El Estado ya tiene bajo control las plantas de Cementos Mexicanos ubicadas en Zulia, Lara, Bolívar y Anzoátegui, donde Rafael Ramírez encabezó el acto de toma. Indicó que, después de más de diez reuniones, no se pudo lograr un acuerdo con esa empresa, pero sí con Lafarge y Holcim.
El Estado venezolano tomó, justo a la medianoche de este martes, el control de las tres cementeras más importantes del país, todas pertenecientes a empresas transnacionales: Lafarge, de Francia; Holcim, de Suiza y Cemex, de México. De esta forma, se hizo cumplir el Decreto de Ley de Ordenación de las Empresas Productoras de Cemento firmado por el Presidente Chávez y que daba 60 días de plazo para que se negociara la adquisición por parte del Estado de las cementeras.
Con actos realizados simultáneamente en las plantas de Cemex en Pertigalete (en el municipio Guanta del estado Anzoátegui) y en Maracaibo (estado Zulia) y transmitidos por los medios del Estado, se realizó la toma de las empresas cementeras. En Anzoátegui la toma fue encabezada por el Ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, mientras que en Zulia el acto fue liderado por José Luis Paradas, gerente general de Pdvsa Occidente. En ambos casos, trabajadores y habitantes del sector, así como algunos trabajadores de Pdvsa acopañaron a los funcionarios.
Con Cemex no hubo un convenio de compra
Ramírez reiteró desde Anzoátegui que el Estado adquirirá el 89 por ciento de las acciones de la francesa Lafarge y otro 85 por ciento de la suiza Holcim, con quienes se lograron tratos amistosos.
Pero no fue así con la empresa mexicana Cemex. «Desde que se decretó formalmente el proceso para la estatización de las cementeras, se sostuvieron más de 10 reuniones con los accionarios (de Cemex) para llegar a un acuerdo. De hecho, Cemex fue la primera empresa con la que se inició conversaciones, (…) pero no sabemos qué tipo de razones imperaron para no llegar a un acuerdo con el Estado nacional». Un comunicado previo del vicepresidente Ramón Carrizales señaló que «el monto de venta que piden los empresarios mexicanos (1.300 millones de dólares) está muy por encima de su valor real».
Ramírez señaló que el monto que pagará por las instalaciones será determinado después de una cuantificación de los activos a cargo de un equipo de jueces. De cualquier forma, las instalaciones de algunas cementeras fueron tomadas por jueces y soldados seis horas antes de la medianoche, según señalan medios privados. Por ello, este martes el Presidente Chávez firmará un decreto anunciando la expropiación de Cemex. Sin embargo, el Estado ya tiene bajo control las principales plantas ubicadas en Zulia, Lara, Bolívar y la más importante en Anzoátegui, donde Ramírez encabezó el acto de toma. Señaló que hicieron la misma acompañados de jueces y fiscales, para dejar por escrito el estado actual de las instalaciones.
Acabarán con la tercerización
«Estamos garantizando de una manera armónica la continuidad operacional con el apoyo de los actuales trabajadores de la empresa», señaló Ramírez. «Los derechos de los trabajadores estan plenamente garantizados por el Estado», dijo el ministro. «Se restablecerán las relaciones entre la empresa socialista y los trabajadores».
Aseguró que éstos pasarán a ser la estructura fundamental de la empresa y que «vamos a acabar con los tercerizados y la violación sistemática de los derechos laborales», para lo cual ya han venido reuniéndose con sindicatos de la empresa.
«Cemex había dejado de realizar inversiones muy importantes para mejorar la empresa, la tecnología que posee está muy atrasada, lo que perjudica al ambiente con las grandes emisiones de polvo. Tenían un pasivo ambiental y fiscal muy importante». Señaló que las casas, parques y comunidades de Guanta están cubiertos por el polvo de cemento debido a las pésimas condiciones de la planta de Cemex. «No hicieron las inversiones necesarias para suplir la demanda que tiene nuestro país», enfatizó Ramírez.
Cemex posee los costos de producción más altos de América Latina, señaló Ramírez. «Pondremos mucho empeño en la revisión, racionalización y disminución de los mismos a través de planes estratégicos y adaptar la tecnología a los estándares mundiales (…) Vamos a racionalizar las operaciones para bajar costos de producción».
Con esta acción el Estado pasa a controlar más del 90 por ciento del mercado del cemento nacional, lo que potenciará la capacidad venezolana de producción, reducirá los costos y traerá mejores precios para apalancar el plan de desarrollo de la nación, indicó Ramírez. Según agencias, Cemex produce cinco millones de toneladas de cemento anual, mientras que Lafarge y Holcim producen otros cinco millones de toneladas anuales.