De nuevo los del diario global-imperial-antichavista merecen nuestra atención. Son, perdón por la referencia, como el rayo reaccionario-golpista que no cesa. Edición del pasado viernes 9 de mayo, foto destacada de portada: unos policías bolivarianos (siete en total, tres con el semblante perceptible), con caras de gorilas salvajes y muy bien equipados, y un supuesto […]
De nuevo los del diario global-imperial-antichavista merecen nuestra atención. Son, perdón por la referencia, como el rayo reaccionario-golpista que no cesa.
Edición del pasado viernes 9 de mayo, foto destacada de portada: unos policías bolivarianos (siete en total, tres con el semblante perceptible), con caras de gorilas salvajes y muy bien equipados, y un supuesto estudiante que mira a la cámara, sabe hacerlo (habrá recibido instrucciones probablemente), con cara de buena persona y de no haber roto un huevo, un plato o un cuaderno en su vida.
Pie de foto de los del País: LA VIOLENCIA SE RECRUDECE EN VENEZUELA. El desalojo de los campamentos de levantados contra el Gobierno de Nicolás Maduro se saldó ayer con la detención de 243 estudiantes [en la página interior, el corresponsal incendiario habla de 600] y la muerte de un agente, la víctima 42 de la oleada. En la foto, se señalan finalmente, «un estudiante es retenido por la policía».
¿»Oleada» es el término adecuado para designar este plan golpista y criminal de derecha extrema diseñado y apoyado por instancias imperiales?
¿Qué víctimas son las 42 víctimas de esa «oleada» a las que se hacen referencia?
¿La muerte de un agente, dos más fueron heridos, no debería merecer una atención especial, destacada, de titular? ¿No es esa la noticia más relevante? ¿No es este precisamente el ejemplo destacado de violencia? ¿Se imaginan qué hubiera titulado el País si en el desalojo de los ciudadanos del movimiento 15M de, pongamos por caso, la plaza de Cataluña o la plaza del Sol, un policía nacional o un mosso d’Esquadra hubiera resultado herido? ¿Se imaginan qué hubieran dicho si un policía hubiera muerto por acciones de estos activistas insumisos de orientación muy otra?
Por lo demás, ¿de dónde las balas que han muerto y que han herido a agentes policiales? ¿Qué de pacífica tiene esta «oposición» venezolana? ¿Quién recrudece de la violencia? ¿A quién conviene esa violencia?
En síntesis, el País de don Cebrián y don Caño a la extrema derecha de la derecha venezolana más extrema. Lo peor de lo peor, bordeando los caminos del fascio. La vida, los negocios y los intereses les han ubicado en ese nudo sangriento.
* Salvador López Arnal es discípulo y compañero del activista internacionalista Víctor Ríos
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.