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Venezuela entrega ayuda a los pobres de Estados Unidos

Fuentes: La Jornada

Minnie Davis se abriga contra el frío de otoño mientras un brillante camión cisterna penetra en el callejón de detrás de su casa de ladrillos a suministrar combustible para calefacción. Se trataría de una escena corriente en las afueras de Washington si no fuera por que dicho combustible está subvencionado por uno de los más […]

Minnie Davis se abriga contra el frío de otoño mientras un brillante camión cisterna penetra en el callejón de detrás de su casa de ladrillos a suministrar combustible para calefacción. Se trataría de una escena corriente en las afueras de Washington si no fuera por que dicho combustible está subvencionado por uno de los más distinguidos adversarios del gobierno estadunidense: Venezuela.

Para la viuda de 65 años, que comparte su casa de dos pisos con tres nietos, se trata de un alivio, considerando las facturas de calefacción que apenas pudo pagar los últimos inviernos bajo el programa Petróleo para los Pobres, que ahora se adentra en su segundo invierno. Para Venezuela, rica en petróleo, es un codazo al presidente George W. Bush en su propia casa.

Cuando Davis recibió su primer suministro del año esta semana, la cúpula blanca del Capitolio, sede del Congreso, era visible en el horizonte, unos pocos kilómetros al sur, símbolo del poder estadunidense contra el que el presidente venezolano Hugo Chávez se enfrenta.

A Minnie Davis le es indiferente la procedencia del gasoil y los políticos que hay detrás. «Mientras me pueda calentar, no me importa de dónde venga», dice. «Venga de donde venga, estoy agradecida».

Citgo Petroleum Corp, la subsidaria estadunidense de la compañía petrolera estatal venezolana, planea ofrecer combustible para calefacción con 40 por ciento de descuento a más de 400 mil hogares en 16 estados del norte del país y tribus nativas, el doble que el año anterior.

Nieto de Kennedy dirige la cruzada

Joseph Kennedy II, antiguo congresista estadunidense del Partido Demócrata y nieto del asesinado presidente John F. Kennedy, está dirigiendo la distribución, ya que encabeza una institución de caridad en Boston que provee de combustible de bajo costo a pobres y ancianos.

Los altos precios del petróleo a comienzos de año y las ganancias récord de las compañías estadunidenses condujeron a la gente a una revuelta este año, exigiendo gravámenes sobre los beneficios inesperados. Kennedy dice que se dirigió a todas las grandes compañías para conseguir combustible más barato, pero solamente Citgo ofreció su ayuda.

El congresista Albert Wynn, un demócrata cuyo distrito se beneficia también con la generosidad de Citgo, dijo que las empresas estadunidenses deberían estar avergonzadas. «Es un gran mérito del pueblo de Venezuela y del presidente Hugo Chávez y Citgo hacer este programa posible», dijo. «No se preocupen de la política. Aquí se trata de asistencia humanitaria a gente necesitada».

Llevar el mensaje de Chávez a la sede del gobierno estadunidense es suficientemente importante como para que el embajador venezolano, Bernardo Alvarez, y el jefe ejecutivo de Citgo, Félix Rodríguez, con sede en Houston, asistieran el pasado martes a una ceremonia en el jardín delantero de la casa de Minnie Davis.

Los críticos de Chávez ven el programa como mero ardid político. «Es algo, pero no es sustituto de los fondos gubernamentales», advirtió Mark Wolfe, miembro de una asociación que reclama dinero público para ayudar a los pobres y ancianos a cubrir sus necesidades energéticas. «Compra buenas relaciones públicas para Venezuela y compra simpatía para Citgo».