El Parlamento Europeo rechazó la propuesta de la Comisión Europea, rama ejecutiva de la UE (Unión Europea), de establecer un nuevo instrumento de financiamiento para el desarrollo y la cooperación económica con países lejanos geográficamente del bloque, conocido como DCECI, por sus siglas en inglés. Este mecanismo tiene el objetivo de reemplazar la vieja Regulación […]
El Parlamento Europeo rechazó la propuesta de la Comisión Europea, rama ejecutiva de la UE (Unión Europea), de establecer un nuevo instrumento de financiamiento para el desarrollo y la cooperación económica con países lejanos geográficamente del bloque, conocido como DCECI, por sus siglas en inglés.
Este mecanismo tiene el objetivo de reemplazar la vieja Regulación Asia-América Latina, y fortalecería las potestades de la Comisión en el establecimiento de metas políticas de cooperación al desarrollo, un enfoque que ha desatado controversias.
El rechazo de la iniciativa pone en cuestión el compromiso de la UE con la erradicación de la pobreza y el aliento de la salud y la educación de algunos de los países más pobres del mundo, pues uniría en un solo instrumento la cooperación con el mundo en desarrollo y con naciones industrializadas.
El conflicto entre el Parlamento y la Comisión también pone en riesgo programas de asistencia que expiran en diciembre, que incluyen ayuda alimentaria, lucha contra las enfermedades, conservación ambiental, promoción de derechos humanos, desplazados y refugiados y reconstrucción de países asolados por guerras.
Los países de la UE y el bloque como tal aportan alrededor de 55 por ciento de la asistencia oficial al desarrollo de todo el mundo. Por lo tanto, el impacto de una suspensión de la ayuda europea sería severo.
La pregunta es cómo se gastará el dinero de la asistencia entre 2007 y 2013. Ése era el centro de las negociaciones iniciadas en el bloque en 2004 y que este jueves ingresaron en un punto crítico.
Con la adopción de las Perspectivas Financieras 2007-2013, de 50.000 millones de euros (63.000 millones de dólares) del presupuesto de de relaciones exteriores unos 15.000 millones (19.000 millones de dólares) tendrían como destino el DCECI.
No hay un reparto claro de los fondos del DCECI entre regiones. Pero si se aplican los criterios anteriores, Asia podría recibir entre 600 y 700 millones de euros (de 658 a 885 millones de dólares) al año, y América Latina la mitad.
El rechazo de la iniciativa en el Parlamento Europeo, en su sede en Estrasburgo, respondió, en parte, al deseo de establecer dos instrumentos separados, uno para la ayuda al desarrollo y otro para la cooperación económica, como explicó el portavoz de esa posición, el legislador Gay Mitchell.
«El tiempo se agota, y la preocupación de la UE debe dirigirse al bienestar de los países en desarrollo», dijo. Un nuevo sistema deberá establecerse antes de fines de año si queremos mantener el financiamiento para los programas de desarrollo en enero de 2007.»
La votación del jueves en el Parlamento Europeo es el punto culminante de las negociaciones iniciadas en septiembre de 2004, cuando la Comisión Europea propuso una radical reforma de los gastos del bloque en el resto del mundo.
La formulación de la iniciativa sugería que el sistema entonces vigente era demasiado complicado e ineficiente.
La reforma propuesta implicaría la abolición de 16 diferentes instrumentos de asistencia y, en el futuro, la instauración de unos pocos diseñados con criterios geográficos y temáticos.
Serían tres instrumentos geográficos: uno para países aspirantes a ingresar en la UE, otro para países en la vecindad geográfica del bloque, que incluiría a África septentrional, y un tercero, el DCCI, para el resto.
Los tres instrumentos temáticos se referirían a asistencia humanitaria, que incluiría casos de emergencia, la asistencia macrofinanciera de los países de la disuelta Unión Soviética y el tercero, dirigido a la estabilidad y la atención de crisis, que abarcaría el narcotráfico y el terrorismo.
El DCECI es la iniciativa más controvertida. La mayoría del Parlamento Europeo considera erróneo fusionar la asignación de asistencia a países en desarrollo e industrializados en un solo instrumento.
La votación de este jueves marcó un endurecimiento de las posiciones de todas las posturas en negociación. Los cuestionamientos del Parlamento Europeo se refieren a dos asuntos específicos.
En primer lugar, los legisladores entienden que el DCECI debería dividirse en dos instrumentos separados. La cooperación con países industrializados ajenos al bloque debería incluirse en otra propuesta, sugirió Mitchell. En la votación, el Parlamento Europeo eliminó toda referencia a la cooperación económica.
En segundo lugar, el cuerpo legislativo reclamó participación en las decisiones sobre prioridades de asistencia al desarrollo, que en la iniciativa se restringían al Consejo Europeo.
La comisaria de Relaciones Exteriores de la UE, Benita Ferrero-Waldner, se manifestó dispuesta a distinguir la política hacia los países en desarrollo y los industrializados, pero en el marco de la iniciativa rechazada por el Parlamento Europeo.
Separar los instrumentos de cooperación entre países industrializados y en desarrollo impedirá a la Comisión Europea «ser capaz de enviar asistencia con rapidez y eficiencia», advirtió Ferrero Waldner.
Diversas organizaciones humanitarias no comparten esa posición. «Sólo un instrumento separado para la asistencia al desarrollo la puede asegurar la credibilidad de la UE en los países en desarrollo», dijo Simon Stocker, de la coalición de organizaciones no gubernamentales Eurostep.