Hoy esbozaremos algunas características del modelo neoliberal en el área de salud y veremos cómo la Revolución Bolivariana ha marcado un rumbo hacia la democratización, en donde la Salud es reconocida como un Derecho Humano en lugar de una mercancía. El pasado 23 de marzo de 2012, el periodista colombiano Juan Gosain publicó en el […]
Hoy esbozaremos algunas características del modelo neoliberal en el área de salud y veremos cómo la Revolución Bolivariana ha marcado un rumbo hacia la democratización, en donde la Salud es reconocida como un Derecho Humano en lugar de una mercancía.
El pasado 23 de marzo de 2012, el periodista colombiano Juan Gosain publicó en el periódico El Tiempo un artículo en el que denuncia la crisis del sistema de salud. «Hay que decirlo sin anestesia, el sistema colombiano de salud ha muerto», afirmaba el articulista, y a renglón seguido narró varios hechos alarmantes:
«En Bogotá, un hombre desesperado se subió al último piso de una clínica, con la amenaza de arrojarse al vacío, porque llevaba ocho meses rogando en Saludcoop que le dieran una cita con el doctor.
Esa misma noche, en Cartagena, el médico de turno en un hospital fue agredido a trompadas por un obrero que estaba en la recepción desde hacía tres días. Ya no aguantaba más el dolor de cabeza. Había sufrido una embolia cerebral».
Este es el día a día de la población, en un país que desde principios de la década de 1990 desestructuró el sistema público de salud y migró a un sistema en el que el centro de gravedad se desplaza a los privados, se crean las empresas privadas prestadoras de salud mientras se desmantela el sistema público de clínicas y hospitales por la vía de la privatización, los usuarios migran a este sistema, que además de recibir un porcentaje de subsidio del estado -se subsidia a los ricos-, recibe el dinero producto de la recaudación del pago mensual de los usuarios.
Hoy, después de más de veinte años, este modelo ha significado una gran estafa para la población, pues los usuarios «asegurados» en este sistema, ven a los privados postergar o evadir tratamientos por su afán de maximizar sus utilidades, en un negocio que representa 19.000 millones de dólares al año; los dramáticos ejemplos señalados por el periodista Juan Gosain ilustran esta situación.
En el modelo neoliberal de gestión de la salud, aplicado en profundidad a sociedades como la colombiana o la chilena, podemos identificar las siguientes características:
– Se da la desregulación nacional de los sistemas de salud, estos quedan bajo las reglas del derecho mercantil abandonando el ámbito de la salud como derecho humano.
– Se da la privatización de los sistemas nacionales de salud y la desprotección de los fabricantes nacionales de medicamentos.
– Se profundiza la monopolización del negocio de los medicamentos a partir del monopolio con patentes y la propiedad intelectual.
– Los privados crean empresas prestadoras de salud, las cuales capturan recursos públicos y de los usuarios, a la par que degradan la atención.
– Desde el argumento de la descentralización, los gobiernos nacionales entregan las responsabilidades a los municipios o regiones, irrespetando así los protocolos internacionales de protección de derechos, los cuales han sido firmados por los estados nacionales y son ante ellos responsables de su garantía.
Mientras estos rasgos se han profundizado en estas sociedades, convirtiéndolas en sociedades mercado-céntricas, Venezuela, con el ciclo de Revolución Bolivariana, recupera la construcción de una sociedad estado-céntrica donde el Estado reasume su papel como eje estructurante de la sociedad y la economía, sin negar la interacción contradictoria y dinámica de su relación con el mercado y la sociedad civil.
La lucha por la construcción de un estado social de derecho fue y es la referencia capaz de dotar de sentido a todos los conceptos políticos y a la política.
En esta dirección la salud vive un replanteamiento estructural, pues de ser vista como mercancía entregada al capital privado, es recuperada como un Derecho Humano, cuya garantía y gratuidad es responsabilidad del Estado.
Venezuela ha venido desarrollando progresivamente su sistema de salud, la existencia de una inmensa red de prevención y atención primaria en el contexto de la Misión Barrio Adentro I, ha merecido el reconocimiento no sólo de la población, sino también de los organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Este esfuerzo es parte de la política garantista del Estado, el cual cumple con la orientación contenida en la Constitución Bolivariana y en las normas internacionales.
El derecho a la salud está contemplado en el pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales, así como más específicamente en la observación general número 14 del Comité del PIDESC, que expresa la obligación de cumplir sus criterios de gratuidad y universalidad, todos los Estados latinoamericanos han firmado y ratificado estos protocolos; sin embargo, sólo gobiernos de orientación socialista como el venezolano los cumple a cabalidad.
Esta política garantista, universal y gratuita, está representada en una ampliación de la cobertura de atención sanitaria, la cual ha logrado para julio de 2010 tener 6.711 consultorios populares, 556 salas de rehabilitación, 507 Centros de Diagnóstico Integral y 30 centros de alta tecnología.
Hoy 81.8% de la población es atendida en el sistema público de salud, mientras que 18.8% lo hace en el privado.
Estos logros se complementaron con un incremento en el personal médico dedicado a la atención primaria en salud, según cifras del informe mundial anual de salud de la OMS, para 1998 en Venezuela, existían 2 médicos por cada 10 mil habitantes, hoy tenemos en Venezuela 19,4 médicos por cada 10 mil habitantes.
Este indicador es importante compararlo con sociedades neoliberales como la chilena y la colombiana. En Chile, según datos de la OMS, existen 10.9 médicos por cada 10 mil habitantes y en Colombia 13.5 por cada 10 mil habitantes.
Por su parte la oposición venezolana, como expresión del neoliberalismo criollo y de las recetas del Fondo Monetario Internacional, presenta un programa para la candidatura de Capriles con una clara intención de restauración e interés de desmontar el papel garante del Estado nacional.
Van por la captura de la salud como negocio, ese es su interés de fondo, veamos algunos de sus planteamientos contenidos en la propuesta programática de la Mesa de la Unidad y valoremos sus implicaciones para la salud de los venezolanos:
Se pondrá en marcha un Sistema Público Nacional de Salud (SPNS) que fortalezca la función rectora del Ministerio. Obvian el papel garante y financiador del Ministerio de Salud, pues su pretensión es que sólo cumpla funciones de establecimiento de reglas y coordinación de un sistema en el que su eje son las entidades privadas y las municipalidades.
Se garantizarán los recursos para sufragar un seguro público de salud de cobertura amplia y universal, financiado con recursos fiscales, que garantice a toda la población servicios adecuados y de buena calidad.
Parece un propósito profundamente social y noble, pero la afirmación de «recursos fiscales», limita la financiación del sector a la recaudación fiscal, obstaculizando su financiación por recursos propios desde el aporte de empresas públicas ligadas al desarrollo nacional como PDVSA, CANTV, etc.
Se transferirá la red de establecimientos de atención médica de la Misión Barrio Adentro I y II a los Estados. Es clara su intención de desmontar la responsabilidad del Estado nacional, este truco ha sido utilizado en Chile y Colombia para cargar a las localidades y regiones, las cuales ante la pesada carga terminan entregando a los privados la operación del sector.
Se revisará el Convenio de Salud Venezuela-Cuba y se adscribirá la red de establecimientos médicos de Barrio Adentro I y II al Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS). De igual forma, se iniciarán convenios de cooperación con el sector privado con el propósito de contribuir a enfrentar la crisis queafecta la red hospitalaria pública nacional.
Aquí cuando afirman «se revisará», debe leerse se cancelará. Son además contradictorios, en una afirmación anterior decían que los establecimientos de Barrio Adentro irían a los Estados, ahora dicen que irán al Ministerio de Salud, son incoherencias propias de su ansiedad por realizar lo que en verdad sueñan, y está al final de su propuesta, «iniciar convenios con el sector privado», léase, volver la salud un negocio lucrativo.
Las propuestas de Capriles en el tema de la salud son una invitación a regresar al pasado, a reeditar la dolorosa noche fondomonetarista y privatizar el sistema de salud.
Este próximo 07 de octubre los venezolanos decidirán si continúan construyendo su sistema público con salud incluyente o si por el contrario comienza un nuevo proceso de privatización de la salud que atenderá sólo al que pueda pagar.
Fuente: http://www.avn.info.ve/contenido/venezuela-y-ruptura-del-modelo-neoliberal-salud