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¿Una nueva era entre Washington y Venezuela?

Fuentes: Rebelión

Por un momento, para complacer a todos los enamorados del nuevo presidente de Estados Unidos, vamos a olvidar todo lo dicho sobre Venezuela durante los dos mandatos del ex presidente George W. Bush por parte de los voceros de su gobierno. Y vamos entonces a olvidar también todo lo dicho de Obama y su Secretaria […]

Por un momento, para complacer a todos los enamorados del nuevo presidente de Estados Unidos, vamos a olvidar todo lo dicho sobre Venezuela durante los dos mandatos del ex presidente George W. Bush por parte de los voceros de su gobierno. Y vamos entonces a olvidar también todo lo dicho de Obama y su Secretaria de Estado Hillary Clinton durante la campaña, porque bueno, a veces lo dicho en campaña es solo para complacer a los votantes. Asi, vamos solo a analizar lo que han declarado y expresado el Presidente Obama y los miembros de su nuevo equipo desde que fue eligido al cargo político más poderoso del mundo.

Pero no le tardó mucho al nuevo presidente de Estados Unidos reforzar los mismos comentarios que había hecho durante su campaña sobre Venezuela y el Presidente Chávez. Fue en una entrevista en el canal hispano de Estados Unidos, Univisión, el 13 de enero de 2009, que el Presidente Barack Obama, respondiendo a una pregunta sobre América Latina y particularmente Venezuela, declaró, «Chávez ha sido una fuerza que ha impedido el progreso de la región…» Luego comentó que «…hay que ser muy firmes cuando vemos estas noticias, que Venezuela está exportando actividades terroristas o respaldando a entidades maliciosas como las FARC. Eso crea problemas que no se puede aceptar. Ese no es un buen comportamiento internacional que debemos esperar de cualquiera en el hemisferio…»

Esa declaración del Presidente Obama suena tal cual como dijo el Presidente Chávez como algo proveniente del campo Bush. (Nota: aquí podría decir una vez más que justamente eso es correcto, que no hay mucha diferencia entre Bush y Obama cuando se trata de la política imperialista de Estados Unidos, pero prometo que aún no lo voy a decir…mejor lo voy a evidenciar con sus propias acciones y actitudes…). En esa declaración, Obama repitió los dos principales matrices de opinión que Washington ha venido promoviendo desde todas sus agencias, incluyendo el Congreso liderado por el partido demócrata, durante los últimos cuatro años: Chávez es una fuerza desestabilizadora en la región y Venezuela tiene vínculos con el terrorismo. Pero bueno, continuamos.

Luego, la nueva Secretaria de Estado, Hillary Clinton, declaró durante su audiencia de confirmación ante el Senado de Estados Unidos que «…tenemos problemas en nuestro propio hemisferio con algunos de los proveedores de energía, como Hugo Chávez…Tenemos un desafío en América Latina, y nuestros desafíos se tratan de la manera de involucrarnos para lograr una diferencia. Debemos preocuparnos menos por lo que dice Chávez y más por lo que hacemos nosotros al final del día…» Aquí es válido hacer una comparación entre lo que dijo la entrante Secretaria de Estado Condoleezza Rice en enero 2005, cuando apenás en su audiencia de confirmación ante el Senado declaró que «Hugo Chávez es una fuerza negativa en la región…» Esa frase, ya famosa de Rice, puso en marcha una política agresiva, hostil y bélica contra Venezuela que obviamente está siendo reforzada por la nueva administración de Washington, no importa su color ni su afiliación política. En Estados Unidos, él que sea rojo o azul, republicano o demócrata, igual es imperialista. Y aquí hay que agregar que cuando se trata del análisis, lo que declara un candidato o una candidata al cargo más alto de la diplomacia estadounidense en su discurso de confirmación es una muestra de lo que va a ser su prioridad cuando asume la Secretaria del Estado. Asi que, el hecho de que dos Secretarias de Estado entrantes han hablado de Venezuela y el Presidente Chávez como «fuerza negativa», o un «problema», significa mucho al final del día para la política exterior de Washington. Venezuela es, desde 2005, y sigue siendo una prioridad de la política de seguridad, defensa e inteligencia de Estados Unidos. Así fue clasificado en julio 2008 en un informe del Departamento de Estado donde destacaron los tres asuntos de prioridad global para la política exterior de Washington: el apoyo de Irán a la insurgencia en Irak; la creciente presencia de Al Qaeda en Afganistán; y la «asociación» de Venezuela con «estados terroristas». Repito aquí, lo que acabo de detallar en la frase anterior son las tres prioridades GLOBALES de la política de seguridad, defensa y diplomacia de Estados Unidos. Dentro de ellas está Venezuela.

Pero si eso no fuera suficiente, en su discurso de juramentación, el nuevo presidente de Estados Unidos declaró, «…cada día se evidencia más que las maneras en que utilizamos energía fortalecen más a nuestros adversarios…» Ok, no necesariamente nombró a Venezuela, pero no hay duda de que el país suramericano con las mayores reservas petroleras del mundo tuvo que ver con ese comentario. Más adelante en su discurso, cuando el Presidente Obama estaba alertando a los enemigos de Estados Unidos que su gobierno retomaría y defendería su posición como líder mundial (como si hubiera hecho algo distinto durante los últimos años), dijo «…a aquellos que agarran el poder a través de la corrupción y el engaño y el silencio a sus críticos, sepan que están en el lado equivocado de la historia, pero nosotros te extenderemos la mano si están dispuestos a abrir su puño…» Bueno, aquí no necesariamente el Presidente Obama dirigía ese mensaje indirectamente a Venezuela, sin embargo, por todo lo que se ha dicho sobre el gobierno de Chávez, pudiera ser posible.

Y luego está James Steinberg, el nuevo número dos del Departamento de Estado. Este señorito, cuyo curriculum incluyen cargos como el recién rector de la Escuela de Políticas Públicas Lyndon B. Johnson de la Universidad de Texas en Austin, Analista de la Corporación RAND, empresa contratista del Pentágono para desarrollar sus estrategias princiales, Asistente Asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca (1997-2001) e Investigador del Instituto Brookings, uno de los tres institutos (think tanks) que desarrollan las políticas imperialistas de Washington, ya lanzó dardos duros a Venezuela durante su audiencia de confirmación ante el Senado de Estados Unidos el 22 de enero pasado. En respuesta a una pregunta hecha por el Senador Robert Menéndez del estado Nueva Jersey sobre América Latina, Steinberg dijo, «Yo creo que la gente se ha dado cuenta que los ofrecimientos de Chávez no conducen a una vida mejor o un mayor éxito de los pueblos…Por demasiado tiempo, hemos cedido el campo de juego a Chávez, cuyas acciones y visión para la región no sirven a los intereses de sus ciudadanos ni de la gente a lo largo y ancho de América Latina.» ¿Qué? Obviamente el Senador Menéndez, no está al tanto de cómo han mejorado las cosas en Venezuela durante los últimos diez años. Por ejemplo, en Venezuela hoy en día gozamos de una tasa de desempleo de la más baja de la historia y…más baja que la tasa de desempleo en Estados Unidos!! (En Venezuela está en 6% mientras que en Estados Unidos la tasa de desempleo está en 7.2%). Ni mencionar que en Venezuela, bajo las políticas revolucionarias del Presidente Chávez, ningún venezolano está sin atención médica gratuita a todos los niveles, mientras que en Estados Unidos ni hablar. Más de 46 millones de estadounidenses viven sin acceso al sistema de salud. Y las cifras de educación, mortalidad infantil, alcance de vida, creación de industrias, recuperación de tradiciones culturales, lenguajes indígenas y la participación electoral que ha logrado el gobierno bolivariano son sin precedente en la historia venezolana.

Pero el colmo de este tratamiento del gobierno de Obama que obviamente considera que Venezuela es su enemigo N º 1 está en la página web de la Casa Blanca. En la sección de la página donde destaca su agenda política relacionada con energía, se encuentra este objetivo: «Eliminar nuestros actuales importaciones del Medio Oriente y Venezuela dentro de 10 años». Y en otra parte de la agenda el mismo concepto está articulado de ésta manera: «Dentro de 10 años, ahorrar más petróleo de lo que actualmente importamos del Medio Oriente y Venezuela combinado.» Este mismo objetivo fue repetido el 26 de enero de 2009 por el Presidente Obama cuando dijo que «Estados Unidos no será rehén de recursos cada vez más limitados, de regímenes hostiles…» durante una ceremonia en la Casa Blanca. Ok. Entonces, ya Venezuela se encuentra entre los objetivos más importantes del gobierno de Obama en el área energético, lo cual a su vez es considerado parte de la estrategia de seguridad y defensa de Washington.

Pues, ¿de todo lo dicho y hecho en menos de un mes por la administración del nuevo Presidente Barack Obama en Estados Unidos, se evidencia algún cambio en el tono hostíl y agresivo contra Venezuela? Creo que la respuesta obvia es un no rotundo, lamentablemente. Lo que evidencia, simplemente es lo que hemos venido diciendo: el imperio es el imperio, no importa su color. Hasta que deje de verse como el mejor del mundo y el líder global que busca imponer su visión y modelo a los demás, el imperio seguirá siendo el mismo. Mientras tanto, Venezuela, junta a otros pueblos libres y dignos, debe seguir construyendo su futuro y mantener su alerta frente a los ataques imperiales que atentan contra su prosperidad.