Los precios del barril de petróleo cayeron este viernes a su nivel más bajo en 4 años en momentos en que aumentan las probabilidades de que la crisis recesiva de la economía mundial reduzca considerablemente la demanda de energía a nivel global. La proyecciones estiman el piso inmediato del crudo entre US$ 30 y US$ 25, lo que generaría un descalabro en las economías de los países productores, principalmente en Irán y Venezuela.
El petróleo operaba en torno a los US$ 44 por barril el viernes, aproximándose a su menor nivel en casi cuatro años y a la importante «barrera psicológica» de los US$ 40 dólares, arrastrado por el previsible efecto negativo de una desaceleración pronunciada en la demanda mundial a causa de la recesión económica.
Los precios han bajado casi un 20 por ciento desde hace una semana, y están encaminados a registrar su mayor descenso semanal desde marzo de 2003, presionados por la publicación de una serie de débiles datos económicos estadounidenses. Los últimos, la bajada de ventas minoristas y un aumento en las peticiones de subsidio por desempleo.
Los mercados de petróleo, que ya están cayendo en picada, enfrentan una combinación de presiones que podría llevar el precio del barril a un nivel mucho más bajo en los próximos meses.
La principal razón para la acusada bajada del precio del crudo en los últimos meses ha sido una drástica reducción en la demanda por parte de las naciones centrales industrializadas, especialmente de Estados Unidos, la Unión Europea, China y Japón, debido a la profunda crisis que atraviesan sus economías.
El mercado del petróleo también fue socavado por la revaluación del dólar, que tiende a desalentar la demanda, ya que el precio del crudo valuado en dólares se vuelve más caro para los que compran con monedas más débiles.
El precio del crudo cayó US$3,12, o 6,7%, el jueves y quedó en US$43,67 el barril en la Bolsa Mercantil de Nueva York, su cierre más bajo desde enero de 2005.
Según The Wall Street Journal, muchos ejecutivos de la industria y corredores anticipan una caída más pronunciada que dejaría los precios en torno a los US$30 el barril, antes de que los recortes en el suministro vuelvan a impulsar los precios, quizás bien entrado el próximo año.
Los analistas de Merrill Lynch creen que el precio del petróleo puede caer por debajo de los US$ 25 por barril si la recesión que está golpeando la demanda de crudo en todo el mundo se extiende también a China.
Francisco Blanch, estratega de materias primas de la entidad estadounidense, considera que la demanda global de petróleo se contraerá el próximo ejercicio por primera vez desde 1982.
En octubre, cuando el barril se encontraba en US$ 100 el banco estimó que podría situarse por debajo de los US$ 50 dólares.
Los corredores se han vuelto pesimistas sobre la capacidad de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para reducir el suministro y contener el declive.
Los países productores de la OPEP se encuentran bajo presión creciente de la crisis financiera internacional que impacta fuertemente en sus economías, mientras el descenso del crudo pulveriza sus presupuestos y recaudaciones impactados por la desaceleración económica.
El problema es que muchos de estos países han hecho sus presupuestos calculando unos ingresos por barril de petróleo de entre US$ 70 y US$ 90, cuando las estimaciones y proyecciones señalan un barril por debajo de los US$ 30.
A la OPEP lo integran actualmente: Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Iraq, Qatar, Kuwait, Irán, (1) Nigeria, Indonesia, Pakistán, Venezuela y Ecuador. Afganistán no está incluida, pero por su territorio pasan los oleoductos que llevan el petróleo crudo a las embarcaciones que esperan en el Golfo Pérsico para su exportación.
Hace unos días la organización anunció un recorte de la producción para mantener la estabilidad de los precios, pero el oro negro continuó derrumbándose en los mercados internacionales.
Las economías que dependen de los precios de la energía, como Venezuela, Irán y Rusia, pueden enfrentar enormes descalabros. Los empleos de los ingenieros y los trabajadores de las plataformas se ven afectados, al igual que los contadores, hoteles y restaurantes que les sirven.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) sabe que si el precio del petróleo sigue bajando, varios de sus agremiados -como Irán y Venezuela- podrían verse en problemas.
El grupo, cuyos miembros suponen más del 40% de las exportaciones de petróleo globales, está buscando desesperadamente formas para frenar la caída en los precios, que se han desplomado desde sus máximos de verano a un ritmo inusitado.
Pero cada vez hay más división entre sus miembros moderados, encabezados por Arabia Saudita, que pueden permitirse un período de precios más bajos, y los países con un gran gasto estatal, como Irán y Venezuela, que dependen mucho más de los precios altos.
La brusca caída de los precios -el crudo alcanzó los US$147 el barril a mediados de año- también está golpeando a las petroleras, que tienen menos efectivo para destinar a proyectos y menos incentivos para invertir a medida que sus márgenes disminuyen.
La caída del crudo frena los ambiciosos proyectos de países productores, y Venezuela y otros miembros de la OPEP que dependen de los ingresos petroleros para mantener sus presupuestos empiezan a pedir que se cierre el grifo.
Los grandes países productores de petróleo han dejado entrever que están sumamente preocupados porque la crisis de crédito global y la caída en los precios del petróleo comienzan a obligar a sus gobiernos a reducir los presupuestos y a retrasar proyectos.
Los temores a que los días de abundancia estén por terminar son más fuertes en Irán y Venezuela, cuyos gobiernos han caído en una dependencia de los ingresos del petróleo para fortalecer sus economías, que sin ese aporte serían inestables.
Armado León, economista del Banco Central de Venezuela, consideró que los precios del petróleo «pueden sostenerse entre US$ 80 y US$ 90 por barril, aún con la contracción estadounidense, dependiendo de cómo se comporten economías emergentes como las de India y China».
La demanda de crudo está disminuyendo por la crisis económica global, en especial en EEUU y Europa, lo cual está ayudando a derrumbar los precios del commodity.
Algunos analistas dicen que, a pesar de la gran necesidad de crudo que hay en Asia y en Medio Oriente, el consumo global de petróleo podría estancarse el próximo año. Así llegaría a su fin casi una década de aumento constante en la demanda.
La caída en la demanda de petróleo en EEUU y Europa este año ha sido un factor significativo en la reducción de los precios en más de 50% frente a su auge de mediados del año.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) sostuvo que «se extiende la debilidad de la demanda en la mayoría de los países de la OCDE», la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que incluye entre sus miembros a los 30 países más industrializados.
La menor demanda se debe a «las perspectivas económicas sombrías, por una crisis financiera que podría colocar en recesión a las economías de la OCDE», indicó la AIE, que hace estimaciones a la baja en el consumo mundial de petróleo, de 86,5 millones de barriles diarios este año.
Varios productores clave del cartel de doce miembros de la OPEP indican que la producción debe ser drásticamente recortada para detener la caída de los precios.
Venezuela, por ejemplo, pide una reducción en la producción de un millón de barriles diarios, lo que representaba el 3% de la producción total de la OPEP.
Irán habla de dos millones diarios.
Ambos países se muestran como los más interesados en que el barril se mantenga cerca de los US$100 con el fin de garantizar el gasto de esos gobiernos.
Irán depende casi completamente de sus exportaciones de petróleo. Por cada dólar menos en la cotización, el país pierde unos US$1.000 millones en ingresos anuales.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad y Hugo Chávez, presidente de Venezuela solicitaron en los últimos días que, ante la manifiesta debilidad del dólar, la OPEP cambiara de moneda de referencia, y tratara con otras que fueran más fuertes, como el euro que muestra una gran fortaleza. Pero Arabia Saudita se ha opuesto a ello.
Países tradicionalmente moderados, como Nigeria, Qatar e Irak, podrían sumarse a iniciativas radicales si los precios siguen cayendo. «Podría haber una necesidad de intervenir para estabilizar el mercado si continúan cayendo los precios y continúa la sobreproducción», dijo el ministro nigeriano de Petróleo, Odein Ajumogobia.
Según Deutsche Bank, aunque la OPEP acuerde reducir su producción en su próxima reunión en Argelia, es poco probable que el petróleo se recupere pronto y es posible que la presión a la baja se mantenga todo el año próximo.