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Una mala pesadilla

Fuentes: Rebelión

Despertar de una mala pesadilla puede constituir un desasosiego que se anuda en el estomago y te deja a merced de tu propio sistema de autodefensión y/o protección. Me explico, la mente de cada cual ha ido creando con el tiempo recursos automáticos para pasar de todo aquello que no quiere analizar, recordar, revivir o […]

Despertar de una mala pesadilla puede constituir un desasosiego que se anuda en el estomago y te deja a merced de tu propio sistema de autodefensión y/o protección. Me explico, la mente de cada cual ha ido creando con el tiempo recursos automáticos para pasar de todo aquello que no quiere analizar, recordar, revivir o incluso oír y ver, pura autodefensa que muchas veces no somos conscientes de poseer.

Así la mayoría de las pesadillas que nos despiertan se van con el propio acto de abrir los ojos o del despertar, todo lo mas duran unos segundos, los necesarios para que ese sistema de protección, posiblemente también dormido, acuda a templar y calmar nuestros ánimos.

Otras muchas es posible que ni siquiera tengamos conciencia de que han campeado entre nuestros sueños como auténticos fantasmas intentando con su aular asustarnos lo suficiente como para despertarnos.

Lo mejor de toda pesadilla es sin lugar a dudas lo poco que dura cuando dura.

Pero sin lugar a dudas existen otros sueños que mortifican nuestra existencia mas allá del descanso obligado al que nos sometemos diariamente, son aquellos que nacen de una ilusión, de una esperanza, de un deseo, de una utopía o del ideal que cada uno de nosotros se crea de la propia vida.

Son esos sueños que nos persiguen una vez despiertos gritándonos tú puedes porque tú quieres, o si quieres tú puedes.

Los que nosotros mismos nos juramos y fuimos dejando para mañana, ese eterno vuelva vd. mañana con el que vamos llenando nuestra despensa de decepciones, fracasos o frustraciones.

Pero también existen otros, son esos sueños que un día nos prometieron y jamás se cumplieron.

Los sueños que no son nuestros aunque nos aferremos a ellos con la fuerza y la ilusión de quien necesita de su utopía o quimera para seguir adelante, respirando y pasando pagina en el día a día que constituye la vida.

Estos suelen ser sueños que no dependen en su totalidad de nuestro esfuerzo o del ahínco de nuestras aspiraciones, muchas veces ni tan siquiera nos nombran directamente.

Son, sin lugar a dudas, los sueños más difíciles.

Un eterno sueño del hombre desde que es hombre ha sido la libertad y en ello anda empeñado desde que es hombre.

Otro sueño muy ligado a este ha sido también la paz sin que hasta el día de hoy se pueda decir que sus logros hayan dado fruto alguno sino mas bien todo lo contrario, la guerra y la sumisión.

He estado buscando un antónimo de libertad, la facultad de obrar o no obrar según su inteligencia y antojo, y no he encontrado ninguno que me sirva. Se han creado sinónimos como voluntad, albedrío, autodeterminación, independencia, autonomía, liberación o emancipación entre otros en tanto solo encuentro predestinación, que naturalmente no me sirve, como todo lo contrario de la libertad, su antónimo.

Tal vez por eso, por el poder de las palabras, el ser humano este condenado arrastrar el sueño de la libertad eternamente. Condenado para siempre jamás a pelear su emancipación, su liberación, su voluntad, su autodeterminación, su autonomía y su independencia.

La libertad debe ser limitada a la poesía. Edmund Burke

La soledad es el precio de la libertad. Carmen Díaz de Ribera

Cuando sea posible hablar de libertad, el gobierno dejara de existir. Friedrich Engels

Cuando hay libertad todo lo demás sobra. José de San Martín

Solo he recuperado unas pocas frases sobre la libertad que nos han ido recopilando quienes gustan de tejer su propia alfombra con los hilos que otros fueron dejando.

El dramaturgo noruego Henrik Ibsen nos advirtió «Nunca lleves tus mejores pantalones cuando salgas a luchar por la paz y la libertad» por razones mas que obvias entre las cuales se encuentra que al gobierno, a todos los gobiernos, nunca les ha gustado que el pueblo luche esa paz y esa libertad que ellos no están dispuestos a otorgar, a la que tanto temen por cierto.

Desde hace unos meses muchos se despiertan cada día con ese sueño de paz y libertad que todos los gobiernos, centrales y/o autonómicas, les están prometiendo. Un proceso irreversible para la paz y la libertad.

Desde hace tantos días que el sumarlos me cuesta ese discurso continua diciéndonos que no estamos preparados, que el pueblo no esta lo suficientemente maduro para poder digerir ni tan siquiera un poco de paz y un poco de libertad sin que ellos, eternos tutores y carceleros, no hayan sentado las bases de mínimos para ir racionalizando estas dos drogas que a fuerza de soñarlas deben colocar pero que mucho.

Todos, o casi todos, se apuntan al largo, duro y difícil que ha suplantado al vuelva vd. mañana de cada cual, mucho mas próximo y descorazonador.

Ellos caines simpieternos nos roban las ilusiones al igual que se apropiaron de nuestros recuerdos, nos eclipsan los sueños al igual que ahogaron nuestras esperanzas.

Mahatma Gandhi sentencio y peleo sus palabras «No hay camino para la paz, la paz es el camino» al igual que podríamos decir de la libertad, sin la una la otra es una pesadilla y sin ambas incluso los sueños de poseerlas serán tan negros como las estas ultimas.

Ambas son universales y el hombre como ser infinitamente pequeño frente al todo solo puede ofrecer un poco en su lucha por hacer ese mismo camino que Gandhi quiso recorrer y pronto, muy pronto, fueron borrando sus huellas porque nadie las siguió hasta hacerlas camino, el hombre debería estar obligado a recorrer este camino y tú que puedes debes ponerte a caminar.

Es hora de salir a la calle y recordarles a ellos, los caínes sempiternos del poeta, que la poesía continua siendo no solo el arma del futuro, es el alimento del presente y esta es libertad, que ellos son solo la voluntad de nuestro voto y que están donde están para hacer que nuestros sueños se cumplan o casi, que hoy por hoy nuestro sueño es PAZ y LIBERTAD en tanto continuaremos respirando trece veces por minuto para ser en tanto somos ese si que glorifica.

A la calle que ya es hora de pasearnos a cuerpo y anunciar que si queremos, si soñamos, podemos y que si podemos ellos tendrán que sentarse hablar y hablaran hasta el amanecer si es necesario y encontraran la solución porque existe y no es traumática, es simplemente libertad.

Respetar la voluntad de la mayoría sin dejar por ello de soñar la de cada cual.