A dos meses de las elecciones presidenciales del 7 de octubre, el presidente, Hugo Chávez, continúa hoy con amplia ventaja en las encuestas, mientras la oposición asegura que su candidato cuenta con el favor de la mayoría. Prácticamente todas las empresas consultoras coinciden al vaticinar la victoria del mandatario en esa cita, con diferencias que […]
A dos meses de las elecciones presidenciales del 7 de octubre, el presidente, Hugo Chávez, continúa hoy con amplia ventaja en las encuestas, mientras la oposición asegura que su candidato cuenta con el favor de la mayoría.
Prácticamente todas las empresas consultoras coinciden al vaticinar la victoria del mandatario en esa cita, con diferencias que oscilan de 15 a 30 puntos de ventaja sobre su principal adversario, Henrique Capriles Radonski, por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Capriles emergió como candidato único en los comicios internos efectuados el 12 de febrero pasado y todos los partidos agrupados en la MUD se comprometieron a respaldarlo, pero todo parece indicar que la pregonada unidad opositora está lejos de ser una realidad.
La fractura de la oposición es evidente en los actos de campaña de Capriles, donde solo aparecen los dirigentes de su partido, el ultraderechista Primero Justicia, y los de Voluntad Popular, que lidera su socio político Leopoldo López.
Líderes de formaciones tradicionales como Acción Democrática o Copei, que durante décadas se repartieron el poder en Venezuela, parecen haber sido dejados de lado en la carrera presidencial del representante de los principales grupos económicos y financieros de esta nación.
Sin embargo, especialistas de diversos signos coinciden al opinar que Capriles conseguirá de cuatro a cinco millones de votos en los comicios de octubre, no porque sea el preferido de esos electores, sino porque se beneficiará del voto contra Chávez.
En lo que también hay una amplia coincidencia es en la reelección del presidente, lo que explica que ciertos líderes opositores estén pensando más en los comicios para gobernadores del 16 de diciembre, en lugar de concentrarse en las presidenciales, que algunos ya dan por perdida.
Eso no impide que la diputada María Corina Machado proclame sin pudor que la mayor parte de los venezolanos se opone a Chávez, y que Leopoldo López afirme que «el 7 de octubre se demostrará que contamos con la mayoría de los votos, gracias a todo el esfuerzo realizado por Henrique Capriles y todo su equipo».
El candidato opositor, mientras tanto, prosigue su campaña electoral con sus habituales caminatas en pueblos y barriadas de todo el país, donde pronuncia discursos marcados por las críticas al gobierno y promesas de progreso que no explica ni sustenta.
En opinión del dirigente socialista Aristóbulo Istúriz, la actuación de la oposición ha estado marcada por la ausencia de un discurso programático y por un conjunto de anuncios que apuntan hacia la privatización de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y la erradicación de los programas sociales.
«Capriles demuestra cada vez que abre la boca su grado de inmadurez e ignorancia», afirma hoy un conocido columnista de la prensa capitalina y señala más adelante que el candidato opositor «demostraría más capacidad guardando silencio que opinando».
En contraste, el presidente Chávez intensifica su participación en la campaña, iniciada el 1 de julio y calificada por la dirección del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) de positiva y exitosa porque -entre otros factores- la presencia del mandatario ha dinamizado el escenario político venezolano.
«Todo el país ha sido testigo de todo el fervor que despierta el presidente en la calle, la conexión amorosa del pueblo con Chávez, que también se expresa en las encuestas», declaró Istúriz el pasado lunes en nombre del PSUV.
Ese fervor se ha puesto de manifiesto con toda claridad en las nueve grandes concentraciones populares que el mandatario ha encabezado hasta ahora en los estados Aragua, Anzoátegui, Lara, Guárico, Zulia y Carabobo, y en las parroquias El Valle, Petare y Antímano, en esta capital.
En todos esos actos, el jefe del Estado venezolano se ha mostrado convencido de la victoria en la cita electoral, y además de alertar sobre la necesidad de evitar el triunfalismo, ha insistido en la importancia de sumar fuerzas para ganar por un amplio margen.
En ese sentido, Chávez ha orientado a los cuadros del PSUV de todos los niveles a intensificar el trabajo calle por calle, casa por casa e, incluso, trascender a los partidos que le apoyan a ir en busca de la clase media y de los indecisos con argumentos e ideas.
En Antímano, el pasado viernes, instó a los sectores medios de la sociedad a unirse «al pueblo y a la Patria, no a la burguesía» a la hora de votar y les pidió que no se dejen engañar porque -aseguró- el gobierno que encabeza «le conviene al 90 por ciento de los venezolanos, a las clases populares y a la clase media».
Así transcurre, día por día, la campaña para una cita electoral en la que casi nadie se acuerda que también concurren otros cinco candidatos, a quienes se vaticinan varios miles de votos, en el mejor de los casos.
En ese escenario, quizás lo que mayor atención requiere es el creciente irrespeto de la oposición por las normas del Consejo Nacional Electoral (CNE), al que se pretende cuestionar y deslegitimizar de manera sostenida.
Se trata de una tendencia que algunos analistas atribuyen a la preparación del ambiente para denunciar un supuesto fraude cuando, como todo parece indicar, Chávez sea reelecto en octubre para un nuevo período de gobierno.
«Queda claro que el desconocimiento del CNE no es algo fortuito, forma parte de un plan golpista que ya está activado», señala hoy el periodista Toby Valderrama, en su habitual columna Un grano de Maíz, que publica el capitalino diario Vea.
Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=533491&Itemid=1