Entre 1980-2005, fueron asesinados en Brasil, 2.511 homosexuales, en su mayor parte víctimas de crímenes homofóbicos. Según el Grupo Gay de Bahía, realizadores de la investigación, el odio a la homosexualidad se manifiesta a través de los excesos de crueldad, tal como son practicados esos homicidios: decenas de tiros o puñaladas, uso de múltiples armas, […]
El informe Asesinatos de Homosexuales en Brasil (2005) presenta el perfil de los gays, travestis y lesbianas víctimas de crímenes homofóbicos en los últimos 25 años. Los Estados de San Pablo y Pernambuco son los estados más violentos. Entre las víctimas se encuentran ricos empresarios, muchos peluqueros, curas y «pais de santo» y funcionarios públicos. Los afro-descendientes son mayoría. Menos del 10% de los criminales son llevados a juicio.
Los crímenes cometidos por «pura maldad», como los calificó la delegada de la Ciudad de Maracanaú, en el Interior de Ceará, al encontrar el cuerpo completamente desfigurado del peluquero Emanuely, 49 años, muerto a puntapiés por dos jóvenes, uno de ellos hijo de un militar.
Entre las víctimas, 72% son gays, 25% travestis y 3% lesbianas. Para una población estimada de 20 mil individuos, los transgéneros (travestis y transexuales) son proporcionalmente más agredidos que las lesbianas y los gays, que suman más de 18 millones de brasileros, el 10% de la población.
Según el Grupo Gay, en Brasil se registra, por lo tanto, un crimen de odio anti-homosexual cada tres días. Dos por semana. Ocho por mes. Un promedio de 100 homicidios anuales. A partir de 2000, esa media viene aumentando: 125 crímenes por año, y en 2004, alcanzó el record de 158 homicidios.
Si se lo compara con otros países del mundo, en una lista de 25 naciones sobre las cuales existen informaciones disponibles, incluyendo Irán, Arabia Saudita, Somalia, Argentina, Perú y Colombia, además de los principales países europeos, Brasil ocupa el primer lugar, con más de 100 crímenes homofóbicos por año, seguido de México con 35 muertes anuales y por Estados Unidos con 25, que aparte de tener 100 millones de habitantes más que Brasil, dispone de recolección rigurosa de estadísticas sobre «hate crimes» o crímenes de odio, mientras que en Brasil, tales datos dependen del limitado relevamiento realizado en periódicos y por Internet.
Según el antropólogo Luiz Mott, fundador del GGB y responsable de la investigación: «estos números son sólo la punta de un pavoroso iceberg de odio y sangre. No estamos haciendo apología de las víctimas, ni exagerando al indicar que, ciertamente, por lo menos todos los días un homosexual es asesinado en Brasil, aunque tales informaciones no siempre llegan hasta los militantes. Prueba de ello es que, en 2004, se registraron 158 crímenes y, en 2005, este número bajó increíblemente a 81. Desgraciadamente no porque estamos consiguiendo erradicar el odio homofóbico o porque los gays se están cuidando más. Tal reducción a la mitad se debió a la suspensión del rastreo semanal en los diarios buscando noticias sobre homicidios, debido a la falta de financiamiento para el mantenimiento de esta investigación.»
Para Marcelo Cerqueira, actual Presidente del GGB, «el Gobierno, particularmente el Ministerio de Justicia y la Secretaría Nacional de Derechos Humanos deberían crear con urgencia un departamento específico para la recolección rigurosa de información sobre crímenes de odio – sobre todo contra minorías sexuales y raciales – pues solamente conociendo en profundidad tales crímenes, el perfil de las víctimas y de sus verdugos, es que conseguiremos contener este genocidio. ¡Qué país es éste que aplaude a los travestis en el carnaval y al día siguiente mata un homosexual en la esquina!»
La mayoría de las víctimas fueron asesinadas a tiros, seguida de puñaladas, incluyendo pedradas, asfixiamiento, garrotazos, ahorcamiento. Es sobre todo en los fines de semana, a altas horas de la noche, cuando más homosexuales son asesinados: los travestis, en la calle, a tiros; los gays, dentro de sus departamentos, a puñaladas. Las edades de las víctimas varían de 12 a 82 años; la de los asesinos, de 14 a 50.
A partir de 2000, San Paulo es el estado que registra el mayor número de asesinatos de homosexuales: 21 por año. Más preocupante, sin embargo, es Pernambuco, que con una población cinco veces menor, contabilizó en el mismo período 16 crímenes homofóbicos anuales. En Bahía, Goiás y Río de Janeiro ocurre en promedio un crimen homofóbico por mes. Esas estadísticas, sin embargo, presentan una enorme oscilación: el Distrito Federal, que en 2001, registró 11 homosexuales asesinados, en 2004, tuvo sólo uno, y ninguno en 2005. No hay información sobre crímenes homofóbicos en siete estados, sobre todo en el extremo norte, lo que refuerza el reconocimiento de que el número real de estos homicidios debe ser el doble del presentado en esta información.
Traducción: Daniel Barrantes – [email protected]