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Viaje a Cuba a través de los ojos de un amigo

Fuentes: Rebelión / Vermelho (Brasil) [Imagen: Línea del horizonte de la Habana. Créditos: redes sociales]

Baudelaire, en «La invitación a viajar», nos habla de un país llamado Cocagua, esa tierra mitológica donde el sexo se podía conseguir libremente, el clima era siempre agradable, el vino no se acababa nunca y todo el mundo permanecía joven para siempre. El texto habla de un país singular, «sumido en las nieblas de nuestro Norte, y que podríamos llamar el Este del Oeste, de tal manera se extendió sobre él la ardiente y caprichosa fantasía, de tal manera lo ilustró, paciente y obstinado, con sus sabias y delicadas vegetaciones.

Pero la realidad es siempre más rica que la fantasía poética. Pude confirmarlo en el viaje de un amigo y su mujer a Cuba, donde fueron de luna de miel. Si allí no es el país mitológico de Cocanha, créanme, lectores, es mejor así: «Cuba era algo más allá de mi imaginación», me dice mi amigo. «Por todo. La Habana conserva una arquitectura histórica de la época de la colonización española. Vi niños en la calle, pero con uniforme escolar, haciendo educación física en las plazas». En contra de lo que dice la derecha, iba a todas partes, libre, sin guía y sin miedo a ser asaltado. Calles limpias, sin basura. Y me habló de su amor desde que aterrizó en el aeropuerto. «Cuando el avión aterrizó en Cuba, sentí una gran emoción». En La Habana, a todo el mundo le gustan los brasileños. Él, que conoce algunos países europeos, me dijo: «En el Viejo Mundo me discriminaban. En La Habana, me han amado. Me acogieron como a un hermano».

Y tan buenas como sus palabras son las imágenes que me envió. A través de sus ojos, me acerqué al recuerdo de Ernest Hemingway, en la Bodeguita del Medio.

Archivo del autor

Con sus ojos atentos, vi un retrato del Che Guevara en la pared del salón de una casa.

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¡Qué hermosa flagrancia!

Mi amigo y su esposa fueron al Buena Vista Social Club. Allí, cuando se enteraron de que venían de Brasil, cantaron y tocaron. Bajo la alegría, los músicos de la banda Legendários del Guajirito interpretaron Aquarela do Brasil, como se ve en el vídeo:

¿Dónde, en Cocanha, podría presentar a un taxista la camiseta del Sport Club do Recife? Mi amigo se lo hizo a un conductor bajito, que tiene la cara de mis parientes. No hay mayor prueba de que todos somos hermanos. ¿Cómo no decir, con este gesto, que no estuve en Cuba?

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En una feliz coincidencia, los colores rojo-negro recuerdan a los cubanos el Movimiento 26 de Julio, fundado en 1954 por Fidel Castro contra el dictador Fulgencio Batista. Mira el Sport Club do Recife aquí.

Finalmente, con mi amigo y su esposa, fui a la biblioteca del Centro de Información Antonio Rodríguez Morey, en La Habana. Yo estaba allí, como ves:

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De hecho, a estas horas todavía estoy en La Habana. Estuvo bien, fue genial ir a Cuba a través de los ojos de un amigo. He estado allí, estoy allí y volveré.

Urariano Mota es escritor brasileño, autor de la novela “A mais longa duração da juventude”.

Traducción: el autor.

Fuente: https://vermelho.org.br/coluna/viagem-a-cuba-pelos-olhos-de-um-amigo/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.