Aquí va una opción para quienes tengan personalidades fuertes y quieran trabajar juntos de manera amigable: mantener la distancia. David Byrne y Brian Eno fueron el compositor y el productor, respectivamente, de los más radicales discos de Talking Heads, y grabaron juntos el álbum My Life in the Bush of Ghosts , de 1981. Ahora, […]
Aquí va una opción para quienes tengan personalidades fuertes y quieran trabajar juntos de manera amigable: mantener la distancia. David Byrne y Brian Eno fueron el compositor y el productor, respectivamente, de los más radicales discos de Talking Heads, y grabaron juntos el álbum My Life in the Bush of Ghosts , de 1981.
Ahora, 27 años más tarde, se reunieron para hacer su segundo disco, Everything That Happens Will Happen Today , editado en formato digital a través de everythingthathappens.com (antes de fin de año, llegará a las disquerías en formato CD).
En la mayor parte del proceso compositivo que se extendió por un año hubo un océano de por medio: Mr. Eno en Londres y Mr. Byrne en Nueva York. También dividieron el trabajo: Mr. Eno se ocupó de la mayoría de la música y Mr. Byrne de las melodías, las palabras y las voces. «No hablamos entre nosotros -dice Eno-. Usamos el correo electrónico, la moderna forma de grabar discos. Yo pude dedicarle todo el tiempo que quise a la música y él no tuvo que soportar la presión de tenerme allí sentado tamborileando mis dedos.»
No obstante, se juntaron hace casi dos meses, cuando Eno visitó Nueva York para realizar un brainstorm con Byrne para darle los últimos toques musicales al disco y planear su edición. Entre agua mineral y rodajas de melón en Todomundo, la oficina que Byrne posee en el Soho para sus proyectos musicales y visuales, los dos artistas hablaron acerca de la última intersección de sus carreras.
Byrne y Eno no le dieron el tratatamiento de reunión cumbre a la composición de Everything That Happens . De hecho, «Strange Overtones», la canción que adelantaron de forma gratuita por Internet, le toma el pelo a su propio trabajo compositivo: «Este groove está fuera de moda/ Estos beats tienen 20 años» (el tema fue bajado 40 mil veces en los primeros tres días que estuvo disponible). Byrne dice que sólo miró hacia atrás para asegurarse que los nuevos tracks no fueran muy parecidos a los del disco anterior.
Byrne y Eno han andado entre el pop y varios tipos de avant-garde. Eno es conocido como productor de David Bowie, U2 y, más recientemente, Paul Simon y Coldplay. Pero tiene también un extenso catálogo de sus propios discos de canciones y música ambiental, repleto de ideas y sonidos que son periódicamente redescubiertos. En el mundo del arte, Eno creó una enorme cantidad de proyectos audiovisuales e instalaciones. En julio tuvo shows simultáneos en cuatro galerías. Además grabó con el pianista Herbie Hancock.
Byrne lideró Talking Heads, una de las bandas pioneras de la era punk del CBGB, con algo de new wave cruzado con afro-funk y mezclado con americana; sonido que ahora retoma una banda de rock indie como Vampire Weekend.
Una vez que Talking Heads se separó oficialmente en 1991, Byrne inició una variada carrera solista con discos de canciones, bandas sonoras y proyectos artísticos como su última instalación, Playing the Building , donde utiliza un viejo órgano para sacarle sonidos a la estructura del decrépito edificio Battery Maritime, en Lower Manhattan. Tiene además otro álbum, Big Love: Hymnal , con su música instrumental para la serie de HBO sobre los polígamos mormones, y está terminando una ópera sobre Imelda Marcos, con Fatboy Slim y 22 cantantes invitados.
Byrne y Eno no cantaron en My Life in the Bush of Ghosts . Aquel álbum tiene voces que fueron recolectando, desde predicadores radiales y talk shows a canciones pop árabes, entre otras cosas. Esto abrió una nueva senda para incontables productores de música dance, Moby entre ellos, que los siguieron. Cuando My Life in … fue reeditado en su 25° aniversario, Byrne y Eno consideraron armar este nuevo proyecto. Eno tenía algunas canciones potenciales, pero no daba con las letras adecuadas. Byrne aceptó ver qué podía agregar.
Everything That Happens … no es una secuela de My Life in … Es, en cierto punto, más convencional: un set de canciones, con versos y estribillos, en los que Byrne lleva la voz líder al frente y ocasionalmente Eno hace algún coro detrás. La mayoría de las canciones utilizan apenas tres o cuatro acordes, en contraposición al pop elaborado de las canciones que Byrne ha estado escribiendo. «Creo que los acordes menores llenan demasiado el cuadro final -sostiene Eno-. Te llevan a un lugar seguro. Uno puede hacer que los acordes mayores suenen tristes, pero nunca que los acordes menores suenen alegres.»
Esos acordes mayores vinculan el nuevo álbum con las canciones de los discos más cálidos de Eno, como Before and After Science , y con trabajos de Talking Heads como Little Creatures . La simplicidad de las estructuras hicieron que Byrne escuchara lo que él llama «una cosa folk-gospel». Para su asombro, eso empujó a las letras hacia cierto optimismo y un sentimiento de fe. En «Life is Long» canta: «Estoy perdido, pero no tengo miedo».
Desde hace tiempo Byrne está fascinado por la fe y sus expresiones. El y Talking Heads introdujeron a Eno en la música gospel y las letras del nuevo álbum contienen varias alusiones bíblicas. «Big Love: Hymnal» tiene majestuosos pasajes de cuerdas y cuernos que suenan humildemente reverentes.
Consultado acerca de la espiritualidad en su música, Byrne dice: «Estoy siempre pensando en ello, pero no abiertamente. Eso podría asustarme. Probablemente como a mucha gente le ocurre, me siento alienado de los modelos tradicionales que se presentaban cuando era niño y eventualmente dejo eso de lado y digo: «Esto no parece relevante para mí». Pero yo, como muchas personas, sentí como ser humano que tenía algún anhelo de trascendencia, de una u otra manera».
En el nuevo disco, las letras de Byrne estás repletas de imágenes de catástrofe y redención, balanceadas entre el terror y la afirmación. La música inclina a las canciones hacia la esperanza.
Eventualmente, Eno se corría de las canciones de acordes mayores y empezaba a enviarle a Byrne tracks extraños, tramposos, como el funk siniestro de «I Feel My Stuff». «Hubo cosas que no las pensé como pertenecientes a la misma familia del todo -dice Eno-. Me sorprendí de que David pueda hacer canciones con ellas». «A mí me encantó qué lejos podés ir con eso», responde Byrne. «Tendría que haberte enviado un track con el sonido del queso mientras se gratina», agrega Eno y Byrne remata: «Sí, creo que podría hacer una canción con eso».