La nación asiática va a desembolsar 5.000 millones de dólares en planes hidrocarburíferos. La iniciativa busca aumentar la producción de la riqueza del subsuelo de esa nación caribeña. El conglomerado ultraconservador dominante pretende convencernos de que sólo con salarios bajos, sin leyes nacionales y sin ninguna restricción a los designios de las corporaciones se puede, […]
La nación asiática va a desembolsar 5.000 millones de dólares en planes hidrocarburíferos. La iniciativa busca aumentar la producción de la riqueza del subsuelo de esa nación caribeña. El conglomerado ultraconservador dominante pretende convencernos de que sólo con salarios bajos, sin leyes nacionales y sin ninguna restricción a los designios de las corporaciones se puede, tras muchos años y gracias al derrame, disminuir un par de puntos porcentuales la pobreza.
Expresiones como «así no van a venir las inversiones», o «hay que flexibilizar el mercado laboral» o «los salarios son los culpables de la inflación», son reiterados en cuanto medio de difusión los profetas del odio dispongan para realizar sus enunciados apocalípticos. En esta perspectiva, nadie puede explicar con sensatez por qué entonces Venezuela obtuvo compromisos por inversiones millonarias en su sector hidrocarburífero de parte de dos compañías estatales chinas.
El ministro de Energía de Venezuela, Rafael Ramírez, anunció que China va a invertir 5.000 millones de dólares en el desarrollo de proyectos referidos al petróleo y al gas natural en la nación sudamericana en los próximos seis años, desde Malasia, donde se encontraba el lunes como parte de una gira del presidente Hugo Chávez por el Extremo Oriente.
«Esto es muy importante porque son inversiones que estamos atrayendo de China a Venezuela para que se ajuste a nuestro plan Siembra Petrolera» , destacó Ramírez -quien también reviste el carácter de presidente de la compañía estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA)- en una entrevista telefónica desde Kuala Lumpur, divulgada la cadena estatal Venezolana de Televisión.
El plan Siembra Petrolera 2006-2012, que lleva adelante PDVSA, tiene como objetivo elevar la producción de petróleo crudo de 3,3 millones de barriles al día a 5,8 millones de barriles diarios, así como aumentar la generación de gas natural de 6.300 millones de pies cúbicos al día a 11.500 millones de pies cúbicos diarios.
Pero fiel a la estrategia bolivariana, Caracas ha determinado que los acuerdos sean entre las empresas estatales, a la vez que los emprendimientos conjuntos o «joint ventures» sólo permiten una asociación de hasta el 49 por ciento para los capitales privados. La inversión china se va a canalizar a través de la creación de empresas mixtas con las dos empresas estatales de ese país asiático, entre ellas la China National Petroleum Corporation, a fin de producir y exportar crudo desde la gigantesca reserva de petróleo de la Faja del Orinoco, al suroeste de Venezuela.
«Estos proyectos de la Faja los estamos atando para desarrollar la capacidad de refinación en estos países, en este caso sería en China, para un crudo de nuestras características», señaló Ramírez. La aclaración viene a cuenta que el petróleo del que dispone Venezuela es en su mayoría pesado, con un alto contenido de azufre, y para destilarlo se requiere de una tecnología que sólo un puñado de países dispone.
El jefe de Estado caraqueño culminó el domingo pasado una visita de seis días a China, donde se reafirmaron los vínculos energéticos y políticos. Chávez obtuvo el apoyo de Beijing para ocupar un asiento en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), a la vez que el mandatario asiático, Hu Jintao, logró asegurarse una importante fuente de energía, para un país que es el más poblado del mundo, que crece a tasas increíbles y que tiene una voracidad notable por los recursos naturales y energéticos.
Además, Venezuela busca diversificar sus mercados de petróleo, hoy demasiado concentrado en Estados Unidos, nación que tiene una relación cada día más tensa con el Palacio Miraflores. En este sentido, el plan energético bolivariano busca cuadruplicar las exportaciones de petróleo a China, para arribar a los 500 mil barriles diarios en 2011. Las vastas reservas venezolanas convirtieron a ese país en el quinto exportador mundial de crudo y el primero del hemisferio occidental.
Más allá de lo que el conglomerado ultraconservador quiera difundir a través de sus adláteres foráneos y locales, va a ser difícil que puedan ocultar 5.000 millones de dólares en inversiones con un acto propagandístico.