todos los senadores chilenos que apoyaron el espurio libelo son connotados fascistas y agentes de la dictadura pinochetista que aún pululan en las instituciones gracias al amarre y a las amenazas periódicas que dejó Pinochet y que la Concertación de Partidos por la Democracia no se han atrevido aún a romper. Veamos quiénes son estos sujetos:
– Andrés Allamand, jefe máximo del movimiento estudiantil fascista durante el gobierno del presidente Allende.
– Soledad Alvear, ex ministra de Exteriores, esposa de Gutemberg Martínez, figura prominente del Opus Dei que el 11 de abril fue enviado por la DC internacional a Caracas para apoyar el golpe de Estado y conformar un nuevo gobierno en Venezuela. Promotora y firmante del Tratado de Libre Comercio con USA, cabeza de la ultra derecha demócrata-cristiana y acérrima enemiga de Cuba, de Venezuela, de Bolivia y ahora también de Ecuador. Nunca condenó los crímenes de la dictadura.
– Jorge Arancibia, almirante y ex máximo Jefe de la Armada, íntimo de Pinochet e ideólogo de la ultraderecha vinculado a todos los crímenes y violaciones de los DDHH durante la dictadura. Es senador designado por Pinochet. Nunca nadie lo eligió en alguna elección.
– Pablo Longueira, otro íntimo de Pinochet, jefe del partido fascista UDI, defensor acérrimo de sus crímenes y una de las figuras prominentes del fascismo chileno.
– Andrés Chadwick, otro íntimo de Pinochet, fascista y ultraderechista vinculado en los años del presidente Allende a las hordas del criminal Movimiento Patria y Libertad.
– Evelyn Matthei, hija del ex Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, miembro de la Junta Militar de la dictadura, aún impune de los crímenes y violaciones sucedidas en Chile durante los años de la represión militar. Militante de la UDI.
– Eduardo Frei Ruiz-Tagle, ex presidente de Chile, líder de la ultraderecha de la DC y rescatador de Pinochet de las manos de la justicia en Londres.
Otros senadores con abultado prontuario contra los intereses de los más desposeídos que largo sería enumerar y que también votaron el inmoral acuerdo de marras son: Juan Antonio Coloma, uno de los jefes del partido fascista UDI, Carlos Cantero, José García, Antonio Horvath, Carlos Kuschel, Hernán Larraín, Roberto Muñoz Barra, Jaime Orpis, Víctor Pérez, Sergio Romero y el derechista demócrata-cristiano Mariano Ruiz-Esquide.
Todos son cortados por la misma tijera: fascistas de ultra derecha que gracias a las oscuras maniobras del pinochetismo en la institucionalidad chilena y a esa transición que nunca terminará hasta que se haga justicia, ostentan el cargo de senadores de la república tal y como lo tenía el propio Pinochet y algunos de sus cómplices.
Cabe mencionar que 6 senadores entre ellos Nelson Ávila, Jaime Gazmuri, Alejandro Navarro y Carlos Ominami se opusieron sin éxito al exabrupto de los representantes fascistas en el senado chileno.
Como dijo el presidente Chávez tan pronto se produjo el descaro de los senadores «es la misma derecha que apoyó el golpe contra Salvador Allende.es la misma derecha que apoyó el golpe de Estado en Venezuela hace cinco años.es la extrema derecha fascista que apoyó todos los golpes de Estado que derrocaron gobiernos progresistas, democráticamente elegidos, gobiernos populares en América Latina, que apoyó las agresiones contra los pueblos, las desapariciones (300.000 latinoamericanos), los asesinatos y los genocidios. Es la misma derecha que apoyó la entrega de los recursos naturales de nuestros pueblos» a la voracidad del imperialismo, sus empresas y sus corporaciones.
Por tanto, resulta preocupante y patética la posición adoptada por la presidenta Bachelet cuando sale en defensa de los desvaríos de voceros del pinochetismo y de las patrañas de quienes fueron los instigadores del golpe de Estado en Chile en 1973, que comenzaron por asesinar al presidente Allende y, además, fueron directos responsables de la muerte bajo tortura de su propio padre, el general constitucionalista de la Fuerza Aérea, Alberto Bachelet. La presidenta chilena ataca a Chávez por su decidida defensa de la soberanía y los principios de autodeterminación de su pueblo que desde hace años exige el cierre de un canal de TV que expande veneno a diario y amenaza y apoya a los golpistas y a aquellos que, como la CIA, traman el magnicidio del presidente Chávez. ¡Quo vadis Bachelet!
Ahora bien, RCTV tiene sobrados méritos para hacerse acreedor a perder la concesión del uso del espectro radio-eléctrico a través del cual se transmiten las señales de los medios de comunicación de masas. A saber: la concesión se entregó a RCTV mediante el decreto Nº1577 el miércoles 27 de mayo de 1987 por una duración de 20 años. Posteriormente la Ley Orgánica de Telecomunicaciones promulgada el año 2000 dice en su artículo 108, apartado Nº5 que «no se otorgará la concesión del uso del espectro radio-eléctrico a quienes, a pesar de haber sido escogidos de conformidad con las modalidades establecidas, estén incursos en graves circunstancias atinentes a la seguridad del Estado que, a juicio del presidente de la República, hagan inconveniente su otorgamiento».
Por lo demás, el Estado venezolano es dueño absoluto de las señales en el espacio geográfico del país y tiene la atribución de otorgar y revocar las concesiones a los medios de comunicación y, en el caso que estas se venzan, tiene la opción de renovarlas nuevamente o denegar la renovación. A juicio del ordenamiento jurídico y también a juicio del presidente de la República, RCTV ha incurrido en numerosas faltas graves, delitos y violado reiteradamente leyes y la propia Constitución Nacional de Venezuela.
Pruebas al canto:
a) Planta de TV cerrada por tres días en 1976; b) RCTV clausurada por 36 horas por el gobierno de Luis Herrera Campins en 1980 por transmitir programación sensacionalista; c) En 1981 clausurada por 24 horas por divulgar escenas pornográficas; d) Clausurada por 24 horas por transmisión de mensajes ilegales publicitarios de tabaco y cigarrillos en segundo período del presidente Carlos Andrés Pérez ; e) Multada en el 2005 al pago de 21,3 millones de bolívares por incurrir en prácticas contrarias a la libre competencia; f) RCTV tiene actualmente deuda tributaria pendiente e impaga con el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT) por más de 2.5 millones de bolívares correspondiente a los períodos fiscales de 2001, 2002 y enero del 2003; g) Tiene además una deuda tributaria impaga a la Comisión Nacional de Telecomunicaciones correspondiente a los años 1999-2002 por un monto de 1.4 millones de bolívares; h) Suspensión indefinida de emisión del segmento La Escuelita en 1991 por la Corte Suprema de Justicia de Venezuela.
Tenemos entonces claramente al Sr. Marcel Graniel como un pájaro de cuentas ya que su canal ha incurrido reiteradamente en graves delitos colocando a RCTV a la cabeza de los canales de radio y TV más sancionados en la historia de Venezuela, sin desconocer que este mismo órgano de comunicaciones fiel a las instrucciones de sus amos en Washington desinformó y tergiversó los graves sucesos de abril del año 2002 que culminaron con el golpe de Estado contra el presidente legítimo de Venezuela y su cuasi fusilamiento por agentes de la oligarquía y el imperialismo. El Sr. Granier a través de las ondas de su canal de TV fue el principal instigador del golpe y, lo que debe llamar la atención la benevolencia con que el gobierno de Chávez ha actuado todo este tiempo dejando actuar a uno de los tentáculos del imperialismo y la sedición en el país sudamericano. Finalmente, los tergiversadores y manipuladores de la opinión tienen su merecido.
Ahora, habrá que prepararse para las embestidas reaccionarias del imperialismo y sus lacayos que desde ya se anuncian. Radicalizar la revolución bolivariana en todos los planos debe ser la respuesta del pueblo de Venezuela
Ricardo Rodríguez es periodista y escritor. Ha publicado en la Editorial Txalaparta «¿Cuántas veces en un siglo mueve sus alas el colibrí?» Marzo 1999; «El desafío de Bin Laden» Septiembre 2002 y «La Ruta del Esqueleto» Marzo 2006.