Venezuela, en Latinoamérica, es el país que tiene el menor índice de desigualdad, fenómeno que ha bajado en los últimos años, destacó el presidente del Instituto Nacional de Estadística (INE), Elías Eljuri, este miércoles, en el programa Al Momento, que transmite Venezolana de Televisión. Eljuri explicó que el indicador más frecuente para medir la desigualdad […]
Venezuela, en Latinoamérica, es el país que tiene el menor índice de desigualdad, fenómeno que ha bajado en los últimos años, destacó el presidente del Instituto Nacional de Estadística (INE), Elías Eljuri, este miércoles, en el programa Al Momento, que transmite Venezolana de Televisión.
Eljuri explicó que el indicador más frecuente para medir la desigualdad es el de Gini, que oscila entre cero y uno, y en la medida que tiende a uno, existe mayor desigualdad y uno es desigualdad total.
Dentro de este contexto, informó que en Venezuela la desigualdad ha venido bajando y en este momento está en 0,42.
Eljuri indicó que América Latina es la región más desigual en general y aunque Venezuela presenta en la región el menor índice, consideró que sigue siendo de especial atención esta cifra, porque quiere decir que el 20% más rico de la población se apropia de alrededor de 47% del ingreso.
Por lo tanto, es de la opinión de que el Gobierno Nacional debe continuar aplicando sus políticas para seguir mejorando la distribución del ingreso, de manera que éste no sea regresivo.
Recordó que, en los últimos 30 años, en Venezuela de desarrolló una tendencia muy pronunciada a la concentración del ingreso hacia los sectores más ricos, por lo que la tarea fundamental de este Gobierno sigue siendo reducir la desigualdad.
Hizo la observación de que los niveles de desigualdad en América Latina son producto de la explotación de la que han sido sometidos esos países durante largos años.
Al referirse a la pobreza, Eljuri ratificó que este factor en Venezuela ha experimentado una disminución bastante acentuada en los últimos años.
Explicó que para la medición de la pobreza, el INE se centra fundamentalmente en el método que más se usa en el ámbito internacional, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), de manera que sirva de punto de comparación.
Indicó que esta medición se basa en líneas de ingreso y al mostrar unos gráficos, Eljuri ilustró que hay una comparación de los segundos semestres desde el 98 hasta 2007.
Precisó que en cuanto a los hogares en pobreza extrema, ha bajado de 17,1 a 7,9, aunque tuvo un pico de 27 por el paro petrolero y el golpe de Estado.
Eljuri aclaró que los hogares en pobreza extrema son aquellos que su ingreso per cápita no le alcanza para comprar la canasta alimentaria per cápita.
Señaló que cuando el INE mide por línea de ingreso en los hogares, solamente se considera ingreso el que declara la persona en el hogar, que gana como trabajador o ingresos adicionales, como tickets de alimentación, pensiones, entre otros.
Por lo tanto, hizo la salvedad de que hay que tomar en cuenta que a futuro se va a imputar en las mediciones lo siguiente: en este momento hay alrededor de 3 mil 900 personas que entre escuelas bolivarianas, liceos bolivarianos y simoncitos están comiendo sus comidas, de manera que se pasó de 250 mil personas a 3 millones 996 mil personas que reciben su alimento.
«Si esa comida la tuviera que gastar el hogar de donde son esos niños y adolescentes, indudablemente eso aumentaría el ingreso de ese hogar, así como ocurre con medicinas, o la gente que come en las casas de alimentación. Por lo tanto, si uno imputara esos gastos, el ingreso de esos hogares sería mayor y, en consecuencia, el ingreso per cápita sería mayor y podría ser que muchos hogares registrados en el 7,9 podrían salir de la línea de pobreza», refirió.
Al mencionar los hogares pobres, Eljuri resaltó que han bajado de 43,9 a 28,5.
Apuntó que en este caso se toma en cuenta la canasta básica, que incluye educación, salud, transporte, recreación, entre otros elementos.
«Los hogares cuyo ingreso per cápita no les alcanza para comprar la canasta básica, no la alimentaria per cápita, son hogares pobres y los no pobres son aquellos cuyo ingreso sí les alcanza para adquirir la canasta básica per cápita, no la alimentaria», sostuvo.
Para Eljuri, las misiones sociales han tenido una influencia importante en la disminución acentuada de la pobreza, «porque el problema fundamental de la pobreza y la desigualdad radica en la necesidad que tiene el pueblo y si se educa ese pueblo, se prepara y se atiende, esto permite que mejore el nivel de vida de esta población.
Mencionó otra medición de hogares en situación de pobreza por Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), la cual, a diferencia de la anterior, es estructural.
Informó que con el golpe de Estado pasó de 27 a 31, subió sólo cuatro puntos, porque lo estructural varía de manera más lenta.
Dejó claro que en esta medición se consideran aspectos, tales como si los niños entre 7 y 15 años asisten a la escuela, si las viviendas son inadecuadas, si tienen los servicios básicos, si hay hacinamiento, de manera que cuando un hogar tiene una NBI se le considera pobre y cuando tiene dos o más es pobre extremo.
«La pobreza medida de esta manera es de 23,3, en ese momento, y la pobreza extrema está en 8,4», dijo.
En ambas mediciones hay una relación determinante, en la que la pobreza ha disminuido en una forma coyuntural y estructural, agregó.