El gobierno de Venezuela acusó este viernes a las cementeras internacionales que operan en el país de crear un «cártel de precios» y atender la exportación antes que el suministro local, luego que el mandatario Hugo Chávez ordenó nacionalizar el sector. El ministro de Industrias Básicas y Ligeras, Rodolfo Sanz, afirmó este viernes a periodistas […]
El gobierno de Venezuela acusó este viernes a las cementeras internacionales que operan en el país de crear un «cártel de precios» y atender la exportación antes que el suministro local, luego que el mandatario Hugo Chávez ordenó nacionalizar el sector.
El ministro de Industrias Básicas y Ligeras, Rodolfo Sanz, afirmó este viernes a periodistas que han venido observando «un proceso de cartelización de los precios. Estas empresas se ponen de acuerdo para fijar el valor del cemento».
Sanz denunció además que las trasnacionales cementeras «trabajan muchas veces por debajo de su capacidad instalada para no impactar hacia abajo los precios».
El presidente Chávez ordenó este jueves la inmediata nacionalización de la industria cementera de Venezuela y dijo que van «a recuperar eso, vamos a hacer un avalúo y le pagamos lo que cueste a esa gente (los propietarios)».
El jefe de Estado señaló en cadena nacional de radio y televisión que su gobierno hará «el plan tecnológico para modernizar esa planta de cemento y tener en manos del Estado el poder social».
La decisión del líder de la llamada Revolución Bolivariana afectará en forma directa a la trasnacional mexicana Cemex, una de las principales cementeras del país y de las primeras a nivel mundial, la cual inició operaciones en Venezuela en 1994.
El ministro Sanz dijo además que las cementeras instaladas en el país exportan una «gran cantidad de las toneladas métricas que producen anualmente, dejando en algunos casos desabastecido el mercado interno».
Afirmó que el gobierno valorizará los activos de las empresas a nacionalizar y detalló que el vicepresidente Ramón Carrizales fue encargado por Chávez para culminar el proceso e informará en su oportunidad los detalles y tiempos de la negociación.
Sanz resaltó que se sigue «avanzando en América Latina hacia el control de todas aquellas materias primas e insumos que nos permiten construir un modelo económico con independencia, con autonomía y capaz de crear un área de comercio justo».
Enfatizó que las reuniones de funcionarios locales con directivos de las empresas Lafage (francesa), Holcim (suiza) y Cemex estarán dirigidas a la evaluación de los activos con miras al pago de su indemnización y concretar el proceso de estatización.
Las casas matrices de esos consorcios, según versiones de prensa, manifestaron desde la noche del jueves estar a la espera de una información oficial del gobierno venezolano sobre la orden de Chávez para implementar «de inmediato» la nacionalización cementera.
Sanz aseveró que «estas empresas se ponen de acuerdo para fijar el precio, rebajan muchas veces a menos de su capacidad instalada para no abundar la oferta, exportan su producción y desabastecen el mercado interno».