Antes de partir a Cuba, para realizarse una nueva sesión de radioterapia, Hugo Chávez anunció un incremento del 32.25% del salario mínimo, un importante beneficio para más de 4 millones de venezolanos. Esto, sumado a la puesta en marcha de la Ley de Costos y Precios Justos -con el respectivo «congelamiento» de precios de 19 […]
Antes de partir a Cuba, para realizarse una nueva sesión de radioterapia, Hugo Chávez anunció un incremento del 32.25% del salario mínimo, un importante beneficio para más de 4 millones de venezolanos. Esto, sumado a la puesta en marcha de la Ley de Costos y Precios Justos -con el respectivo «congelamiento» de precios de 19 productos de primera necesidad-, constituye una importante política redistributiva y de justicia social para los trabajadores venezolanos, quienes además discuten una nueva Ley Orgánica de Trabajo a ser sancionada el próximo 1° de Mayo.
Un aumento en medio de mil ajustes.
El aumento del salario mínimo venezolano se da en un escenario internacional a contramano de este tipo de prácticas en beneficio de los trabajadores. Europa está sumida en una crisis económica (y política) de gran envergadura, con casi 25 millones de personas desempleadas y políticas clásicas de ajuste en España, Grecia, Portugal e Irlanda, entre otros países. En Estados Unidos, según el propio The New York Times, más de 12 millones permanecen fuera del mercado laboral, rebatiendo los apresurados pronósticos de una repentina recuperación económica.
En ese marco, el anuncio de Chávez constituye una nueva brisa de aire fresca para millones de venezolanos que, año a año desde 1999, han visto una mejora diaria en su calidad de vida. Es la contraparte directa de la política económica del puntofijismo, que durante los 80 y 90 congeló el salario mínimo venezolano -llegando incluso a «paquetazos» de ajuste como el que, en 1989, desató aquella inmensa insurrección popular contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez conocida como «Caracazo»-.
La implementación de la Ley de Costos y precios justos, y el debate sobre la nueva Ley Orgánica de Trabajo.
Hay que decirlo con claridad: el aumento del salario mínimo no es aislado. La reciente implementación, a fines de Marzo, de la Ley de Costos y precios justos, es otro importante hecho, ya que la misma regula los precios de 19 productos de primera necesidad frenando la especulación capitalista y la inflación. Así, a través de la Superintendencia Nacional de Precios y Costos se ha fijado un precio máximo de venta al público de productos de consumo diario, tales como shampú, crema de enjuague, pañales, desodorante, crema dental, toallas femeninas, papel higiénico, maquinas de afeitar, etc. En todos ellos, la reducción del precio ha sido del orden del 25%, fortaleciendo objetivamente el bolsillo de los y las venezolanas, y reduciendo drásticamente la posibilidad de especulación empresarial.
En este contexto, de hechos «no aislados» a favor de los trabajadores, el debate alrededor de la sanción de una nueva Ley Orgánica de Trabajo -que era una de las grandes deudas pendientes de la Revolución Bolivariana- está siendo saldado con la enorme participación popular, y más de 19 mil propuestas al respecto, surgidas a lo largo y a lo ancho de todo el territorio venezolano. Así, se va constituyendo una propuesta integral de nueva LOT, con la intención de que represente verdaderamente los intereses de los trabajadores en sus puntos principales: estabilidad laboral, reducción de la jornada laboral, y formación, entre otros.
Se espera que la nueva LOT sea sancionada el próximo 1° de Mayo, mismo día en que comenzará a implementarse el aumento del salario mínimo.
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