La empresa del sexo mueve millones de quetzales en Guatemala, donde laboran entre 18 mil y 32 mil prostitutas. La pobreza las conduce a desempeñarse en el oficio más antiguo del mundo.
Marilyn es la reina de la «whiskería Las Divas», regentada por Don Benito un «padrote bonachón» desde que su madre por necesidad la introdujo a la profesión cuando era todavía una niña. Ella sueña con comprar una casa, pero el banco le ha negado el crédito a causa de su profesión. Esta prostituta «de buen corazón» sueña con el príncipe azul que la sacará de ese mundo de explotación.
Durante su despedida de soltero conoció a Juan Ignacio, un hombre noble, con grandes ideales, pero que vive en un mundo donde el prestigio y el apellido lo son todo; está a punto de casarse con Lorenza, una chica de familia, con clase y sobre todo, virgen.
Aunque no tuvieron sexo en su primera noche, pese a que ella era el platillo principal, sí desnudaron sus almas, el encuentro fue mágico; a ella nunca la habían mirado con respeto, y él nunca había conocido a una mujer, que a pesar de su oficio, le despertara tanta ternura. Sus vidas cambiarían para siempre. Por primera vez, Marilyn siente vergüenza de lo que hace y no puede volver a trabajar, y Juan Ignacio busca cómo sacarla del burdel.
La anterior es la sinopsis de Todos quieren con Marilyn, la telenovela colombiana que transmite desde hace un par de semanas Canal 7, la cual busca sensibilizar a los televidentes sobre la prostitución y la trata de personas. Desde el primer capítulo generó polémica entre la conservadora sociedad guatemalteca. Las señoras han puesto el grito en el cielo al ver a sus esposos seducidos por el encanto mediatico de Marilyn, y las de más amplio criterio se han solidarizado con ella.
La telenovela refleja una problemática mundial. Según la revista Forbes, la industria del sexo registra beneficios de US$60 mil millones al año. EE.UU. recibe ganancias por US$14 mil millones anuales señala la revista Adult Video News. La televisión y la internet convirtieron un negocio desdeñado en uno de los más sólidos y redituables que hay.
Guatemala por ser un país pobre (el 58 por ciento de la población, unos 7 millones de personas, sobreviven con menos de US$2 diarios), carente de oportunidades, además de paso obligado de migrantes centro y suramericanos hacia EE.UU., no escapa al fenómeno.
La Organización de Mujeres en Superación (integrada por trabajadoras sexuales como se hacen llamar) estima entre 18 mil a 32 mil féminas que desempeñan el oficio más antiguo del mundo, que bien podría ser la madre del capitalismo, cuando el cuerpo humano se convirtió en una mercancía.
Adriana Carrillo, la presidenta de este movimiento fundado en 2000, acaba de regresar de San Salvador, donde participó en el II Congreso de la Red de Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y El Caribe. En el foro plantearon la legalización de su actividad para tener derecho a los servicios de salud y seguridad social, así como a exigir un horario, prestaciones laborales, y un código laboral que las regule para ya no seguir siendo explotadas, o acosadas por la policía.
Gran negocio Adriana Carrillo, explica que una trabajadora sexual puede ganar desde Q3 mil500 hasta Q50 mil mensuales, según el lugar. En la línea del ferrocarril cobran desde Q20 por un servicio (más barato que un big mac), hasta casas donde cobran US$250 (Q2,000); las agencias de escort pueden cobrar hasta Q6 mil por un fin de semana.
Los establecimientos prometen ingresos de Q2 mil a Q3 mil semanales. Considerando que son entre 18 mil a 32 mil trabajadoras sexuales, se estiman ingresos anuales entre Q750 millones hasta Q6 mil millones. La mayor parte va a parar a los coyotes y proxenetas que las explotan. El negocio de escorts (damas y caballeros de compañía) florece. Los clasificados de los diarios promocionan unos 30 negocios. Hay chicas para ejecutivos hasta alquiler de hombres. Sus tarifas varían entre Q150 la media hora hasta Q6 mil un fin de semana. Se publican en internet: www.centroerotica.com, www.hotescortsgt.com, www.adonismodelos.com www.fantasiasguatemala.com
Debate a nivel mundial «El trabajo sexual es voluntario, la prostitución es obligada», señala Carrillo. Su legalización se discute acaloradamente en el Parlamento Europeo, los que están en contra afirman que «viola los derechos humanos de la mujer», y los pro, justifican «la libre elección del trabajo, y vivimos en una sociedad en la que los servicios se compran y se venden, y el trabajo sexual es uno de esos «. La actividad ya se ha regulado en Alemania (genera 14 mil millones de euros al año) u Holanda (donde representa el 5 por ciento del PIB), en Latinoamérica sólo lo han hecho Brasil y Chile. Según Carrillo, de legalizarse la actividad ya no existirían condiciones para la explotación y trata de personas. Cualquier hombre o mujer mayor de 18 añospodría ejercer el oficio (se oponen a la prostitución infantil) con base en un reglamento de trabajo. Los dueños de prostíbulos pagan desde Q3 mil hasta Q100 mil a coyotes que les proveen de jóvenes atractivas, guatemaltecas, centro y suramericanas, caribeñas y hasta rusas, que son atraídas con la promesa de un trabajo bien remunerado como mesera, modelo o niñeras en un país extranjero. Después deben trabajar gratis hasta pagarle la suma invertida a su «dueño», así como los gastos de comida, alojamiento, ropa, drogas o licor, para poder liberarse, y luego entregan el 50 por ciento o más de sus ingresos.
Para Jorge Luis Ortega, presidente de la Comisión del Menor y la Familia, del Congreso de la República, la legalización de la prostitución es cuestión semántica y de moral. «La hay por todos lados, todo tipo de negocios que se disfrazan para desarrollarla, si fuera legal se podría controlar mejor la explotación y el tráfico de personas», señaló.
Agrega que «el tema debe discutirse con la sociedad y dejar atrás los tabúes… no la vamos a impedir con leyes y lo mejor es regularla para que quienes la realicen por voluntad propia estén más seguras, y sus clientes».
Sin embargo, para Janice Raymond, de la Coalición Internacional contra el Tráfico de Mujeres, la legalización sólo es un regalo para los proxenetas y traficantes de personas quienes por ley se convierten en hombres de negocios y legítimos empresarios sexuales; además, regularlo la expande e incentiva. Y tampoco otorga protección a las mujeres u hombres que la realizan, ni las dignifica, sólo ofrece un entorno social permisible y de mayor aceptabilidad para quienes pagan por esos servicios.