Durante una audiencia hoy en el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos sobre «Actividades Sancionables en Venezuela», congresistas demócratas y republicanos pidieron al gobierno de Barack Obama tomar acciones más agresivas contra el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela. El jefe del Sub-Comité de Relaciones Exteriores para […]
Durante una audiencia hoy en el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos sobre «Actividades Sancionables en Venezuela», congresistas demócratas y republicanos pidieron al gobierno de Barack Obama tomar acciones más agresivas contra el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela. El jefe del Sub-Comité de Relaciones Exteriores para el Hemisferio Occidental, Connie Mack, republicano de Florida, tildó al gobierno venezolano de «terrorista», declarando que «es hora de actuar para contener la peligrosa influencia de Hugo Chávez y su relación con Irán».
Mack es conocido por su postura rábidamente anti-chavista. No obstante, el congresista republicano tiene peso en el cuerpo legislativo debido a su alto cargo en el Comité de Relaciones Exteriores. Sus esfuerzos, junto a la jefa del Comité de Relaciones Exteriores, la republicana Ileana Ros-Lehtinen, lograron convencer a la Casa Blanca de imponer sanciones contra la empresa petrolera estatal de Venezuela, Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) el pasado 24 de mayo. Mack ha declarado que su misión única este año es «ir por Hugo Chávez».
La audiencia de hoy, dedicada en su entero a Venezuela, contó con la presencia de altos funcionarios del Departamento de Estado, el Departamento del Tesoro, y la Oficina de Control de Bienes Extranjeras. En declaraciones ante el Comité, el asistente Sub-Secretario de Estado para América Latina, Kevin Whitaker, reveló que la administración de Barack Obama está «seriamente considerando» clasificar a Venezuela como un «estado terrorista». «Ninguna opción está fuera de la mesa y el departamento continuará estudiando cualquier acción adicional que pueda ser necesaria en el futuro», señaló Whitaker.
Las sanciones impuestas contra PDVSA el 24 de mayo cayeron dentro de una ley de sanciones contra Irán (Iran Sanctions Act) de Estados Unidos, e incluyeron la prohibición de entrar en contratos con el gobierno estadounidense, el uso del banco de importaciones y exportaciones de Estados Unidos y la aprobación de ciertas licencias tecnológicas. Está acción hostil de Washington hacia Venezuela no tuvo mayor impacto económico contra el país suramericano y su empresa petrolera debido a que ya no mantenía contratos con el gobierno estadounidense ni créditos de sus bancos. Las sanciones no afectaron al importante suministro del petróleo desde Venezuela a Estados Unidos, ni a la empresa venezolana en territorio norteamericano, CITGO.
No obstante, las sanciones tuvieron un impacto en la relación diplomática entre Caracas y Washington, que anteriormente ya estaba en un periodo de deterioración. Luego de éstas últimas acciones agresivas, el gobierno venezolano declaró «congelada» la relación con Estados Unidos.
PELIGROSO HACER NEGOCIOS CON PDVSA
Según el Departamento del Estado, las sanciones contra PDVSA, aunque no impactan al país económicamente, «dan un mensaje al mundo que es peligroso hacer negocios con Venezuela y PDVSA», indicando que en el futuro próximo, Washington podría actuar contra quienes entran en contratos o acuerdos con las empresas venezolanas.
SANCIONES CONTRA CONVIASA
Los congresistas también exigieron al Departamento de Estado imponer sanciones contra la línea aérea venezolana CONVIASA, debido a lo que consideran su «apoyo al terrorismo» porque ha mantenido un vuelo entre Caracas, Siria e Irán. Sin presentar ni una sola prueba, los congresistas dijeron que ese vuelo, lo cual ya no está funcionando, «transportaba material radioactiva, armas, drogas y conocidos terroristas de Hizbolá e Irán».
Para respaldar esa «acusación» peligrosa, los congresistas citaban al periódico alemán, Die Welt, que había publicado en días anteriores que Venezuela e Irán estaban construyendo una base de misiles en la costa-occidental venezolana para «atacar a Estados Unidos». Frente a esa falsa información, el Presidente Hugo Chávez mostró imágenes de una finca de molinos de viento en el lugar donde las
«fuentes» del periódico habían indicado que estaba ubicada la ficticia base militar iraní.
MÁS SANCIONES
El congreso también imploró al Departamento de Estado de considerar aplicando más sanciones contra Venezuela, incluyendo «la prohibición de importaciones de Estados Unidos» y las «transacciones en dólares». Los representantes de la Casa Blanca dijeron que aunque están considerando más acciones contra el gobierno de Hugo Chávez, lo cual consideran «un gobierno enemigo», tienen que tomar en cuenta el importante suministro de petróleo venezolano, lo cual compone 15% de las importaciones estadounidenses. Hace días, el Presidente Barack Obama autorizó la explotación petrolera en el estado Alaska, en una zona protegida por su riqueza ambiental, indicando que Washington está buscando primero asegurar sus necesidades energéticas antes de romper la relación con Venezuela.
SANCIONES HASTA HOY
Además de las sanciones impuestas contra PDVSA el pasado 24 de mayo, Washington ya ha tomado acciones agresivas contra el gobierno venezolano. En junio 2006, clasificaron a Venezuela como un país que «no coopera suficientemente con la lucha contra el terrorismo» e impuso una sanción prohibiendo la venta de armamento a Venezuela de Estados Unidos o de cualquier empresa en el mundo que utiliza tecnología estadounidense.
Desde 2005, Washington también ha clasificado a Venezuela como país que no «coopera con la lucha contra el narcotráfico», lo cual debe llevar una sanción económica contra el país suramericano. No obstante, Washington aclaró que como Venezuela no tiene préstamos de Estados Unidos, el único apoyo que se podría cortar serían aquellos millones de dólares que entregan anualmente a grupos anti-chavistas en el país caribeño que trabajan a diario para derrocar al gobierno de Chávez. Incluyeron una excepción en esa sanción diciendo que «no afectaría el apoyo económico que Estados Unidos otorga para las organizaciones ‘democráticas’ de la sociedad civil», así asegurando su apoyo continúo para la desestabilización en Venezuela.
En 2007, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a tres altos funcionarios del gobierno venezolano, acusándolos de mantener vínculos con terrorismo y narcotráfico, aunque nunca presentaron pruebas. Los funcionarios incluyeron al Director de la Dirección de Inteligencia Militar, General Hugo Carvajal, el entonces Director del Servicios de Inteligencia Bolivariana (SEBIN), General Henry Rangel, y el entonces Ministro de Interior y Justicia, Ramón Rodríguez Chacín.
El año siguiente, el Departamento del Tesoro designó a dos venezolanos, de origen sirio, Fawzi Kan’an y Ghazi Nasr al Din, de ser «terroristas» por tener vínculos con Hizbolá, grupo considerado terrorista por Estados Unidos.
Todo indica que Washington seguirá aumentando sus agresiones contra Venezuela con próximas sanciones y acciones de aislamiento.