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Bonificaciones a 73 ejecutivos responsables del colapso de AIG

Washington ve impotente el pago de las primas millonarias de AIG

Fuentes: Gara

El Gobierno de EEUU controla el 80% de AIG tras haber aportado más de 177.000 millones de dólares, pero asiste impotente al reparto de 165 millones entre los propios responsables de llevar a la quiebra a la aseguradora. Aunque el Estado ha pasado a controlar un 80% de American International Group Inc. (AIG) tras el […]

El Gobierno de EEUU controla el 80% de AIG tras haber aportado más de 177.000 millones de dólares, pero asiste impotente al reparto de 165 millones entre los propios responsables de llevar a la quiebra a la aseguradora.

Aunque el Estado ha pasado a controlar un 80% de American International Group Inc. (AIG) tras el rescate para evitar su colapso, el Gobierno estadounidense parece tener las manos atadas para cualquier decisión sobre la compañía por contratos negociados con anterioridad.

La Casa Blanca parece no poder hacer apenas más que reexaminar atentamente los contratos en un momento en que el Tesoro se dispone a conceder a AIG nuevas facilidades de préstamos por 30 mil millones de dólares. El presidente de EEUU, Barack Obama, que se comprometió a poner fin a los comportamientos irresponsables en el mundo financiero, se enfrenta a ahora al reto de explicar su aparente impotencia.

Los 165 millones de dólares de primas que han comenzado a transferirse estos últimos días a sus altos ejecutivos, pese a haber recibido más de 170.000 millones de dólares del contribuyente estadounidense, no son más que una parte más de los 450 millones que AIG se comprometió a pagarles en 2008, antes de ser reflotada por el Estado. El mensaje de Obama del pasado lunes sobre las medidas para ayudar a las pequeñas empresas ante la crisis se difuminó ante las protestas de indignación por esas bonificaciones.

El escándalo siguió creciendo ayer, cuando el fiscal del Estado de Nueva York, Andrew Cuomo, constató que AIG ha pagado bonos millonarios a 73 empleados y precisó que once directivos habían dejado la empresa a pesar de haber recibido enormes bonificaciones de más de un millón de dólares para permanecer en ella. Uno de ellos llegó a recibir 4,6 millones, según explicó Cuomo en una carta dirigida al presidente de la comisión de finanzas de la Cámara de Representantes, Barney Frank.

Otros siete recibieron más de cuatro millones cada uno. «Los diez que más primas han recibido acumularon 42 millones de dólares», añadió.

No sabe los nombres

«Todos esos pagos fueron realizados a individuos cuyo desempeño condujo a pérdidas catastróficas y llevaron a AIG al borde de la quiebra», criticó el fiscal. Sin embargo, todavía no sabe los nombres de estas personas y cuándo y por qué dejaron la empresa.

El lunes Cuomo reclamó de manera oficial a AIG información sobre estos individuos, mediante una carta al presidente y consejero delegado, Edward Liddy. Cuomo recordó a Liddy que la filial Productos Financieros fue la que «dio lugar a su colapso y a una gran infusión de fondos públicos para salvar la firma». «Encubrir los detalles de esos pagos genera más cinismo y desconfianza en nuestro ya convulso sistema financiero», señaló Cuomo.

El Congreso de EEUU intenta ahora buscar medios para recuperar ese dinero, pero poco pueden hacer al no haberse incluido esas condiciones en el momento de acordar el pago de los fondos públicos. El presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, Max Baucus, sugirió imponer un impuesto especial a las bonificaciones. Pero el Congreso tiene también ataduras por la financiación que sus miembros han recibido en campañas electorales. Las compañías que recibieron ayuda del plan de rescate el año pasado gastaron 114,2 millones de dólares en campañas de presión y en donaciones políticas en 2008, según un informe del Centro para Políticas Responsables (CRP).

En esa lista figuran Bank of America y Merrill Lynch que adquirió el banco el año pasado; la automovilística General Motors; AIG y Citigroup. Según el CRP, que se dedica a rastrear las donaciones políticas, algunos de los líderes del Congreso que han recibido donaciones políticas de las empresas beneficiadas por el plan de rescate «son los mismos que presiden comités a cargo de regular al sector financiero y de supervisar la eficacia de este programa gubernamental sin precedente».

El presidente de EEUU, Barack Obama, calificó el lunes de «indignante» el pago de bonificaciones en AIG y afirmó que «subrayan la necesidad de una reforma exhaustiva del sistema regulador financiero». AIG, añadió, es «una empresa que se encuentra inmersa en problemas económicos debido a su avaricia y su temeridad».

«Es difícil entender que los operadores de derivados en AIG se merezcan la más mínima bonificación, mucho menos pagas extras de 165 millones de dólares. ¿Cómo justifican este escándalo a los contribuyentes que mantienen a flote esta compañía?». Indicó que su Gobierno explorará «todas las vías legales» para impedir que se desembolsen esas bonificaciones e indicó que el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, ya busca modos para bloquearlos.

Sin embargo, no le resultará sencillo, ya que esas pagas extra están estipuladas en los contratos de los ejecutivos de AIG firmados antes del rescate.

Crece entre los estadounidenses el temor a otra Gran Depresión

El número de estadounidenses que piensan que la recesión podría convertiste en otra Gran Depresión los próximos años ha aumentado en los últimos meses, según una encuesta elaborada por CNN. «¿Podría la `gran recesión’ convertirse en otra gran depresión?», un creciente número de estadounidenses cree que sí, señaló el director de la encuesta Keating Holland.

El 45% de los consultados aseguran que es probable que Estados Unidos viva otra Gran Depresión en los próximos años, siete puntos porcentuales más que en diciembre del pasado año cuando a la misma pregunta el 38% consideró que el país podría vivir otra crisis como la de 1930. Para nueve de cada diez personas las actuales condiciones económicas en el país ya son pobres.

La encuesta, elaborada por CNN / Opinion Research Corporation, se llevó a cabo vía telefónica la semana pasada con una muestra de población de 1.019 adultos.

Sólo unos días después de realizarse ese sondeo, en un entrevista en un magazin de actualidad de la cadena CBS, el presidente de la Reserva Federal estadounidense (Fed), Ben Bernanke, quiso lanzar un mensaje de tranquilidad y dijo que ha pasado el peligro de una depresión y que la recesión «probablemente» termine a finales de este año.

En la primera entrevista de un presidente del banco central estadounidense en dos décadas, según indicó CBS, Bernanke predijo que «la recuperación comenzará el próximo año y ganará fuerza con el tiempo». GARA