Con 41 años, este abogado especialista en Derechos Humanos y poeta con cinco libros editados y varios premios en su haber, ejerce de diputado en la Asamblea Nacional y preside la Comisión de Política Exterior de la Asamblea. Ahora se presenta con toda la pasión de un poeta y el espíritu de la equidad de […]
Con 41 años, este abogado especialista en Derechos Humanos y poeta con cinco libros editados y varios premios en su haber, ejerce de diputado en la Asamblea Nacional y preside la Comisión de Política Exterior de la Asamblea. Ahora se presenta con toda la pasión de un poeta y el espíritu de la equidad de un letrado para las elecciones a gobernador en el estado que le vio nacer, Azoátegui.
Uno de los últimos debates sobre Venezuela lo ha protagonizado la recogida de firmas de la oposición para intentar un referéndum revocatorio contra el presidente Hugo Chávez, ¿cuál es la situación?
En primer lugar, la oposición no recogió las firmas válidas, por ello ha tenido que ir a un proceso de reparación de más de un millón de firmas debido a que presentaron firmas clonadas, con huellas falseadas, etc.
El proceso arranca la tercera semana de mayo, pero ya va dividida la oposición, hay fracturas entre ellos. Yo creo que no quieren ir al reparo por la debilidad en que se encuentran y la conciencia de haber delinquido en ese proceso de recolección. Un ejemplo de ese fracaso es que no pudieron arrancar un proceso de revocación a ningún diputado, sólo a uno de treinta. Nosotros, en cambio, lo logramos con 13 diputados opositores.
Sus bases ahora están muy desencantadas porque no pudieron recoger en los cuatros días los dos millones y medio de firmas contra Chávez. Ellos llegan divididos y desmoralizados, creo que no habrá referéndum revocatorio.
Usted se presenta a gobernador del estado de Anzoátegui en las elecciones que habrá en agosto, ¿cuáles son las características de ese estado?
Anzoátegui es el estado con las mayores reservas de petróleo y gas de Venezuela. Al mismo tiempo es una gran región agrícola y estratégica. Con un millón trescientos mil habitantes es el estado más importante del oriente venezolano. Por otro lado es uno de los grandes circuitos electorales del país. Las elecciones anteriores las ganó una persona con los votos de nuestro partido y que, posteriormente, se pasó a la oposición. Ahora Anzoátegui está en manos de la oposición y mi objetivo es conquistar esa plaza para la revolución bolivariana, tal y como expresó el pueblo en las urnas.
¿Y cuáles son las perspectivas electorales para esas elecciones?
En las tres encuestas que se han hecho, la evolución de mi candidatura ha sido de crecimiento constante. Empecé con un piso del 40 % del voto y ahora se refleja un apoyo electoral del 47’5 %. Frente a eso, la oposición está dividida en siete candidatos, todos ellos irreconciliables. Además nuestra campaña se ha hecho con los sectores populares y las fuerzas sociales. Hemos comprobado que tenemos una fuerza de convocatoria excepcional, lo pudimos ver al ser el primer estado que se movilizó en contra de la injerencia de EEUU en Venezuela cuando convocamos una manifestación a la que asistieron más de quince mil personas.
¿Pero cuáles son sus propuestas políticas para Anzoátegui?
Mi propuesta se resume en dos palabras: esperanza y dignidad. Anzoátegui ha estado sumido en la ineficacia y la indiferencia. Hay que tener en cuenta que Venezuela tiene una administración muy descentralizada, los gobernadores tienen las competencias de orden público, salud, educación, tributos e infraestructuras. Mi propuesta apuesta por reconstruir el estado, pero también reconstruir el poder popular mediante el presupuesto participativo y la fiscalización del gasto. Para ello tenemos algunos mecanismos en el programa, por ejemplo la institucionalización de la asamblea de ciudadanos, cuyas decisiones tendrán carácter vinculante. Es algo muy interesante. Los gobernantes siempre han tenido miedo en dar el poder al pueblo porque creen que puede revertirse contra su burocracia. Yo creo que es lo contrario, nuestro apoyo del pueblo se basa en la sensación que tiene la gente de formar parte activa de las decisiones.
¿Pero cuál será ese porcentaje del presupuesto en el que participarán los ciudadanos?
Hay una parte del presupuesto que ya tiene un objetivo definido por ley, pero todo el restante lo debemos someter a la decisión popular. En mi estado hay grandes comunidades urbanas con barriadas donde viven doscientas mil personas. Hay que hacer asambleas sectoriales para consultarles donde quieren que se gaste el dinero: en alcantarillado, en salud, en colegios… Y, posteriormente, hay que fiscalizar esos gastos. Ahí debe estar el poder del pueblo.
¿Qué se está haciendo en los estados donde gobierna su partido?
No puedo responderte con precisión a eso, el presupuesto participativo no está todavía suficientemente desarrollado. Pero en Anzoátegui lo vamos a hacer, está previsto en la Constitución y el presidente así lo ha pedido.
El último Tarek que entrevisté, el primer ministro iraquí Tarek Aziz, está ahora preso por Estados Unidos, ¿hasta dónde cree que puede llegar el gobierno Bush en su agresión contra Venezuela?
Venezuela tiene una particularidad. Está entre los cinco países productores de petróleo del planeta, además de sus importantes reservas de gas. Es el tercer suministrador de petróleo a EEUU, el primero es Arabia Saudí. Este último petróleo llega a Estados Unidos en cuarenta días, mientras que el venezolano llega en cuatro. Tienen, por tanto, una dependencia de Venezuela. Pero es que, además, Venezuela tiene unas importantísimas reservas de agua dulce y dentro de poco valdrá igual o más que el petróleo. Venezuela ha adoptado con Hugo Chávez un camino de independencia política, tal y como ha demostrado en los foros internacionales. En el tema económico, Venezuela ha sido el único país de los que conforman las Cumbres Iberoamericanas que se ha opuesto rotundamente al ALCA, el modo en que EEUU se quiere anexionar a América Latina. Todo esto ha acrecentado la fama y el reconocimiento de Venezuela.
A todo ello hay que unir la oposición de nuestro país al Plan Colombia que busca convertir a Colombia en el Israel de América Latina con paramilitares que han colonizado la frontera con Venezuela. Por todo ello, mi país se ha retirado de las prácticas militares conjuntas con EEUU y se ha negado también a los sobrevuelos norteamericanos por nuestro espacio aéreo. Ellos decían que esos sobrevuelos eran para combatir el narcotráfico, pero en realidad tenían funciones de espionaje. También apostamos por revitalizar la OPEP en septiembre del 2000 en Caracas.
Y no sólo eso, Venezuela ha apoyado la causa árabe, al estado palestino por ejemplo, y también el discurso de integración de Latinoamérica mediante el fortalecimiento del MERCOSUR o de promover acuerdos energéticos con Centroamérica y el Caribe.
Además están las leyes de tierra, de pesca, de hidrocarburos que nacen con el objetivo de ayudar al pueblo venezolano.
Todo eso son señales de un país que es soberano en el marco de una constitución progresista y por ello chocó con el imperio y esto se expresó en 1999, cuando ya empezó a actuar la oposición. Ahora se han desclasificado documentos del Fondo Nacional para la Democracia de Estados Unidos en los que se revela que han financiado a treinta grupos de oposición con tres millones de dólares. Además han alentado el derrocamiento de un gobierno legítimo como se vio en el golpe de abril del 2002. Ya entonces se pudo escuchar a Condelezza Rice saludar el golpe. Chávez está utilizando los recursos naturales de Venezuela para distribuir beneficios sociales entre la gente y eso no le gustó a Estados Unidos. Pero los gobiernos de Lula, Kichner o el futuro de Uruguay permiten una integración, junto con Cuba, que le impedirá a EEUU justificar su injerencia. Estamos ante un asedio que se demostrará inútil.