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El kabuki del techo de la deuda

Vuelven a dejar a Wall Street en la estacada

Fuentes: CounterPunch

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Barack Obama salió en tromba el miércoles de una reunión con dirigentes republicanos cuando se rompieron las negociaciones sobre un aumento del techo de la deuda de 14.300 billones [millones de millones] de dólares. Según un informe, el normalmente imperturbable Obama se desahogó con el líder de la mayoría de la Cámara de Representantes Eric Cantor (Republicano de Virginia) y lo regañó frente a sus colegas.

Joe Klein escribe en un artículo de Time: «Hizo echar chispas a Eric Cantor como nadie lo había hecho», contó un demócrata que describió que Obama dijo al líder republicano que pondría su veto a cualquier ley a corto plazo que Cantor le enviara.»

Y el presidente gritó a Cantor: «No trate de ver si estoy hablando en serio».

De nuevo Klein: «El presidente de EE.UU. se abalanzó sobre el representante Eric Cantor en el jaleo por el techo del déficit del miércoles. Es tan refrescante desde tantos puntos de vista. Cantor ha estado utilizando esta crisis para debilitar a su dirigente John Boehner, jugando la carta recalcitrante del Tea Party/Grover Norquist. El muchacho necesitaba terriblemente que alguien se le enfrentara y al parecer Barack Obama, justamente él, lo hizo y le dijo claramente, que vetaría cualquier arreglo del déficit a corto plazo o, por cierto, cualquier plan que no incluyera aumentos de los ingresos.» («Cantor to the Woodshed», Joe Klein, Time)

Por lo tanto, ¿de qué estamos hablando?

En realidad solo es un poco más de teatro político. ¿Quieren que nos entusiasmemos por el hecho de que Obama finalmente haya encontrado esa chispa de pasión que los liberales esperan desde hace más de 3 años? Ciertamente, nunca se trastornó cuando arrebataron a los trabajadores sus derechos a la negociación colectiva en Minnesota, o cuando el congreso dirigido por el partido republicano impidió que cerrara el gulag de la tortura de EE.UU. en Guantánamo, o cuando inocentes mujeres y niños perecieron en uno de los tantos ataques con bombas errantes de drones estadounidenses en Afganistán o en el norte de Pakistán. ¿Y ahora está furioso porque los republicanos no le permiten que aumente el límite de la deuda y que imponga sus salvajes recortes de 4 billones de dólares en los servicios públicos y asignaciones?

¡Déjenme en paz!

Vean, el objetivo de Obama es el mismo que el de los republicanos: recortar los gastos públicos tanto como sea posible para poder desviar más capital a las guerras y a Wall Street. Punto y sanseacabó. La única diferencia es que Obama quiere que parezca que los recortes fueran el resultado de duras negociaciones con los halcones republicanos del déficit y no solo parte de su propia agenda favorable a las corporaciones. De esa manera los republicanos pueden sufrir el golpe en las tasas públicas de aprobación mientras el «presidente teflon» vuela hacia la victoria en 2012. Todo es política.

Un poco más de antecedentes del Congreso:

«A pesar de la tensión, parece que Obama y los republicanos encontraron un común denominador de cerca de 1,7 billones de dólares en recortes durante 10 años, recortes que se señalaron en conversaciones dirigidas por el vicepresidente Biden.

«Y estamos dispuestos a ir más lejos», dijo el funcionario demócrata. «Es una señal bastante clara de hasta dónde ha ido el presidente en cuanto a su disposición a apartarse de su posición maximalista»….

«Tuvimos una discusión bastante empalagosa sobre los datos concretos con los cuales la Casa Blanca estaba dispuesta a estar de acuerdo, o por lo menos en lo que ellos pensaban que eran opciones viables», dijo Hoyer en una entrevista poco después de la reunión en la Casa Blanca». («Obama warns Cantor: ‘Don’t call my bluff’ in debt-ceiling talks», The Hill)

¿Ven? Obama ya se rindió y quiere entregar más todavía, ¿verdad? Por eso está furioso, porque los republicanos no están dispuestos a cooperar y suministrarle la cobertura que necesita para seguir aprovechándose una vez más de los trabajadores.

A propósito, hay que tomar nota de que los recortes de impuestos de Bush -que Obama aprobó y que agregarán 3,3 billones de dólares a los déficits en los próximos 10 años- no han formado parte de las actuales negociaciones. Tampoco el presupuesto militar. Todo tiene que ver con recortes de programas sociales populares y de los gastos públicos.

Así es, Obama se irrita cuando no puede cumplir con su tarea como le gustaría; cuando los puntillosos miembros del Tea Party no comprenden la forma en que realmente funciona el sistema de bienestar corporativo de Washington. Luego tiene que lanzar bufidos y patalear como un petulante niño de 5 años. Pero no es más que fingimiento vacío; en realidad no significa nada. El artículo de Klein sólo es puras tonterías.

Sin embargo esas negociaciones sobre el techo de la deuda tienen un lado serio, pero generalmente no lo consideran los medios. Si el techo no se aumenta antes del 2 de agosto, EE.UU. podría caer en default técnico. Ahora bien, es seguro que el establishment político removerá cielo y tierra para asegurar que eso no suceda, pero a pesar de todo, el contingente del Tea Party -inflexiblemente opuesto a aumentar el límite sin importantes concesiones- podría fastidiarlo todo y descarrilar los esfuerzos por encontrar una solución.

Y si no hay un acuerdo presupuestario antes del 2 de agosto lo que podemos esperar es lo siguiente:

«Los gastos federales tendrían que reducirse inmediatamente en unos 100.000 millones de dólares mensuales. A finales de 2011 los gastos federales serían aproximadamente 500.000 millones menos para el año de lo que hubieran sido de otra manera… los recortes de gastos de ese tamaño reducirían el PIB de EE.UU. de 2011 en múltiples puntos porcentuales. Las tasas de crecimiento para el tercer y cuarto trimestre serían probablemente algo entre -5% y -10%. Hay que recordar que durante la recesión de 2008 y 2009, el PIB solo cayó en total cerca de 4%. La tasa de desempleo probablemente aumentaría en varios puntos porcentuales de su actual nivel de 9,2% a tal vez 15% o más de la población de EE.UU. Hay que recordar que en su peor situación, la tasa de desempleo durante la Gran Recesión solo llegó a un 10%… Los gastos federales tendrían que reducirse inmediatamente en cerca de 100.000 millones de dólares mensuales. A finales de 2011 los gastos federales serían casi  500.000 millones de dólares menos en el año de lo que hubiera sido de otra manera.

Por lo tanto cuando se lee a alguien que escribe despreocupadamente que el gobierno federal no caerá en default por falta de un acuerdo sobre el techo de la deuda, y en en vez de eso simplemente tendrá que reducir los gastos excesivos, hay que recordar que realmente están propugnando una nueva Gran Depresión causada deliberadamente. Y no solo para economistas como yo.»

(«Great Depressions», Streetlight Blog)

Por mal que suene, un default de EE.UU. sería mucho peor que los terribles pronósticos de Streetlight. ¿Por qué? Porque el llamado sistema bancario fantasma está apuntalado por bonos del Tesoro de EE.UU. que componen el fundamento de la operación de financiamiento bancario que sufrirá repentinos y significativos recortes si bajan los bonos del Tesoro. Y tampoco estamos hablando de nimiedades. Hay 4 billones de dólares en colateral de Triple A que se rebajarían si no se eleva rápidamente el techo de la deuda. Lo que sigue es un resumen de The Economist:

«Un default técnico de EE.UU. convulsionaría los mercados. Nada más es seguro… Si no se llega a un acuerdo antes del 2 de agosto el Tesoro dice que se verá obligado a hacer default

Los bancos del interior no tendrían que clasificar sus considerables tenencias de títulos del Tesoro como no rentables si pensaran que el default es de poca duración. Pero sufrirían en todo caso. Actualmente los bonos del Tesoro representan aproximadamente un 30% del colateral que instituciones financieras como los bancos de inversiones utilizan para pedir prestado en el mercado de recompra («repo») de 4 billones de dólares. Representan otros 4-5% del billón de dólares en colateral utilizado en el mercado de derivados. Un default podría provocar demandas de prestamistas como fondos del mercado monetario de un colateral superior o diferente.

Matthew Zames de JPMorgan Chase, quien escribió por cuenta de la industria bursátil en abril, advirtió que esto podría «llevar a desapalancamiento y a una fuerte caída de los préstamos». Los propios fondos del mercado monetario tienen otros 338.000 millones de dólares en bonos del Tesoro. En caso de un default, por lo menos uno probablemente no podría devolver el capital a los inversionistas, con la amenaza de una «corrida más amplia sobre los fondos monetarios», dijo el señor Zames…» («The Mother of all Tail Risks», The Economist)

Hay que tener en cuenta que la crisis financiera comenzó en el mercado repo en agosto de 2007 cuando el banco francés Paribas PNB decidió que ya no podía valorar los activos respaldados por hipotecas (MBS) que poseía. Por lo tanto detuvo las redenciones. Es lo que inició la catástrofe financiera que llegó al máximo cuando Lehman Brothers quebró un año después, en septiembre de 2008. En otras palabras, hubo una corrida en el sistema bancario fantasma de 10 billones de dólares porque el colateral que tenían los bancos perdía rápidamente su valor. Eso agotó el capital de los bancos y produjo la caída libre del sistema financiero.

No estamos diciendo que eso SUCEDERÁ, sino solo que PODRÍA suceder. De eso se trata el lío del techo de la deuda. Y por eso Obama intenta todo lo que puede para resolver el problema antes del plazo, porque, una vez más, Wall Street está en la estacada y necesita que Washington le rescate.

Mike Whitney vive en el Estado de Washington. Para contactos: [email protected]  

Fuente: http://www.counterpunch.org/whitney07152011.html

rCR