Introducción
Vivimos tiempos de inseguridad económica y el miedo y la preocupación por el futuro en estos años de pandemias y guerras es cada vez más evidente. Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) el nivel de preocupación entre la población es alto: 6 de cada 7 personas en todo el mundo afirman sentirse inseguras con respecto a muchos aspectos de su vida (1).Según este informe, a las privaciones existentes hay que añadir más fuentes de incertidumbre que se superponen: “El contexto del peligroso cambio planetario del Antropoceno y su interacción con las desigualdades humanas, los esfuerzos deliberados por lograr una transición de nuestras sociedades industriales hacia un futuro con bajas emisiones de carbono y la intensificación de la polarización política y social entre los países y dentro de ellos, facilitada por el uso que se hace a menudo de las nuevas tecnologías digitales.”
Todo ello hace cada vez más necesario plantear respuestas que estén a la altura de las circunstancias y no seguir con recetas caducadas y que se han mostrado ineficaces.