La constante suba de Aecio Neves en las encuestas previas de la semana pre-electoral ayudó a orientar un voto opositor al PT, en detrimento de Marina Silva. Así, la otrora ecologista que tuvo sus 15 días de gloria en la prensa nacional e internacional retrocedió al 20% cuando supo estar en un 34% de intención […]
La constante suba de Aecio Neves en las encuestas previas de la semana pre-electoral ayudó a orientar un voto opositor al PT, en detrimento de Marina Silva. Así, la otrora ecologista que tuvo sus 15 días de gloria en la prensa nacional e internacional retrocedió al 20% cuando supo estar en un 34% de intención de voto, consiguiendo finalmente un resultado muy similar al de 2010, cuando orilló los 20 millones de votos en su candidatura presidencial.
Acá hay varias variables a analizar: indudablemente hubo un «voto útil» frente al proyecto en curso del PT, amalgamado por determinados medios de comunicación hegemónicos del vecino país -no por nada una de las principales ideas de Lula es implementar una ley que regule la comunicación, en un país donde 6 familias controlan unos 500 medios-. Es decir: el voto conservador se orientó nitidamente sobre el final hacia Neves, quien ha sabido expresar una derecha más clara, transparente, al «catchall» -atrapatodo- que intentó expresar Marina en un momento de la campaña -y luego se esfumó-.
Ahora bien: ¿cuántos proyectos gubernamentales, luego de más de doce años de gestión, conservan una preferencia de casi el 42% de los electores en primera vuelta? Ese elemento deberá ser bien analizado por quienes vean en esta elección un retroceso nítido del PT. Un dato adicional: el partido oficialista le arrebató la gobernación de Minas Gerais -el bastión del propio Aecio, donde comenzó su carrera política- al PSDB, lo que le agrega un condimento particular a una primera vuelta agridulce para ambos.
En 2010 el PSDB sacó, con Serra como candidato, unos 33 millones de votos en aquella primera instancia presidencial. Hoy, con Neves, ha crecido a 34 millones y medio de electores -lo que igualmente representa unos 8 millones de votos abajo de la candidatura de Rousseuff-. Marina, en tanto, alcanza una votación muy similar a la de 2010, donde sus votos luego mermaron a ambos candidatos, en partes similares en aquel ballotage. ¿Se puede esperar algo similar en la segunda vuelta del 26 de octubre? No habrá que descartarlo, aunque es dificil hacer conjeturas con tres semanas de anticipación.
Si quedan claro algunas cuestiones preliminares: si el ex presidente Lula apareció fuerte en las semanas previas a la contienda electoral, ahora será omnipresente en los veinte días que restan. Además, el PT jugará la carta que más sabe: polarizar con el PSDB y mostrar lo hecho por Fernando Henrique Cardoso en la década del 90´. Incluso, claro, mostrar el porqué del repentino cambio en Minas Gerais, bajo el pretexto de editorializar: «si Aecio quiere gobernar Brasil, ¿por qué ha perdido su propio bastión?». Quedan veinte días de una elección que promete ser la más cerrada de las últimas décadas en el vecino país.
Juan Manuel Karg (@jmkarg). Periodista / Analista Internacional
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.