Venezuela concretó desde la recuperación de su industria petrolera con la transición a empresas mixtas de instalaciones petroleras entregadas a empresas privadas, en su mayoría extranjera, durante la llamada apertura petrolera. El gobierno anuló los acuerdos operativos establecidos anteriormente y ofrecieron a las firmas transitar a la fórmula de empresas mixtas para seguir explotando el […]
Venezuela concretó desde la recuperación de su industria petrolera con la transición a empresas mixtas de instalaciones petroleras entregadas a empresas privadas, en su mayoría extranjera, durante la llamada apertura petrolera.
El gobierno anuló los acuerdos operativos establecidos anteriormente y ofrecieron a las firmas transitar a la fórmula de empresas mixtas para seguir explotando el crudo venezolano o de lo contrario debían abandonar el país.
Las empresas que habían firmado 32 acuerdos estimados oficialmente lesivos a la soberanía y la economía nacional, aceptaron las nuevas reglas y se mantendrán activas en la industria local.
La última en firmar la transición a empresa mixta fue la española Repsol YPF, en relación con el campo Quiamare La Ceiba, según informó la pasada semana Petróleos de Venezuela (PDVSA).
La transición responde a los preceptos de la Ley orgánica de Hidrocarburos, que establece el control de un mínimo de 51 por ciento de las acciones por PDVSA, en representación del estado venezolano.
Las otras empresas activas en Venezuela son Eni Dación B.V, Total Oil and Gas, West Falcon Sansom, Chevron, BP, Shell, Corporación General de Combustible (CGC), Repsol YPF, China National Petroleum Corporation (CNPC) y Hocol.
También firmaron los nuevos convenios de migración a empresas mixtas Harvest Vinncler, Vinccler Oil & Gas, Inemaka, Suelopetrol, Open, Petrobras, Perenco, Tecnopetrol y Teikoku Oil de Venezuela.
La Apertura Petrolera de fines del siglo XX es identificada por las autoridades venezolanas como un proceso encubierto de reprivatización, en cumplimiento de las exigencias neoliberales predominantes entonces.
De acuerdo con esa evaluación representó el inició un proceso para transferir al sector privado, fundamentalmente transnacional, importantes actividades de la industria de hidrocarburos en el país y puso en manos extranjeras exploraciones en áreas petroleras.
Por su contexto, los convenios operativos se convirtieron en concesiones petroleras e la práctica y llevaron a la violación de algunas potestades del Estado venezolano como exploración, perforación y producción.
Adicionalmente, las prebendas entregadas por gobiernos anteriores propiciaron violaciones fiscales que se calculan en cuatro mil millones de dólares por impuestos y regalías, que se están cobrando actualmente a las transnacionales.