Para el imperialismo estadounidense y la derecha continental, lo ocurrido el 30 de julio en Venezuela debía ser una concluyente lección política y debía serlo también para los organizadores de las abrumadoras campañas mediáticas contra los procesos populares, cuya falibilidad ha sido demostrada por el ejercicio masivo de sus derechos por una población madura y decidida […]
Para el imperialismo estadounidense y la derecha continental, lo ocurrido el 30 de julio en Venezuela debía ser una concluyente lección política y debía serlo también para los organizadores de las abrumadoras campañas mediáticas contra los procesos populares, cuya falibilidad ha sido demostrada por el ejercicio masivo de sus derechos por una población madura y decidida que las rechaza.
La elección ese día de los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), conforme a la Constitución y las leyes del país, involucró una participación entusiasta de más de 8 millones 89 mil 230 venezolanos y venezolanas – 41.53% del padrón electoral- que dijo sí a la constituyente y a la revolución bolivariana.
El Presidente de Estados Unidos, había amenazado a los venezolanos con un incremento de las sanciones económicas contra el país suramericano si llegara a realizarse el evento, sin duda partiendo de la suposición de que el pueblo, amedrentado, repudiaría el acto democrático absteniéndose de participar en él.
Pero resultó todo lo contrario, la amenaza de Trump y las acciones terroristas contra los votantes estimularon la asistencia de éstos, porque le agregaron motivaciones patrióticas.
El gobierno bolivariano llamó a los pueblos democráticos y amantes de la paz a estar alertas frente a esta nueva escalada injerencista del imperialismo norteamericano y a rechazar categóricamente las acciones violentas, fascistas, racistas y criminales de la oposición venezolana que tanto temen al acto democrático, legal, soberano, pacífico y civilizado. Por su parte, el colérico presidente estadounidense, quien se ha visto obligado a mover todas sus fichas al mismo tiempo por coincidir en tiempo con otros serios enfrentamientos desatados separadamente contra Rusia y con la República Democrática Popular de Corea, ha hecho que Washington se haya limitado a imponer sanciones al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, según comunicado del Departamento del Tesoro estadounidense.
El comunicado especifica que se bloquearán todos los activos del mandatario que estén o puedan estar bajo la jurisdicción de EE.UU. Además, se prohibirá a los ciudadanos estadounidenses contraer cualquier acuerdo con Maduro quien a su vez ha reiterado que, como Presidente de Venezuela no tiene que rendir cuentas más que a los venezolanos y las venezolanas.
El primer mandatario venezolano ha calificado la jornada como la victoria «mas grande» de la Revolución Bolivariana y ha basado su éxito en la selección que hizo de la propuesta de paz como su bandera de lucha en tan complejas circunstancias. Maduro destacó que hasta el último momento mantuvo las puertas abierta para la oposición venezolana, que no cesó de llamar a la violencia y a las acciones desestabilizadoras durante la jornada electoral. Reveló que una delegación de su gobierno estuvo reunida por varias semanas con dirigentes opositores, entre los que mencionó al presidente del Parlamento, Julio Borges, para intentar sumarlos a la iniciativa constituyente. «Hace dos semanas propuse a la oposición que se inscribieran en la Constituyente. Pero no aceptaron», indicó el mandatario.
«En las últimas seis semanas se han dado conversaciones directas entre delegaciones de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y una delegación presidida por Jorge Rodríguez, Delcy Rodríguez y Elías Jaua», anunció este sábado el jefe de Estado, Nicolás Maduro. «Estuvimos a punto de llegar a un acuerdo para publicar un comunicado aprobado por todos los partidos de la MUD», aseguró el Primer Mandatario y añadió que la cúpula de la derecha «lo que quería era inscribirse ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) para las elecciones de gobernadores y gobernadoras. Los llamé a que se metieran en la Constituyente y tuvieron miedo». Las reuniones llevadas a cabo se mantuvieron ocultas por solicitud del sector opositor.
Durante su discurso en la Plaza Bolívar de la ciudad de Caracas, luego de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) emitió el primer boletín de resultados, el mandatario venezolano afirmó que la Asamblea Nacional Constituyente nació en medio de una gran legitimidad popular. «No sólo tiene la fuerza constituyente nacional, sino que tiene la fuerza de la legitimidad, la fuerza moral de un pueblo que de manera heroica, en condiciones de guerra, salió a votar, a decir: queremos paz, tranquilidad», aseguró Maduro. «La Constituyente recién electa contó con el apoyo de un pueblo que no se sintió intimidado ante el clima desestabilizador que pretendía implantar la oposición venezolana. Es la votación más grande que haya sacado la Revolución en toda la historia electoral. El que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que oiga», aseveró el presidente.
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