Justa Trama es una cadena solidaria de algodón ecológico
Brasil tiene el mercado más grande de agrotóxicos: las diez más grandes empresas del sector de pesticidas (u agrotóxicos) del mundo concentran el 80 por ciento de sus ventas en Brasil. Cada camiseta contiene 160 gramos de pesticidas aplicados para generar la pluma necesaria, con el agravante de que un kilogramo de pesticida contamina mil millones de litros de agua.
Los datos los expone Idalina Boni Presidenta de Justa Trama, una marca de cadena solidaria compuesta por 700 personas de seis estados del país, hombres y mujeres agricultores, hilanderos, tejedores, modistas y colectores de semillas. Todo velando por el medio ambiente y la dignidad de los trabajadores.
La Asociación de Desarrollo Educacional y Cultural (ADEC) y diferentes cooperativas cubren todos los vínculos de la cadena del algodón, desde la plantación del cultivo hasta el producto final, la prenda de vestir. «Hacemos reuniones (no más de tres o cuatro al año porque son caras) con las cooperativas para que se sientan propietarios de la marca», comentó Boni.
Cada coopertiva tiene una historia detrás. UNIVENS, por ejemplo, nació gracias al sueño de 35 mujeres que en 1996 se unieron en busca de una fórmula con la que huir del desempleo.Unas sabían coser, otras no. Se ayudaron. Les unía la motivación de tener un trabajo.
Esa forma de trabajo colectiva es básica para dar consistencia a un proyecto como el de Justa Trama, sobre todo en los primeros años que suelen ser los más difíciles. Las trabajadoras se daban consejos. Hoy están orgullosas de poder trabajar en un producto como el de Justa Trama, «un producto que es bueno para todos», dicen. «Justa Trama es un sentimiento más que un producto.Estamos construyendo una gran familia que se compromete con el medio ambiente y la conciencia social», declaró Nelsa Nespolo, Presidenta de la Cooperativa UNIVENS.
Cómo funciona la cadena de Justa Trama
La idea de los productos Justa Trama se concretó en 2005 cuando, después de producir 60 mil bolsas para los participantes del Foro Social Mundial,decidieron ponerle marca al proyecto. Actualmente, un comité gestor, integrado por representantes de todas las cooperativas y de la empresa responsable del proceso productivo colectivo, administra la logística y los negocios de la marca.
El algodón es cultivado en nueve municipios, con sede en Tauá en el Estado de Ceará, por familias agricultoras organizadas por ADEC. Las familias plantan y recogen el algodón agroecológico empleando técnicas de conservación de suelo y agua; descubrieron el uso de sustancias naturales que actúan contra el picudo como la orina de vaca. APOMS, ubicada en el asentamiento Itamarati, reúne a tres mil familias de «Trabajadores Sin Tierra» en el estado de Mato Grosso do Sul. Aquí Justa Trama busca expandir el cultivo natural de algodón colorido, sobre todo en los tonos rubí y verde.
Mientras tanto, en Pará de Minas (Minas Gerais) la cooperativa Coopertextil fabrica la fibra y el tejido de Justa Trama, cuidando que éste no sea contaminado por el algodón tradicional.
La etapa de la confección de prendas se desarrolla en tres estados de Brasil: Coopstilus de San André (São Paulo) que confecciona prendas de vestir para niños; Fio Nobre en Itajaí (Santa Catarina) donde se hacen prendas de vestir artesanales, y UNIVENS en Porto Alegre (Río Grande do Sul) donde se elaboran varias prendas de vestir en serie.
Por último, productores de la cooperativa Açaí de Porto Velho recolectan las semillas de la Amazonia que se transforman en botones, collares y otros accesorios que acompañan las prendas de Justa Trama. «La selva es nuestra vida, hay que respetarla», declaró Ronaldo Farias, uno de los agricultores de algodón ecológico. «Es gratificante, Brasil uniéndose en solo una pieza», añadió. La cooperativa descubrió un fijador natural para el tejido. La experiencia de las mujeres unida a su creatividad da lugar al manejo de hojas y frutos de la selva para teñir las prendas de forma natural. «Fortalecer las familias y que nuestros hijos se sientan orgullosos de hacer esto» es lo que más importancia cobra para una de las mujeres que trabaja en esta cooperativa.
Vistiendo conciencias: «uno es lo que consume»
«La propia cadena de Justa Trama ya realiza el comercio justo internamente. El comercio justo se ha de practicar también en todo los eslabones de la producción», expuso Gabriel Abascal de la Junta Directiva de CONOSUD.
«En América Latina, desde los años 90 ha ido construyendo formas económicas alternativas que el pensamiento económico dominante los ha considerado marginales y residuales (porque les conviene a los gobernantes) pero son alternativas económicas viables y sofisticadas.», argumentó Abascal dentro de la Jornada de Economía Solidaria organizadas por CERAI en Valencia.
La Economía Solidaria es un movimiento social con dimensión económica (producción, comercialización, consumo responsable), cultural (pensamiento alternativo) y política (redes sociales para generar un cambio para un mundo más justo y sostenible). Una economía que se guía por los principios de: transparencia, dignidad, igualdad de género, respeto al medio ambiente y a los derechos humanos en el ámbito del trabajo.
«El dinero virtual es el que domina todo a costa de circunstancias horrendas para millones de personas. Hemos de construir pensamiento crítico pero también alternativas como Justa Trama», apuntó el responsable de CONOSUD.
Según datos de UNICEF, el diez por ciento de los brasileños más pobres reciben 0,9 por ciento de la renta del país, mientras que los diez por ciento más ricos concentran el 47,2 por ciento. De ahí la relevancia de proyectos en los que los trabajadores democráticamente puedan gestionar sus actividades y decidir sus resultados.
Naciones Unidas ha proclamado 2012 Año Internacional de las Cooperativas resaltando la contribución de las cooperativas al desarrollo económico y social, especialmente su impacto en la reducción de la pobreza, la creación de empleos y la integración social. «Pero hay que tener cuidado, puntualizó Gabriel Abascal», no todas las cooperativas son economía solidaria ni al revés». Afirmación que comparte Idalina Boni: «queremos decidir el tipo de cooperativas que queremos . Existe un cooperativismo popular que es el que defendemos».
«Esas 35 de UNIVENS mujeres sembraron sus ideas», prosigue Boni. «Se empieza sentándose juntos y hablando. Hay que globalizar ideas, propuestas pero no hacer empresas globalizadas. Cuando se compra se debe pensar en la gente que hay detrás porque es una cadena. Vestimos personas y conciencias.», concluyó Boni.
Fuente: http://periodismohumano.com/economia/vistiendo-conciencias.html