Traducido del portugués para Rebelión por A. Cilla
El PSOL acaba de recibir su registro definitivo. La primera etapa de su batalla ha sido victoriosa, resultado directo de la acción abnegada de muchos que hoy están empeñados en la reorganización de la izquierda brasileña, después de la profunda crisis que ha golpeado al PT.
Ahora se inicia una segunda fase, por cierto más decisiva: si el PSOL es una alternativa política posible dentro del escenario brasileño, si el registro electoral definitivo permite vislumbrarlo como alternativa política efectiva, es crucial construirlo y consolidarlo como fuerza social y política de izquierda, socialista de base, cimentado en las fuerzas sociales del trabajo y su nueva morfología, capaz de entusiasmar a un conjunto de individualidades y movimientos sociales y políticos que hoy están desencantados y desesperanzados. Y son muchos.
El PSOL, partido que ha nacido con una clara propuesta socialista, conoce los riesgos que corre la izquierda brasileña y, entre ellos, el peligro de fragmentación. Conoce los riesgos actuales, sobre todo los derivados de una excesiva institucionalización de los partidos de izquierda, como ha sido el caso del PT y de tantas otras agrupaciones políticas que son prisioneras de la institucionalidad, así como las dificultades que existen cuando faltan organizaciones políticas con planteamientos dirigidos a la transformación social, cuando desaparecen las alternativas políticas efectivamente de izquierda.
En este momento, en que se evidencian los contornos y redefiniciones del PT, con la victoria de Berzoini y del mismo «Campo Mayoritario» que ha sido el responsable directo de la política llevada a cabo por el partido, el PSOL necesita construir una opción efectiva para nuestras luchas sociales, una alternativa política concreta y un espacio real que afronte la multiplicidad de embates que la clase trabajadora tiene ante sí. El PSOL, contra todos aquellos que defendían la imposibilidad de un resurgimiento de la izquierda socialista, está intentando definir una alternativa que rechaza tanto la política tradicional como la negación de la política.
También sabemos que un proyecto de esta envergadura necesita, ciertamente, el apoyo de las distintas fuerzas de izquierda que no han abandonado la perspectiva socialista. Necesita el apoyo de los militantes socialistas, sindicales y políticos que también están preocupados por los riesgos de la fragmentación de la izquierda que directamente beneficia a los intereses del capital contra las fuerzas sociales del trabajo. Necesita también el apoyo de aquellos sectores que están fuera de las estructuras de los partidos, pero quieren ayudar a crearlas de nuevo. Necesita el apoyo de aquellos que están en otras agrupaciones y partidos de izquierda, pero que también abrazan la idea de que exista una nueva organización política socialista, organizada democráticamente en la base, anticapitalista, capaz de aglutinar la pluralidad de las fuerzas socialistas y de izquierda que existen en nuestro país. Y que sea capaz, a la vez, de sacar a la izquierda de la condición de «gueto» o, lo que es todavía peor, de ser la «izquierda que gusta a la derecha».
El PSOL ha iniciado su trayectoria recuperando las generosas banderas del socialismo y la libertad. Quiere luchar tanto por los ideales de la igualdad social como por la emancipación humana, presentes en el ideario y en la acción del mejor movimiento socialista. Rechaza la lógica destructiva del capital que hoy domina a escala brutal, y que destruye a la humanidad trabajadora a través del trabajo precario y el desempleo estructural o, incluso, con la destrucción de la naturaleza, por no hablar de su brutalidad belicista y agresiva contra la humanidad. Rechaza la grotesca apologética de que el capitalismo es el fin (y el máximo) de la historia.
Se niega a aceptar que la política brasileña esté inevitablemente estancada en el centro, donde incluso es difícil saber quien está más a la derecha o más a la izquierda, tantas son las similitudes de fondo. Quiere favorecer, junto con otros movimientos de inspiración transformadora y emancipadora, el resurgimiento de los valores del socialismo, en este inicio del siglo XXI, para que ese desafío se pueda convertir en una nueva alternativa.
* Ricardo Antunes escribe los jueves en JB [Jornal do Brasil]